Capítulo 11.

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POV Harry.

Hace una semana le enseñé el lado más débil que tengo a la persona que me ofrece de su ayuda, también hace siete días que he evitado ver la a la cara, no he asistido a ninguna de mis sesiones correspondientes, creo que soy una persona que contiene un nivel de orgullo muy alto, cada vez que me dirijo a la cafetería o salgo de mi habitación por mis medicamentos me escondo entre los pasillos para evitar encontrarme con ella en ocasiones la miro a lo lejos su mirada avellana siempre buscando la mía pero no encuentra nada.

—H-hola.-una voz aguda me toma de sorpresa borrando de inmediato mis pensamientos.

—Michelle ¿qué haces aquí?.-digo mientras miro que su pequeño cuerpo se sienta a lado de mi.

—Quería platicar con alguien...-dice casi susurrando con su vista al suelo haciendo que su cabello rubio oscuro tape un lado de su rostro.

—La persona con la que menos debes platicar es conmigo Michelle.

Un silencio se hace presente entre los dos, ella empieza a jugar nerviosamente con sus dedos mientras yo solo me quedo viendo su acción, su tono de piel se hace más pálida de lo normal haciendo que me preocupe un poco.

—Tranquila.-tomo sus manos para separarlas y ponerlas cada una en su lado correspondiente.

Sus ojos color azul como el cielo transmiten inseguridad y miedo ver la a los ojos me hace sentirme incómodo de inmediato llevo mi vista hacia otro lugar evitando por completo su mirada.

—Harry gracias por lo de la otra vez, mi hiciste sentirme quer...—No me agradezcas solo lo hice por que nadie te quería ayudar ya sabes por eso de que nadie se te puede acercar por que piensas que te vamos a violar.-La interrumpo, puedo ver cuando su cuerpo se estremece al terminar de escuchar mis duras palabras.

—¿Qué es más difícil aceptar, que todas las noches estas escuchando voces o que mataste a tu mamá?.-dice devolviéndome lo que anterior le había dicho.

—Mejor me largo, no gastare mi saliva con personas como tu.-digo, me levanto y camino hacia la dirección donde se encuentra mi área, pero la pálida mano de michelle evita que siga caminando.

—Lo siento Harry, es que mi psiquíatra me dijo que ya no me dejara de las personas y que intentará seguir adelante.-me dice aún tomándome de mi mano.

—¿Quien es tu psiquíatra?.-Le pregunto de inmediato, ella se me queda viendo con confusión por mi pregunta.—La Srita. Aldrich ¿Por que preguntas?.-dice haciéndome pensar que le puedo responder.

En realidad ni sabía por que le había preguntado eso, fue un impulso querer saber.

Me encantaría volver escuchar su voz diciéndome que me puede ayudar pero el orgullo me gana y con eso no puedo pelear.

—Solo para decirte que te toco la mejor psiquíatra, lo mejor será que me vaya.-Dije, ella mostró una tímida sonrisa y dio un leve apretón a nuestras manos.

—H-Harry, regresa a tus sesiones me pidió la Srita. Aldrich que te convenciera.-dice, haciendo que separe mi mano de la suya.

—Solo me hablaste por que ella te lo pidió.-digo con mi ceño fruncido y mi voz un poco elevada.—No, y-yo siempre quise hablarte pero tenía en ese entonces mucho miedo.-dice con nerviosismo.

—¿Miedo de mi?

—De todos.

—Deberías seguir teniendo miedo.

La dejo en medio del pasillo con su vista perdida hacia el suelo, camino hacia el patio tengo esa necesidad de respirar aire fresco despejar mi mente y no saber nada de este lugar de infierno.

El guardia que se encuentra en la puerta para salir al patio me lanza una mirada como si estuviera apunto de cometer un delito.

—Le aseguro que no matare a nadie.-digo alzando mis manos, el guardia lanza un bufido y me abre la puerta de mala gana.

Camino hacia la sombra de un árbol y me siento con mis brazos rodeando mis rodillas, el aire mueve mis rizos haciendo que mi pelo se desordene maldigo por lo que el aire ha hecho a mi cabello parezco más loco de lo normal maldiciendo a la nada.

—Tu cabello se ha desordenado.- escucho la voz más suave y dulce que pude oír a mis espaldas y haciendo erizar mi piel al escuchar su voz.

Su cuerpo se pone enfrente del mío, donde me encuentro puede recorrer mi mirada sobre todo su cuerpo sus brazos se encuentran en su cintura y sus ojos color avellana se centran en mi yo evito su fuerte mirada y solo me mantengo en silencio, todo el tiempo que he evitado verla ya no sirve de nada.

—¿Me puedo sentar?.-pregunta, me hago a un lado dando como respuesta un si.

Un silencio se hace presente solo se escucha los cantos de los pájaros y el ligero ruido de algunos internos que se encuentran a fuera.

—Harry no entiendo.-dice susurrando y llevando una de sus manos al pasto que se encuentra alrededor de nosotros.

—¿Qué no entiendes?-digo viendo al cielo intentando evitarla.

—Por que me evitas.-dice tomando mi barbilla con su suave mano para que nuestras miradas sean conectadas.

—Por q-que te enseñe mi lado más débil.-digo y llevo mi mano sobre la suya para quitar la de mi rostro.

—Tu me lo permitiste.

—Me arrepiento de haberlo hecho.-Me levanto y limpio los residuos de pasto que se encuentran en mi delicada ropa para dirigirme de nuevo al edificio de Bethlem.

Solo pido paz por unos minutos pero no encuentro nada de eso es lo que pienso cada vez que me interrumpen en mis momentos de "tranquilidad".

Camino a paso rápido hacia la puerta pero el cuerpo de Gabrielle se pone enfrente de mi evitando por completo mi entrada al edificio

—No te entiendo, hace una semana me agradeces por haberte ayudado y ahora me evitas, sabes deberías regresar a las sesiones te ayudarían demasiado en estos momentos.-dice haciendo leves golpes con su dedo indice en el centro de mi pecho, su rostro esta rojizo pero no es ese color que signifique de avergonzada sino de enojada.

—Que gano al ir a las sesiones, no gano nada, por que siempre estaré aquí nunca podré salir a demostrar lo que me pudiste ayudar.

—Pero puedes demostrarlo aquí conmigo.

—Lo pensare.

La dejo en la entrada de la puerta miles de emociones se pasan por mi cabeza la necesidad de volver contarle mis problemas con esas voces que se apoderan de mi mente, volver escuchar sus consejos pero el principal motivo volver a verla todos los días.

Quisiera gritar es lo que siento al sentir estas emociones hacia a ella, la frustración se apodera de mi no me permite que pensar o decidir un lado me dice que regrese pero el otro dice que habrá muchos problemas.

Pero los problemas siempre tienen solución.

Dejare el orgullo y me arriesgare para volver hacer el antiguo Harry esto es por mi voluntad y ahora nadie me lo impedirá.

—Volveré a las sesiones.  

Sanity and Madness »h.s| CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora