Capitulo 24

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Las maletas ya estan llenas hasta el tope, nos vamos a Londres, e iremos a visitar la universidad, aún hay gente estudiando para aprovar las que han suspendido.

Jon me quiere hacer una sorpresa o sorpresas; esta semana cumplo mis 18 añitos, y él me quiere hacer un montón de sorpresas cada día.
Madre mía estoy enamoradísima de él, me da igual las sorpresas mientras esté con él, estoy feliz.
Un grito me quita de mis pensamientos;
-¡Claudia, amor, ya tenemos que ir!
-¡Voy!- cojo la maleta pesadísima y bajo como puedo las escaleras, Jon al verme corre hacia mí, recoge la maleta y la pone en el maletero de un taxi.
-¿Y este taxi?
-La primera sorpresa- me dice susurrándome a la oreja.
Subimos al coche.
-¿Te puedo tapar los ojos?
-Como quieras- digo con indiferencia.

El viaje pasa algo aburrido hasta la última media hora que le pidió al taxista que suviera la ventanilla.
-¿Eso se puede? ¿Este taxi es muy raro?
-Bueno es diferente.
Coge alguna cosa y lo abre. Huelo algo dulce, ¿chocolate? Y después abre alguna bolsa de plástico.
-¿Qué es cariño?
-El mejor beso de tu vida.
Me unta el chocolate en la mejilla y después en los labios y al final en el cuello. Después corta lo que había en esa bolsa y me lo reparte por las zonas donde anteriormente me había puesto el chocolate y empieza a chupar la mejilla y después el cuello, haciendo mordiditas, yo mientras gimo como loca.
-No seas así, comeme los labios.
Supongo que lo que él deseaba era eso, que le suplicara, porque segundos más tarde estábamos saboreando el beso más dulce del mundo😆👅☕️
Me quita la benda y bajamos del taxi, le paga y nos dirijimos al aeropuerto.

La espera se nos hace larga, más de dos horas antes que el megáfono pida a los pasajeros destinados a Inglaterra que se levanten. Nos dirijimos a la entrada y le damos los pasaportes a los guardias. Pasamos por los rádios y vemos que ha una chica de nuestra edad la han cogido, igual lleva droga o igual no. Nunca lo sabremos.

Y por fin estamos sentados, él en el asiento 26 y yo en el 25.
-¿Bueno preparada para la segunda sorpresa?
-¿Mmh?
De repente viene una azafata con dos copas de champany.
-Felicidades, señorita Claudia- dice con un tono demasiado dulzón para su edad.
-Muchas gracias- le digo amablemente.
Cuando se marcha le suelto a Jon.
-Eres realmente un fenómeno, eeh.
-¿Verdad?, pero me quieres.
-Demasiado- le sonrío y él también.
Media hora más tarde ya han repartido los cascos en una bolsa de plástico, y han encendido las pantallas para que tu puedas seleccionar entre un montón de variedad las películas que te gustan más. Pulsé la de "Un pasaporte a París" de las gemelas Olsen; una película que puede parecer de niñas pequeñas pero es una de las que más me gustan en la historia de mi vida y además tiene una gran parte de amor.

Intento verla pero cada vez mis ojos se van cerrando hasta que apoyo la cabeza en el hombro de Jon y me quedo totalmente dormida.
-Eehh dormilona, despiertate- oigo la voz de Jon y abro los ojos.
-¿Ya hemos llegado?- mientras hago un gran bostezo.
-Sí, ya hemos llegado.

Bajamos del avión, con las maletas ya en las manos directos para experimentar Londres y sus nuevas calles llenas de gente y tiendas.
-Cariño, tengo un gran plan; ahora vamos a ir al hotel a dejar nuestras maletas, y después nos vamos a un parque lleno de fuentes. Por cierto ¿me dejas que te venda los ojos?
-¿Otra vez, no les parecerá algo extraño?
-¿Es lo único que te importa, que les parezca extraño?- me mira y me sonríe, con esa sonrisa que me enamora.
-Sí, si estoy contigo me da igual donde y como nos vayamos.
-Realmente, eres fabulosa- nos abrazamos y seguimos caminando. Después me pone una cinta roja tapando así mis ojos.
-¿Porque vamos caminando?
-Bueno se supone que el hotel esta un poco lejos pero no lo bastante como para ir en coche, además...
-¿Oye cuando llegamos?
-Solo un rarito más, que poca paciencia tienes amooor.
-Lo sé, es de genética.
Pasan unos diez minutos y yo me desespero aún más.
-Venga...- oigo una puerta giratoria detrás de mí, y Jon me deja ir.

Tengo miedo, la primera vez que tengo miedo cuando sé que Jon me está mirando y está conmigo.
Empiezo a sentirme mal, toqueteo mi alrededor para encontrar alguna cosa a qué subjetarme pero no lo consigo, doy vueltas, hasta que unos brazos cálidos me envuelven toda.
-Pequeña estoy aquí, tranquila no te voy a dejar por nada del mundo, pero intenta desatarte así podrás ver la sorpresa tu misma.
Me quedo quieta y más tranquila. Intento deshacerme pero me cuesta.
-¿Enserio, lo tenías que atarlo tan fuerte?- oigo su risa y me desato, cuando miro a mi alrededor, me empiezan a caer lágrimas y más lágrimas.
Lo único que puedo pronunciar es:
-Te quiero, mi amor.

NARRA OLIVIA
-¿Sergio, quieres venir a mi casa?
-Claro.
-¿De verdad? Vas a conocer a mis padres, yo te aviso por si no quieres ir.
-Claro que iré, me apetece mucho conocer a tus padres- se levanta y nos besamos, él profundiza nuestro beso, y nos separamos para cojer aire, pero
vuelve a juntar nuestros labios.
-¿Quieres ir a la habitación?
-Venga, vamos.
Entramos a la habitación, él me pone contra la pared y empezamos otra vez con los besos, hasta que me coge por la cintura y me lleva a la cama.
Empieza a desabrochar mi camisa y yo su pantalón, me gusta empezar rápido. También los boxers y mi sujetador caen al suelo.
Entonces entra, me hace mucho daño, demasiado daño, esto no es normal.
-Para, para un momento- digo con la voz entre cortada.
-¿Qué pasa te sientes  bien?
-Me ha dolido, demasiado, te puedes esperar unos minutos.
-Claro, tranquila, esperaré aunque se me sea difícil, quiero sentirte.
Me río:
-Que mono que eres- nos besamos y así durante diez minutos, hasta que mi cuerpo me dice que tengo que seguir que quiero sentir sus gemidos y mezclarlos con los míos.
-Ya puedes- él no hace nada, me mira con cara de ¿no te dolerá solo han pasado diez minutos?
Y como no puedo esperar me muevo yo sola. Empiezo ha hacer círculos cada vez más profundos, y mi boca empieza a gemir como loca.
-No... Me... Hagas... Esto- digo sin poder abrir los ojos.
-Te... Mmm... Ayudo- y empieza a dar embestidas, cada vez más fuertes.
-Siii... Asiii... Maaaass- y los dos nos derretimos en un gran orgasmo.
Él se separa y se tumba al lado mío, los dos nos miramos:
-Te quiero- le digo.
-Yo más.
Y nos undimos en un nuevo beso.

NARRA MARTINA
Desde que empezó este nuevo curso, Roger, está diferente; más distante, más frío.
Tengo miedo de perderlo, es fácil porque es más mayor que yo y tiene más esperiencia...
-¿Martina me oyes?- Roger me quita de mis pensamientos bruscamente.
-Lo siento.
-¿Qué te pasa?
-Nada...- digo con indiferencia.
-Ya se que te pasa.
-¿Mmh?
-Qué quieres algún regalo.
-No.
-Entonces una sorpresa o ir de compras conmigo o...
-¡No, no y Nooo!
-¿Entonces qué?
-¡Siento que te estoy perdiendo! Ya no quedamos tanto, y cuando quedamos tu estas muy frío, no me haces caso. Pienso que igual hay otra, a la cual quieras más que a mí, eso es raonable porque yo soy mucho más pequeña que tu, pero es que...- y empiezo a llorar, ¿porqué me duele tanto el corazón?
-No llores, no tengo ojos para otra chica, la única que puede robarme la vista eres tu, preciosa, lo siento mucho, mi trabajo me esta llevando demasiado tiempo.
Me coje la cara con sus manos grandes que tanto pueden romper algo como me pueden proteger, y nos fundimos en un beso.

PD: Perdonaaaaad, ya se; demasiado tiempo sin poner un capitulo, casi un mes entero. Tengo una razón: en nuestro colegio han vuelto a prohibir los móviles en la clase, así que mi rato libre de imaginación se ha reducido a muy poco tiempo. Ahora he empezado a llevar el móvil, porque ya no podía más.
A cambio de este mes, hos he traido un capitulo muy largo del cual describe las vidas de casi todos los personajes y como van progresando. Hos juro que el siguiente capitulo llegará muy pronto.
Besos a tod@s y muchas gracias por estar conmigo siempre💋💋😘💕💋💋😍

Amor en familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora