Diez minutos después, Harry descendió la escalera. Había recuperado la seguridad en sí mismo gracias al elegante traje de color azul pálido que llevaba puesto. Por dentro tenía un torbellino de emociones y de conflictos pero no estaba dispuesto a recibir a Charlote con cara compungido.
Las puertas del vestíbulo que daban al exterior estaban abiertas de par en par. Al llegar al último peldaño, Harry se quedó helado. Louis estaba fuera rodeado por los brazos de una rubia. Harry pestañeó y volvió a mirar, incapaz de dar crédito a sus ojos. Unos brazos delgados y morenos rodeaban el cuello de Louis, y la mujer sonreía mostrando la perfección de su perfil y una melena rubia dorada que ondeaba al viento. Harry la reconoció al instante...
Su corazón dio un vuelco de dolor y se quedó en estado de shock. Eleanor. ¿Qué hacía allí? ¿Y por qué Louis le había hecho pensar que se trataba de su hermana? Un gemido de angustia se quedó atrapado en su garganta y huyó al salón antes de que la vieran.
— NO pareces tan pagado de ti mismo como yo esperaba —comentó burlonamente una lánguida voz femenina.
Sorprendido, Harry giró sobre sus talones. De pie junto a la ventana estaba Charlote, la hermana de Louis, una morena delgada como una escoba con un envidiable traje recto de color blanco que parecía pregonar que era de diseño.
— ¿Charlote?—murmuró confusamente. Su cerebro se resistía a funcionar. La única imagen que estaba grabada en su cabeza era la de Eleanor abrazando a Louis, riendo y sonriendo con clara intimidad. Desde luego, no había reaccionado como cualquier mujer lo habría hecho si su amante hubiera puesto fin a su relación y, casi inmediatamente, se hubiera casado con un hombre. Aquella imagen perturbadora todavía se clavaba en su interior como un diabólico cuchillo.
Charlote caminó hacia el con una sonrisa burlona.
—Sí, tengo que reconocer que, por mucho que te desprecie, Harry, admiro tu sangre fría. Tienes a un verdadero Tomlinson viviente en tu poder como un rehén para conseguir una fortuna.
—No sé de qué me estás hablando —dijo Harry retirándose húmedos mechones de cabellos de su frente con un gesto vacilante.
—Daysi... tu milagroso billete de vuelta al círculo familiar —dijo Charlote soltando una carcajada de desprecio—. Pero no estaría muy tranquilo en tu lugar. Puede que Louis se haya casado contigo para conseguir la custodia de su hija, pero no creo que planee quedarse contigo también....
— ¿Qué me intentas decir? —la interrumpió Harry con voz tensa. —Ya veo que sigues necesitando que te digan las cosas palabra por palabra —le espetó
Charlote con una mirada de superioridad—. Louis se quedará con Daysi y se deshará de ti. Y, ¿por qué no? ¡Tú hiciste lo mismo con él!
— ¿Por qué me sigues odiando tanto? —Susurró Harry horrorizado ante la persistente malicia de aquella mujer—. ¿Y qué haces aquí?
—Arruinaste la vida de mi hermano una vez y ahora lo estás intentando de nuevo. Los mellizos permanecen unidos —le dijo Charlote sucintamente—. Y en cuanto a lo que hago aquí, se trata de negocios nada más, aunque creo que debo disculparme por haber reunido a Louis con Eleanor inadvertidamente. Eres un estúpido celoso. ¿Y qué esperanza tienes contra alguien más joven que tu?
Harry se quedó blanco como la nieve.
—Perra —murmuró conmocionado.
—Madre di Dio, ¿qué demonios está pasando aquí? —intervino Louis bruscamente cortando la conversación como un aire gélido en un día caluroso de verano.

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El Engaño
RomansHarry siempre recordaría su fugaz matrimonio con Louis Tomlinson siendo aún un adolescente. Louis se cansó de él pocos meses después de la boda, así que Harry lo abandonó para dar a luz a su hija en soledad. Louis volvió a irrumpir en su vida y Har...