Domingo

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Empecemos por el hecho de que nunca fui buena con los sentimientos. Sí, puedo escribir acerca de ellos, puedo comprender los de otras personas, pero no puedo manejarlos. Y cuando me despierto frente a un Domingo soñoliento, creo que el corazón va a salirme del pecho. No es que lo necesite después de todos estos días... ¿No?

Para mí, los sentimientos son algo estúpido, que te importe alguien es estúpido. ¿Por qué darle tu vida a otra persona? ¿Para qué prometer un futuro a su lado si, a la primera copa o un par de piernas largas, esa persona se va y lo que queda de vos son pedazos en el suelo? ¿Para qué enterrarme bajo latas vacías y colillas de cigarrillo? ¿Cuál es el punto de todo esto? ¿Volverme loca pensando en que nadie es capaz de amar? No gracias, prefiero ahorrarme la decepción. Prefiero quedarme con el brillo de mi alma intacto.

En esto estoy, cuando él se despierta con toda su gloria, sus piernas entrelazadas con las mías y un beso en la comisura de mis labios. Demás está decir que me descoloca por completo, me tienta y me descongelo un poquito.
Parece enamorado, creo. Luce como todos los recuerdos de un verano bajo el sol. Como si todos los secretos del universo se escondieran en sus pestañas. No es justo para el resto de los mortales débiles como yo.

Nos quedamos en la cama y hacemos maratón de películas. Una brisa cálida entra por la ventana y el ruido de los autos llega hasta nosotros. La ciudad vibra y no nos importa.

Una risa encantadora brota del fondo de su pecho y trato de evitar que ese sonido me afecte. Lunes está a la vuelta de la esquina y debo reunir fuerzas para enfrentarme a él.

Domingo me atrae hacia su pecho y me dice que, a pesar de todo lo malo que me pueda pasar durante los próximos días, el siempre me estará esperando.

"Siempre seré tu hogar."

Me gustaría creer en sus palabras. Quiero quedarme suspendida en este preciso momento. Con su voz en mi oído recitándome la declaración de amor más cliché del mundo, la cual repiten siempre en una comedia romántica del '98. Quisiera despertar a su lado todos los días. Quisiera que el sol no se escondiera nunca, para no enfrentar la realidad.

Sin embargo es imposible. Y la verdad es que, tarde o temprano, la semana tiene que volver a empezar.


Week Love (Historia Corta) [#Wattys2016]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora