Dylan

3.3K 440 1
                                    

No entendí en el momento que le sucedía a Alma en esos días. Estaba algo distante y preocupada. Era diferente a la chica alegre y despreocupada que encontre meses atras. Cuando le preguntaba solo sonreía y decía que estaba algo agobiada por las responsabilidades de la empresa pero nada más. Yo sentía que me estaba ocultando algo.

Con John nos hicimos buenos amigos. Empezó a estudiar administración con mi amigo London, mi amigo decía que John a pesar de su ruda apariencia era un tipo inteligente y aplicado y por supuesto tenia locas a todas las estudiantes de la academia.

Por las noches Alma dormía conmigo pero después de hacer el amor tan apasionadamente como siempre la sentía distante y preocupada.

Hable con John al respecto una tarde mientras tomábamos una cerveza.

_ está preocupada porque el diablo me quiere de vuelta con la banda y llego a amenazar con ir contra la familia si no me uno de nuevo_ lo mire confundido

_ No sé quién es el diablo _

E l se quedo un momento mirando la nada y luego de tomar un trago de cerveza dijo

_ vamos al parque necesito un cigarrillo y te contare todo lo que se_

Pago las cervezas y nos fuimos a el parque de enfrente. Mientras compartimos unos cigarros el comenzó a hablar. Me conto quien era Ethan Brooks, como había trabajado para ellos y como en una reunión habían muerto su mujer y su hija en una balacera. Como había abandonado la banda y como meses después Alma conoció a Ethan y pasaron una misteriosa noche juntos de la que todos saben pero nadie habla. Me senté en silencio procesando todo mientras él seguía hablando.

_ Desde que conoció a Alma el diablo cambio. O eso dicen. Yo no me lo creo, un tipo tan sanguinario y cruel como el no cambia por una mujer, ni si quiera por una como Alma, así que no se que se trae entre manos pero te digo unan cosa Dylan, Alma es una mujer de armas tomar y me preocupa que vaya a tomar cartas en este asunto_

_ yo también estoy preocupado por eso hermano..._

Mi padre empeoro en esos días. Estaba débil y la quimioterapia lo dejaba exhausto. Alma dijo que me tomara unos días para estar con él. Era lo que necesitaba. Ella me acompañaba todo el tiempo, en la clínica y por las noches en la casa. Amaba como papá se reía con ella recordando anécdotas de su adolescencia. De cómo se escapaba a bailar por las noches y cuando volvía Mina la estaba esperando con el desayuno y sin ningún reclamo. De cómo usaba el dinero que Declan le daba todos los meses para ayudar a gente de la calle y comprar almuerzos para compañeras y compañeros menos afortunados. Miles de anécdotas que hacían que día a día me fuera enamorando profundamente de ella. Solo esperaba que ella sintiera lo mismo por mi.


Alma SalvajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora