Daysi no había regresado todavía cuando Harry regresó de la oficina. Eran más de las diez cuando sonó el timbre de la puerta. Harry fue a abrir esperando que fuese Daysi, pero preguntándose por qué no había usado su llave. Treinta segundos después supo por qué. Su hija atravesó la puerta disimulando un bostezo y Louis entró a unos centímetros de distancia. Harry se quedó aterrorizada.
Permaneció allí de pie, descalzo, con un par de vaqueros viejos y una camiseta encogida mientras que Louis tenía el mismo aspecto inmaculado y atractivo que doce horas antes.
-He pasado un día estupendo -comentó Daysi dando a su menudo padre un fugaz abrazo sin percatarse de su tensión-. Pero estoy realmente cansada. Buenas noches, papás.
¿Papás? Lo dijo con tanta naturalidad que Harry se quedó conmocionado. Mientras Daysi desaparecía detrás de la puerta de su habitación, Harry se encontró con la mirada penetrante de Louis y enmascaró sus sentimientos a toda prisa.
-Ahora sí tomaré esa taza de café -dijo lenta y suavemente Harry se ruborizó. Por un momento, tuvo una desconsoladora imagen de sí mismo como un niño que esperaba obedientemente las instrucciones de Louis, mientras él se hacía cargo de la situación tranquilamente.
-Café -dijo con voz tensa, y se dirigió a la cocina dejándolo entrar por sí mismo en el salón.
De modo que Daysi y su padre se habían llevado estupendamente. Se alegraba por los dos, aunque tal vez estaba un poco celoso, un poco asustado... posiblemente muy asustado... de pensar que Daysi pudiera empezar a preferir a Louis. Pero eso era infantil, el amor no era exclusivo. Daysi era perfectamente capaz de amarlos a los dos. Y trece años habrían servido de algo. Se tragó sus inseguridades y entró en el salón, decidido a comportarse de forma madura y razonable fuese cual fuese el comportamiento de Louis.
Le sorprendió encontrar a Daysi de rodillas delante de la librería sacando el último montón de álbumes fotográficos que ya había apilado convenientemente a los pies de Louis. Miró a su Papa Harry con ansiedad.
- ¿Te importa si papá Louis se queda con ellas un tiempo? Le dije que podía. Trece años de la vida de Harry estaban recogidos en aquellos álbumes. Harry sintió que invadían cruelmente su intimidad y tuvo que contener palabras de negativa. También eran las fotos de Daysi. ¿Qué podía ser más natural que una hija quisiera compartir su pasado con su padre?
-Cuidaré de ellas -dijo Louis con una débil son risa irónica y Harry comprendió que sabía exactamente cómo se sentía.
-Podemos verlas juntos cuando vuelva del viaje del colegio -dijo Daysi con entusiasmo mientras se ponía en pie-. Buenas noches, Papi... papá -añadió. Luego se detuvo en la entrada y sacudió la cabeza con perplejidad-. Suena tan raro decir eso y que estéis los dos aquí... como una familia de verdad.
Harry se hundió más aún en el sillón mientras la puerta se cerraba. ¿Por qué Daysi tenía que hacer lo posible para parecer una niña desgraciada delante de Louis?
-Familia... un concepto desconocido para ti -murmuró Louis-. Así que, en un gesto único por su egoísmo, le negaste su propia familia.
Harry pensó en la familia que lo había hecho sentir como un pequeño que no valia nada, un aprovechado con la boda. Gema se había asegurado de que todo el mundo supiera que estaba embarazado y la madre de Louis había llorado tanto que los invitados dejaron de darle la enhorabuena y dieron muestras de condolencia.
-No fue así.
-Sabes tan bien como yo que no habría habido divorcio, si mi padre hubiera sabido que todavía esperabas una hija.

ESTÁS LEYENDO
El Engaño
RomanceHarry siempre recordaría su fugaz matrimonio con Louis Tomlinson siendo aún un adolescente. Louis se cansó de él pocos meses después de la boda, así que Harry lo abandonó para dar a luz a su hija en soledad. Louis volvió a irrumpir en su vida y Har...