Seven.

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No podía creer que ya me tendría que ir de mi casa, de apartar de el lado de mi mejor amiga Amy, de todo de aquí. Pero quizá me vendría bien un cambio de aires y empezar de nuevo en otro lugar. Quizá sí, o no, quién sabe...

-Que bonito tu pelo por las mañanas, te pareces a un monillo acabado de salir de la selva eh.
-Sh, Alice. Desde por la mañana sigues sacandome de quicio. Tú no vas a cambiar nunca.
-Que va, ¿cambiar?, ¿para qué? Yo no estoy para eso ya. Yo estoy muy mayor.
-Jajajajajajajaja, callate anda que me da que anoche en la piña colada te echaron algo y te esta afectando ahora.
-Déjame a mi, con mi sentido del humor. Él y yo somos felices juntos. Estamos pensando en casarnos y fugarnos a algún lado del mundo perdido y amarnos eternamente.
-Jajajajajajajajaja, para ya Alice, vas a hacer que me orine en la cama.
-A tres metros tiene usted un baño con su báter, su ducha, su lavamanos, en fin, un paseo turístico bastante bonito. Lo que pasa es que ayer fuí al baño y creo que no queda papel.-Dijo Alice con voz de guía turística
-Jajajajajajajajajajajajajajajaja.

No sabía por qué pero no dejaba de decir cosas sin sentido con ella.
Ella era con la única que podía ser así, a la mitad de la gente o les sonreía o... Quizá alguna que otra vez les hacía una broma, pero casi nunca. Suelo ser una persona bastante extrovertida con la gente que me presentan, que conosco o que son mis amigos directamente. Soy una persona muy, pero que muy risueña y eso, la mayoría de las veces me define, y mucho. Siempre me rió por todo y me gusta el sentir que me duele la boca de tanto reirme.
Amy y yo, estabamos desayunando cuando sonó un mensaje de mi madre en mi móvil que decía:
"Alice cariño, he conseguido un vuelo barato, sale hoy a las 16:30, y ya son las 11:00, cuando puedas, ven para casa y vas preparando la maleta. Y de paso vas poniendo en cajas tus otras cosas, te quiero".

Amy leyó el mensaje a la misma vez que yo y sin querer se le salió una lágrima. Era normal. Me iba a ir y no iba a volver mas, quizá cuando sea mas mayor, solo para verla a ella.
-Tranquila Alice. Estoy bien.
-Ya lo sé Amy, solo puedo decir que te quiero, y que muchas gracias por todo.
-Anda cállate y dame un abrazo.

Ese momento se fundió en un abrazo precioso que duro mas de un minuto, pero ni ella ni yo queríamos separarnos de la otra. Pero ya era hora de hacerlo.
-Te quiero mucho Amy y nunca te voy a olvidar.
-Yo también a ti mi niña, sé feliz. Y ya sabes que el Whatsapp existe eh.
-Claro, te mandaré mensajes todos los días.
-Adiós grandullona.
-Adios enana.

Sueños IncomprendidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora