Capítulo 2.

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Body and soul de Tony Bennet me despierta. Respiro hondo antes de alargar el brazo y apagar la alarma de mi teléfono. Las cinco en punto, aun no ha amanecido. Necesito tomar un baño con agua muy caliente para espabilarme. Silvester el gordo gato persa me mira, sentado plácidamente en lo alto de mi armario. No puedo ocultar mi emoción, hoy será un gran día. El trabajo de innumerables noches de insomnio al fin tendrá recompensa. Un puesto de psiquiatra en uno de los mejores hospitales de Uk. No puedo darme el lujo de llegar tarde, en un golpe de emoción le saco la lengua a Silvester y corro al baño.

El espejo me sonríe, termino de abotonar el saco de mi traje y doy un vistazo o dos para comprobar que me vea pulcra. Peino mi cabello en una coleta y deslizo mis dedos por mi lacio flequillo. Algo más que tachar de la lista de cosas por hacer. Cuando termino de asear mi habitación, alimento al gato. En el departamento reina el silencio, una corriente de tranquilidad me inunda. Amo la sensación que me provoca un lugar ordenado y silencioso. Camino a la cocina ensayando la sonrisa que pondré cuando me presente, lo se es extraño pero me gusta tener todo bajo control. Decido que no voy a comer nada, estoy tan eufórica que creo que vomitaría, lleno un termo con café y estruendoso sonido de mi celular me asusta: una llamada de mi padre.

-Hola querida- casi puedo ver esa amplia sonrisa de orgullo pegada en sus labios, por inercia sonrío también- Que tal...como va todo...-no puedo evitar soltar una risotada cuando noto su intento de parecer desentendido, el me escucha y ríe también.

- Estoy tan emocionada papá todo por lo que soñamos, ¿tu puedes creerlo?- Oigo como Jessica suelta un bufido desde la otra línea. Decido ignorarlo nada puede arruinarme el dia.

-Claro que si cariño, era obvio que esto iba a pasar, estoy tan orgulloso...mi pequeña geniecilla siendo siquiatra titular...- Despues de esto dejo de escucharlo, repiqueteo el mármol de la isla de la cocina con los dedos. Solo entonces es como si llegara a la realidad, la frase se mueve en círculos concéntricos por mi cabeza...a partir de ahora todo será diferente. Me agrada el hecho de tener un puesto importante, repaso todo lo que hice en la hora y media que llevo despierta...asi será el resto de mi vida y me gusta. Sonrío satisfecha escuchando superficialmente el parloteo de mi padre. - es a las 8:00 ¿crees que puedas venir será algo más familiar para presumirle a la familia la buena nueva?

Trato de coordinar mis pensamientos, si por mi padre fuera creo que sería capaz de publicar en el periódico que su hija consiguió el puesto de entre más de 300 aspirantes. Tiene el síndrome del padre orgulloso y no es que me moleste pero a veces me avergüenza un poco. Asiento con la cabeza como si el pudiera verme y le respondo con un monosílabo gutural que el interpreta como un si definitivo. Aunque quisiera no me salvaría de esta.

Cuelga deseándome suerte y me despido. Fue una conversación de veinte minutos y yo solo he hablado cinco. No sé quién está más emocionado, pero creo que él. Son las siete en punto y aproximadamente se hacen treinta minutos de camino hasta las afueras de Londres. Lo que significa que aún tengo tiempo de sobra para entrar a mi primer turno de las ocho. Hacer varios recorridos al hospital me ayudó a organizarme con el tiempo. He terminado con todo lo que tengo por hacer, y solo me queda vagar por ahí esperando que se pasen los minutos. Grabateo en un post-it la cita de las ocho con mi padre y lo pego en el refrigerador, no quiero olvidarlo. Doy una última leída rápida al maletín con expedientes que me proporcionaron para los pacientes con los que trataré.

Diane Shepard...trastorno agudo del espectro autista.

Jesse Prescott...trastorno de identidad disociativo

Me he aprendido gran parte de la larga lista de nombres pero hay uno que me llama la atención.

Harry Styles...esquizofrenia...

El sonido de mi segunda alarma se activa. Seis y media en punto, pase media hora leyendo su expediente no me di cuenta de ello. Meto todo en el maletín y salgo de mi departamento. Doy un repaso mental para verificar que no haya olvidado nada.

Es una mañana espantosamente fría, las nubes de tormenta nublan el ambiente, Paul, el portero me sonríe ampliamente y yo hago lo mismo. Una ráfaga de viento helado me congela las mejillas, subo al auto y prendo la calefacción. Aun a estas horas las calles son ocupadas por cientos de autos, todas esas personitas tienen prisa y todos quieren pasar primero. Respiro hondo antes de perder el control y soltar una blasfemia.

La caseta de seguridad me deja pasar, aparco el ato en el estaciona miento exterior. Ya ha amanecido y la luz solar ilumina en todo su esplendor el edificio de tres pisos. El pabellón de hombres esta justo enfrente de mi. Numerosas ventanas esparcidas, techo de teja y un gran portal. Construido en 1247, casi parece una casa muy grande, si omitimos el hecho de que tiene una historia caracterizada por crueldad y trato inhumano, claro que hoy en día es considerado uno de los mejores vanguardistas y el primero en Europa. Hospital Real de Bethlem, lo repito un par de veces en voz baja. El estacionamiento esta repleto de autos y a mi lado izquierdo un vasto jardín se extiende hasta donde se pierde la vista. Alcanzo a ver más edificios y me imagino que será el pabellón de niños y de mujeres. Camino con determinación hasta la puerta alta. El blanco monocromático se hace presente enseguida, la recepción de techo alto me abruma un poco.

Se supone que tenía que verme con Sally la directora de la institución. Me adentro un poco más por mi cuenta, todo es tan pulcro y monocromático, llego hasta una sala de recreación. Aún es temprano así que está vacía.

-Tú debes ser la nueva psiquiatra.- Una voz femenina me toma de sorpresa. Volteo es una mujer alta tal 1.80 o más. Me mira fijamente con grandes ojos verdes, impacientes.

-Si soy yo-Me extiende la mano para saludarme y sonríe.

-Bien, soy Sally Brooks la directora de Bethlem.- Asiento con una sonrisa nerviosa.

Después de darme un recorrido por las instalaciones me toca una cita con mi primer paciente.

Sanity and Madness »h.s| CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora