Capítulo 1:"Notición"

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Como cada mañana me despierto de mal humor por no dormir lo bastante. Perezosa me dirigí al baño a zancadas y me duche. Después de la ducha me vestí con un vestido negro de puntilla. Me calce los zapatos de tacón y baje a la cocina.

En la cocina, como de costumbre, me cruce con mi mamá y Sabrina, mi hermana. Las salude y me senté al lado de mi hermana para desayunar.

-¿Cómo dormiste?-pregunto mi mamá como siempre.

-Más o menos, mucho trabajo-respondí cogiendo del plato un pedazo de pan.

-Tengo dos cosas que decirles-murmuro mi madre volteando a vernos.

-¿Cuáles?-preguntamos mi hermana y yo a unísono.

-La primera-sonríe-, ya conseguí lugar para vivir.

-Pero, mami, no hace falta que te vayas, esta es tu casa también-dije haciendo puchero.

-Lo sé, mi niña. Pero, ¿te olvidas de que tú tienes que tener un lugar para ti sola?

-No, mami, pero no hace falta que te vayas tan pronto-reproche.

-Está bien, pero cuando consiga la fecha para dentro de unos meses, me iré, ¿sí?

-Si-respondí sonriendo por haber cumplido con mi propósito. Luego la mire y pregunte-: ¿Qué es lo otro que nos tienes que decir?

-¿Vieron en la televisión la propaganda del concierto de RS?-pregunto mi mamá, mi hermana y yo nos miramos confusas y sonriendo agrego-: Romeo Santos, niña. Bueno, por haber sido maravillosas conmigo, les voy a regalar un boleto a cada una.

Mi hermana y yo saltamos a sus brazos y la abrazamos con fuerza, al mismo tiempo las tres dijimos a unísono:

-Notición.

Una vez terminamos de desayunar, acompañe a mi hermana a la escuela y yo me dirigí a mi trabajo. Para ganar dinero para que mi hermana vaya a un buen colegio secundario, primero trabajo en un Starbucks desde las ocho de la mañana a las dos de la tarde, luego tengo media hora libre y después un tiempito para dirigirme al restaurant, donde trabajo primero lavando platos, ollas, sartenes, copas, vasos, cubiertos, etc., y a las cinco de la tarde hasta las nueve y media de la noche trabajo de camarera.

Eran las nueve de la noche, faltaba media hora para que me fuera, mi jefe me llama y me acerco a él.

-Connor, vaya a tomar el pedido de la mesa quince-me indico y rápidamente obedecí o me echan a patadas.

Me acerque a la mesa, de lejos veía un hombre de espaldas, moreno, cabello oscuro, un saco de vestir color gris. Me acerque para tomar el pedido, al ver quien era me quede en shock.

-¿Está bien, señorita?-escuche.


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