Capítulo 14

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Cuando casi podía sentir sus labios sobre los mios, el ruido de una bandeja golpeando la barra desvió nuestra atención. El oportuno (O muy inoportuno) bartender acababa de dejar nuestra primera ronda de tragos gratis, rompiendo por completo la magia del momento. Seth me miró sonriendo mientras negaba con la cabeza como signo de frustración. Yo me encogí de hombros, sonriendo también y di la vuelta dispuesta a volver a nuestra mesa cuando sentí que tomaba mi mano y me giraba con algo de brusquedad.

-¿Qué pasa? - Le exijo con una mirada de confusión.

- Ehh...- comienza a decir incómodo mientras se agarra la nuca con nerviosismo- ¿Puedes guardar mi secreto?

Yo sonrío aliviada y -debo admitirlo- algo enternecida por su preocupación. Es decir, ¿Cuantas oportunidades tendré de verlo así de vulnerable? Me estoy haciendo adicta a estos pequeños momentos donde por segundos baja la guardia y su pared desaparece.

- Tu secreto nunca ha estado mas a salvo. - Respondo serena antes de girarme de nuevo y seguir mi camino.

Después de esto la noche se convirtió en madrugada sin ningún evento demasiado relevante. Risas iban y risas venían. Una Hannah achispada por el alcohol sacó a bailar a un Paul bastante cerca de la ebriedad, Karlie los fastidiaba desde la mesa y Seth y yo conversábamos con la pareja de nuevos amigos mientras de vez en cuando, nuestras miradas coincidían, regalándome pequeñas dosis de esa cálida sensación típica del efecto que ejercían sus ojos al posarse sobre mi.

Finalmente y pasadas las 4 de la madrugada, decidimos que era suficiente y volvimos a la posada de Anna, no sin antes despedirnos de Frank y agradecerle por su ayuda el día de hoy. Todos, a excepción de mi mostraban distintos niveles de alcohol en la sangre, siendo Paul el mas afectado fue el primero en llegar a la cama, con la ayuda de Seth.

Las chicas no tardaron demasiado en imitarlos, yo por mi parte luché unos minutos contra el cansancio para reproducir en mi mente el sonido de la voz de Seth hasta lograr quedarme dormida en algún punto sin siquiera notarlo.

Día 8

No hace falta decir que ninguno tenía ganas de levantarse temprano esta mañana, pero ya habíamos perdido demasiado tiempo y no podía seguir permitiéndolo. Cuando Tom, el mecánico trajo a mi bebé alrededor de las 7 AM, Anna, la dueña de la posada me despertó para que la recibiera puesto que no tuvo éxito en la habitación de los chicos.

- Lamento hacerte esto linda - susurra la mujer con una mezcla de amabilidad y culpa en su voz - Los oí llegar está madrugada, se que no has dormido nada.

Continúa mientras yo intento procesar lo que dice, estoy bastante segura de que la mitad de mi cerebro sigue dormida así que me limito a asentir a modo de respuesta y salgo al baño, incapaz de formular alguna oración. Luego de lavarme la cara y cepillarme la situación mejora, recibo la camioneta de mano de Tom y me dirijo al improvisado lobby en busca de Anna, quien se encuentra haciendo algunas anotaciones en una vieja libreta.

- Ya recordé como hablar- le comento a la mujer de mediana edad, intentando bromear.

- ¡Enhorabuena! - me sigue el juego y yo sonrío- De todas formas deberías dejar de hacerlo y descansar otro par de horas más, aun es temprano.

- Imposible - suspiro con fastidio - Una vez que me levanto no logro dormir de nuevo

Ella me mira con reproche y yo me encojo de hombros.

- ¿Tienes un poco de café? Quisiera esperar un rato antes de despertar al resto-

Parece dudar unos segundos antes de contestar.

SERENDIPITY - El viaje-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora