Las mañanas en la mansión eran algo frías, pero le gustaban. Estaba dudando entre salir, cambiarse y afrontar otro duro día o fingir estar enfermo para poder quedarse en la cama. Recordó la conversación a la noche con la señora y se puso de pie casi al instante.
Pensaba que lo que sentía debía ser una locura, una simple atracción que se vería finalizada con la aparición de la verdadera dueña de su corazón, pero no, era algo mucho más fuerte. SI bien desde pequeño se había quedado prendado ante a aparición de sentimientos fuertes, no sabía que realmente se sentía hasta ese momento. Podía acordarse de todo al mínimo detalle: sus ojos, su pelo, su estúpida caída en las escaleras, Wanda advirtiendo que no debía, Pietro riéndose..
Sin duda alguna, todo muy pintoresco.
- Esta tarde vuelve el señor Barnes de su viaje con un regalo para la señora- cotilleo la mujer con el delantal escarlata- Y por lo que he oído al señor, quizás sea él quien coja la mano de la señora
- ¡NO!- Gritaron Pietro y Steve a la vez
- Hermanito, pintorzuelo, ya lo hablamos: nada de oponerse a las decisiones del señor Petrovich. Todo lo hace para que su hija sea feliz y viva más.
- Pero Natasha no sería feliz sin experimentar el primer amor
- ¿Y quien dice que el señor Barnes no sea la persona de la que se enamore?- entró al trapo Jarvis- Os recuerdo que eran buenos amigos antes de crecer a adolescentes mimados
- ¿Si fuera así, no le hubiera dicho Natasha la verdad al señor y se hubiera ahorrado los millones de pretendientes que le ha traído a la pobre?- siguió Pietro, quien no aceptaba ninguna de las cosas- Ella lo quiere como el amigo idiota que es. Además, el señor Barnes ya estuvo una vez prometido con aquella señorita que decidió huir de todo y no se supo más de ella
Steve se quedó a un lado, sin enterarse de media conversación de los sirvientes. Él no quería que ella se casara con un desconocido con dinero que la pueda llevar a los lugares donde su enfermedad no la golpeara tanto o con un amigo rico de la infancia, quería que estuviera con él pintando apartados de todo aquello. La vida sencilla con mucho amor era lo que sanaba realmente el corazón.
- ¡Eh, Steve! ¡Tierra llamando a a Steve Rogers!
- ¡¿EH?!
- Otra vez...- suspiró Wanda
- Yo creo que Natasha solo puede conocer el amor de verdad por su cuenta. Por muchos hombres que vengan, por muy amigos que sean, el amor nace solo... presionarlo no es más que una estupidez
- Ves hermanita, este esta de mi parte
- Pietro, que este estúpido esta enamorado de la señora y como se meta, arderemos todos en el infierno de la desgracia
- Tu no vuelves a la iglesia en mucho tiempo- sentenció su hermano
¿Enamorado? ¿Tan rápido se decía aquella palabra. Apenas conocía a la señora, pero ya sentía aquello como una conexión repentina.
- Anoche le dije que tenía la idea de enseñarle a la tarde todos mis bocetos y cuadros de como era la ciudad ya que no encontramos forma de escapar de esta casa...
- Os llevaría, pero no sabría como responder al señor después...-comento un poco Pietro enfadando más a su hermana
Opto por despedirse para poder dibujar algo en el jardín. Esa paz capaz de aislar a cualquiera de ese mundo cruel que era la ciudad, podía comprender porque todos los ricos optaban por moverse a esa periferia. Era suave, perfecto para todo a diferencia de esos puentes llenos de mendigos, esas calles abarrotadas, esas casas tan altas...
- ¿Puedo echarle una hojeada?
- ¡Señorita Romanoff, no me asuste!
- Perdona, Steve, pero estaba cansada de esperar a Banner o Barnes... No tenía nada que hacer y quería ver ese cuaderno tuyo
Con la mano temblando, le entregó aquel cuaderno lleno de bocetos. Ella se quedo asombrada al conocer aquel exterior prohibido. Él intentó explicar que no era más de lo que veía, con algún detalle inventado para quedar bien, pero ella seguía absorta en conocer cada uno de os detalles que nunca había visto en persona.
- Me gusta como lo haces... ¡Hazme un retrato!
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Мисс деньги
Fanfiction[AU Romanogers] Steve Rogers no es más que un simple pintor endeudado con un mes de plazo para pagar. Cuando consigue un buen trabajo en la casa de Petrovich, conocería a la viuda Natalia Romanova.