Las campanas sonaban repetidamente, anunciando el inicio del funeral. Toda la gente vestida de negro escuchó entre falsas lágrimas y llanto la misa y dieron sus condolecías al único familiar vivo que quedaba. Pietro sentía que tenía ganas de echarlos a todos la iglesia, pues los únicos que realmente sentían pena de todo lo que estaba pasando eran ellos y no el tal Vindiktor. Al terminar, los únicos que quedaron fueron él, su hermana y Jarvis. No querían ir con toda la comitiva a enterrar el cuerpo. Solo cuando vieron prudente salieron a paso lento hasta el camposanto. Sabían que debían irse rápido a la lectura del testamento, estaban invitados por el mismo notario, pero por ese cariño estaban dispuestos a no ir.
- ¿Estará bien? ¿En el cielo le darán ese vodka que tanto le gustaba?- preguntaba entre lágrimas Wanda después de depositar una de las flores favoritas
- Por lo menos se fue contento- intento consolar Jarvis- Y seguro que tendrá esos puros cubanos que fumaba sin que la señorita lo supiera
Pietro ayudó a su hermana para llegar andando hasta la notaria. Eran realmente pocos los que estaban, y la gran mayoría parte de negociantes y aquel hombre. El notario fue quien llegó tarde, apurado pues la carpeta con los cambios recientes no aparecía. La sorpresa fue mayúscula al descubrir que la mayor cantidad iba a los hermanos Maximoff y Jarvis, sin importar los lazos de Romanoff. Todo aquello en lo que habían trabajado les correspondía porque así quería el señor, la casa era enteramente suya.
- El señor ha sido demasiado amable- la menor no se lo creía. La casa entera, los sirvientes con los que ella había trabajado codo con codo... absolutamente todo les pertenecía. Se paró en frente del cuadro de Natasha Romanoff- Estoy segura de que estarías orgullosa, señorita
- Ahora si que os dejaría casaros- dijo con un tono de broma Pietro, sentándose en uno de aquellos sofás en los que nunca se hubiera sentado antes- Jarvis, tendremos que ver como se manejan las cosas para no acabar en la ruina
El mayordomo aun no había hablado del asombro, cosa realmente comprensible. Pero no podía dejar de ver el retrato de la señorita. Los tres la echaban de menos, y se enfadaban si también se olvidaban de Steve Rogers, el pintor, pero solo tenían un autorretrato que en su día había robado Natasha sin que este se hubiera enterado.
- Creo que es momento para que nos cuentes que paso, Pietro. Nos lo debes
Su hermana tenía razón. Él solo se lo contó al señor de la casa, que tuvo una mezcla entre alegría y tristeza de saberlo todo. Pietro solo hizo lo que debía esa mañana, llevar a la señorita, pero ella insistió hasta el cansancio de que debía saber a donde se había ido Steve, a pesar de estar a nada de casarse. Supo al instante que ella lo amaba tanto como él, por lo que la llevó hasta aquel lugar. No esperó ver a su amigo en el suelo durmiendo con un billete de tren al lado de la maleta, pero fue un alivio pues así ella podría despedirse. Estaba realmente mal, necesitaba un médico, pero ella desoyó aquello y Steve tuvo que ver el horror de, después de un beso y palabras de amor, verla desmayada en sus brazos. Ayudó a Pietro a subirla, pero se tuvo que quedar a ajustar cuentas con los cobradores que habían aparecido.
Ese fue el último momento que pudo ver al pintor con vida.
Y ella murió en de camino al hospital.
La boda se volvió funeral y por no dejar al novio como una persona cornuda, mintieron diciendo de la urgencia. Iván se vio totalmente destrozado y no salió de la casa durante un largo periodo donde solo entraba el doctor Banner, quien aseguraba en cada llegada al trío que se estaba muriendo irremediablemente. Y en todo ese momento, Pietro no pudo evitar sentirse culpable, y calló ese secreto tan fuerte como pudo.
No dejaba de imaginar como hubiera sido todo si no hubiera encontrado al pintor ese primer día, si no hubiera llevado a Natasha ese último día a verlo antes de que partiera y todo en medio. Quizás hubiera podido huir y mandar una carta de amor cada tiempo. ¿Vivo? ¿Ella hubiera sobrevivido? Daba igual, ya había pasado y su hermana merecía saber uno de los finales más trágicos que Maximoff había conocido y que, a diferencia de los protagonistas, no dejaría morir.
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Мисс деньги
Fanfiction[AU Romanogers] Steve Rogers no es más que un simple pintor endeudado con un mes de plazo para pagar. Cuando consigue un buen trabajo en la casa de Petrovich, conocería a la viuda Natalia Romanova.