Capitulo 32

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NARRA MARTINA
Las temblorosas manos, el sudor frío que cae de la cabeza y se dispone a seguir el camino de la espalda. Las lágrimas calientes que mojan las gafas. Los jadeos casi gimidos.
-Madre, por favor... ¿Qué te pasa? Me estás asustando.
-Es que... No puedo hacer nada, hija mía. Toda mi vida he estado pensando que soy una mierda como madre. Una que no te daba cariño, que no te daba ni lo más básico para que tu tuvieras una infancia normal y supieras hacerte mayor e independiente. Pero no lo podía hacer- dice llorando- ya no aguanto más. Solo te pido perdón, solo quiero que me perdones. Por favor...- las últimas palabras quedan como un suspiro, como el vaho de un día que hace mucho frío.
-Para, madre, tranquílizate. ¿Quiéres? Es que no te entiendo; me estás hablando de que alguien te retiene...- y por fin lo entiendo.

Alguien que la retiene... ¿Quién la retiene? ¿Qué persona capaz de tener el suficiente poder como para que mi madre se quede sin fuerzas, sin energía, sin nada?
-Madre quítate las gafas, estamos en un sitio cerrado.- No quiero prestarle atención, no puedo hacer eso.
-No puedo...- dice con un hilo de voz.
-Madre, tienes que hacerlo todo el mundo te está mirando, y te aseguro que no es porque estás buena- replico haciendo memoria de sus palabras.

Se empieza a quitar las gafas, muy cuidadosamente. Pero algo va mal. ¿Porque el ojo derecho lo tiene inchado y de un tono amarillento?
-¿Qué te ha pasado?- le pregunto.
-Me he caído.
-¡No me mientas más!- le grito- hay que llamar a la policia, pero primero que te lo curen.
-No, por favor no llames a la policia. Sino él me comerá.
-¿Quién te comerá?- digo extrañada- nadie te comerá si estoy yo a tu lado. Hay que llamar a la policia. Me da igual que digas que no, se muy bien quien es y no necesito tu respuesta.
-¿Cómo lo sabes?- pregunta confusa.
-Porque desde que era pequeña lo supe. Como te miraba, como te dirigía la palabra, y sobretodo por aquel incidente- remarco la palabra.
Aquel incidente, que por las noches se vuelve a reproducir como una canción.
-Y sí lo vi.
-Lo siento mucho- dice llorando.
-Voy a llamar a la policia, mientras, voy a salir del hospital, tu te quedas aquí. No quiero protestas. Harás lo que yo te diga. Te irás al médico, te curará las heridas y te quedarás con Roger. ¿Entendido?
Asiente con la cabeza lentamente, mirando a un sitio en el infinito. La cojo de la mano, y la envío a la recepción.

Cuando mi madre entra en la habitación, marco el número de teléfono de los mosos.
-Dígame, ¿Cual es su emergencia?
-Hola, por favor envíe a alguien, mi padre a pegado a mi madre. Y está herida con un puñetazo muy grande en el ojo derecho y unos ematomas por los brazos y seguro que también repartidos por el cuerpo.
-Por favor dígame la calle.
-Jorge Juan, núm.8.
-Ahora mismo llegará una patrulla a su casa.
-Muchas gracias, por cierto ¿puede llamarme en cuanto esté en la comisaría? Quiero visitarlo.
-Lo siento, no se es permitido hacer eso, antes tendrá que esperar hasta el juicio para poder hablar con él.
-Muy bien, esperaré hasta que ese cabrón vaya al juicio.
Cuelgo sin despedirme y corro hacia la habitación donde me he hecho la ecografía.
Abro la puerta y veo a Roger sentado mirando las noticias. Al verme tan nerviosa, cierra la televisión y me mira expectante.
-¿Estás bien? ¿Qué ha pasado?
-Rápido, amor, mi padre ha pegado a mi madre. Tiene un moratón bien grande en el ojo y muchos ematomas en el cuerpo.
-Lo siento, amor.
-Quiero verlo, quiero recliminarle todo. Toda mi infancia ha sido soledad y todo por su culpa- digo furiosa.
-Tranquilizate, amor. La bebé nos está oyendo.- me susurra mientras me da un beso en la frente.
-Lo siento- también le susurro a la pequeña de la familia.
-Cariño, se que es difícil de explicar. Pero quiero que me cuentes la escena.
-¿Cómo sabes lo de la escena?- digo asustada.
-Un día del mes pasado, te sentaste en la cama a media noche y empezaste a llorar y gritar la misma frase. "Por favor que no vuelva, que no vuelva...". Yo te pregunté qué no querías que volviese y tu me contestaste "la escena, no quiero que vuelva la escena". Y al terminar la frase te volviste a dormir.
-Bueno tienes razón creo que ha llegado el momento de decírtelo. No me malinterpretes, pero no estaba preparada. Era algo que quise guardar en mi interior como algo irreal, como una película. Pero cuando supe que estaba embarazada... toda la "escena" se volvió a repetir; día sí y día también.
-Lo entiendo, pero creo que si me cuentas todo podremos hacerlo frente los dos. O al menos te podré ayudar. Si no me lo cuentas estaré preocupado todo el día.
-Lo se...Todo empezó un día de verano, yo tenía unos 8 años. Y habíamos salido de vacaciones a Benidorm, unas de las únicas vacaciones que teníamos. Ese mismo día mis padres me pidieron que fuera a comprar algunos suubernirs para familiares. Los compré y regresé mucho más rápido de lo que me imaginaba, así que me quedé a mirar un poco otras tiendas que estaban muy cerca del hotel. Cuando miré hacia la entrada del hotel, vi cómo mi padre salía con las manos ensangrentadas. En ese momento se me paralizó el corazón. Sabía que él había hecho algo a mi madre, y lo sabía por el simple hecho de su pequeña sonrisa tímida que se le formava cada vez que se miraba las manos. Yo me mantuve un rato mirándolo, sin saber qué hacer. Unos segundos más tarde subí a la habitación y abrí la puerta. El suelo...- paro y mi vista se empieza a nublar- tenía pequeñas gotas de sangre secas, y llegaban hasta el baño. Allí me estaba esperando mi madre con pequeños cortes en los brazos piernas y cara, todo heridas algunas más profundas que otras. Estaba en la bañera, con los ojos cerrados y mirando hacia arriba con una sonrisa de relajación absoluta. Corrí hacia ella, me senté en el suelo y la miré. Tenía miedo de despertarla, se la veía tan relajada tan sonriente... Y me dormí, hasta que mi padre me despertó en el hospital.
-Lo siento mucho, cariño, siento mucho que te hayan pasado estas cosas tan horribles.- me abraza y me besa.
-¿Y sabes qué dijo cuando le pregunté porque mi madre estaba con cortes? "Se lo hizo ella porque sufre de depresión". Pero yo lo vi con mis propios ojos sus manos ensangrentadas, lo vi todo... Pero en vez de llamar a la policia me callé, lo callé porque tenía miedo de que me matara.
-Eras solo una niña...

Amor en familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora