Y Empezamos con un 'Hola' (Dipper y tú) #Libro1

10. ¿Por qué la besaste? y ¡dámelo, es mío!

—Y-Yo... mira, no quiero que te vayas, Mabel te quiere, a Stan le empezaste a agradar, y a Soos, bueno, a él le caen bien todos... ¡Incluso me agradaste cuando te conocí pero estás comportándote como una loca! Por favor, escúchame. Nada de esto te beneficiará. Estoy siéndote completamente sincero.

—¡Calláte, eso no es cierto! —gritó ella.

—¡Claro que sí!

—¿Entonces por qué la besaste, Pino? —interrumpió Bill.

—¡Porque quería que cerrara la boca por un momento! Me importa y me importa también lo que pueda pasarle si eres tú con quien hace tratos.

—¿Entonces por qué no besaste a ______? También te importa ella, ¿no? ¡y has pasado más tiempo con ella que con esta chica! —dijo el rubio.

Yo iba a responder, pero Daniela me interrumpió.

—¿Quién es ______?

—Su novia —respondió Bill con una sonrisa.

—¡¿Y me besaste?!, ¡Eres un descarado, Dipper Pines! —me señaló.

—¡No! ¡ella no es mi novia! ¡sólo es un amiga!

—¿Una amiga por la que empezaste a sentir celos cuando ella te habló sobre ese tal Max? ¿eh?—dijo Bill.

—¡No! ¡agh! Cierra la boca, Bill —ya me empezaba a hartar— ¡¿Y tú cómo sabes sobre ese Max y ______, y todo lo que llevo con ella?!

—Ya lo había dicho antes, puedo leer mentes y lo sé todo, así que no te preocupes, ahora mismo sé lo que estas pensando, Pino —contestó Bill sonriendo maléficamente.

—¡Oye! ¡no debes meterte en la vida de los demás!

—¡Cállate! ¡soy Bill Cipher, yo hago lo que se me da la gana!

—¡Pues tú..!

—¡Silencio! —sentenció Daniela— ¡¿por qué se pelean tanto?!

—¡Porque nos odiamos! —dijimos con Bill al unísono.

—Pues no deben hacerlo —dijo ella—. Tú, Bill —dijo señalándolo—, no te quieras creer el mejor, por que se te ve que eres egocéntrico; y tú, Dipper —apuntándome— ¡jamás me vuelvas a buscar en tu vida!

—¿Pero qué..?

—Yo no pertenezco aquí, y lo sabes, Dipper —dicho esto, salió corriendo hacia el bosque.

—¡¿Qué has hecho, inútil?! —preguntó alterado Bill.—¡Dejaste ir a esa chica, sólo por un capricho tuyo que era que _______ se quedara a la fogata contigo! ¿ves? ¡lo sé todo!

—¡Al menos no hizo ese sucio trato contigo! —me fui corriendo a la Cabaña Del Misterio lo más rápido que mis piernas me lo permitían.

—¡Verás que Daniela se perderá en el bosque, está sola, es de noche, y no puede encontrar el camino de regreso a su hogar! ¡Hay demasiados peligros en este pueblo, Pino! —gritó Bill a lo lejos— ¿No dijiste que la querías proteger, más bien, lo pensaste?

—¡Si tanto te preocupa ella entonces prótegela tú, Bill! ¡ella no quiere que volvamos a tener contacto! —grité, perdiéndolo de vista.

Con ______ y Pacífica...
Narras Tú:

Después de que Dipper me dejara en la mansión con mi prima, empecé a buscar el diario, ¡pero no lo encontraba por ningún lado! ¡no se pudo haber ido solo!

Toda la noche estuve buscando en mi habitación, en la biblioteca, en la sala, en la cocina, en el sótano, ¡y nada!
Okay, ______, no te desesperes, tú puedes encontrarlo.

Urm... Veré si mi prima lo ha visto...

—¡Pacífica! —grité desde afuera de su habitación.

—¿Qué quieres, niña? —preguntó de mala gana mientras salía del cuarto.

—Que graciosita, dime ya, ¿qué quieres?

—Quiero saber si has visto mi diario —respondí.

—El perro se la comió —dijo con aire despreocupado.

—¿QUÉ?

—¡Era una broma, tontita! Ni siquiera tenemos perro —se burló Pacífica.

—No es gracioso —dije un tanto molesta.

—Ya, ya, el diario esta en mi habitación. Urm... ¿sabes qué? ¡No te lo voy a dar!

—¡Pacífica! ¡es mío!

—¡Ni modo!

Entré a su habitación hecha toda una furia, empecé a buscar el diario por todos lados, en cajones, ropero, muebles, peinador, mesita de noche... ¡incluso debajo del colchón de la cama!

—¿Dónde rayos lo tienes? —exclamé alterada.

Ella volteó rápidamente hacia lo que venía siendo el pedazo de arriba del closet, ¡ahí lo tenía!

Corrí velozmente y me enganché en la manija del closet, casi se rompe, pero pude tomarlo rápidamente y lo bajé.

—¡Hey! —me gritó Pacífica— ¡Regresa!

Salí corriendo de su habitación. No tenía nada que reclamarme, después de todo, el diario era mío.