Nine.

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Decidí ir a dar un paseo por aquel parque tan grande y verdoso que se veía desde la ventana de mi nueva habitación. Entré y un aire fresco me envolvió haciendo que mi pelo se despeinase. Me puse mis auriculares y subí el volumen de la música, se escuchaba "A que no me dejas" de Alejandro Sanz a dueto con Alejandro Fernández.
Me senté en un banco de madera a mirar a los niños pasar... Pasaban, me miraban y me sonreían. Yo, amaba eso. Me encanta que un niño, pequeño e indefenso me lanze una insignificante sonrisa. Se siente tan bien.
Al lado mío había un chico con el pelo negro azabache, tenía los ojos verdes, y su mirada era muy profunda, aunque yo no lo conocía de nada. Era de una estatura media, tenía una sonrisa algo imperfecta la verdad, pero me encantaba lo grandes que eran sus colmillos y lo hermoso que se veía cuando sonreía y se le marcaban los oyuelos.
Sin quererlo, nuestras miradas se cruzaron. No sabía por qué sentía mariposas en mi estómago y tampoco sé por que en ese momento, en ese mismo instante sentía una felicidad inmensa en mi.
-Alex, tenemos que irnos o mamá se preocupará, entiéndelo cariño.
-Pero yo me quiero quedar y jugar en el tobogán...
-Te prometo que mañana podemos venir y quedarnos el tiempo que tú quieras.
-Gracias Tete.
-De nada cariño.

¿Por qué ese chico tan atracctivo estaba tan lleno de ternura? Era íncreible. Era perfecto. O quizás... Imperfectamente perfecto.
No entiendo por qué siento esto
Yo nunca había sentido esto. ¿Será que me voy a poner enferma? No sé. Mañana será otro día. -dije acostandome en mi cama nueva.

Sueños IncomprendidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora