Capítulo 10

172 16 16
                                    

Narra Alma>

Esto se sentía bien. Más de lo que debería.

No sólo mis hormonas estaban celebrando, todo mi cuerpo lo hacía. Podía sentirlo.

Enrollé mis brazos alrededor de su cuello acercándolo más a mí. El no perdió el tiempo y presionó su mano en mi espalda baja para hacer lo mismo mientras la acariciaba lentamente, enviando una serie de escalofríos por toda la zona.

Podía sentirse la necesidad en la presión que ejercían nuestros labios entre si, era un beso hambriento, casi una lucha, pero a un ritmo lento y suave. Como si temiéramos que fuese el único y por eso quisiéramos alargarlo.

Nuestro beso era una completa contradicción, justo como nosotros.

Y no, no fue el aire el que hizo que nos separáramos. Ni siquiera fue mi molesta consciencia que intentó -sin éxito- hacerse oír durante el proceso.

Fue un ruido sordo, seguido rápidamente por un alboroto. Gritos, insultos, vidrios rompiéndose y muchos empujones se hacían paso hacia nosotros que, después de separarnos no éramos capaces de mirarnos a los ojos. Seth tomó mi mano y sin decir nada comenzamos a alejarnos del montón, yo en el proceso miraba a los lados en busca de mis amigos, o al menos eso intentaba pues,  la verdad es que tenía la vista nublada. La vista, el pensamiento y la razón.

Estaba sumergida en un estado de embriaguez. Si, estaba embriagada pero de sentimiento, de un extraño y abrumador sentimiento. Cálido y sereno. Caminaba a paso rápido entre las personas que al igual que nosotros, percibieron un posible peligro y sin embargo, a pesar de estar siendo empujada cada pocos segundos, me sentía flotar.

Me atreví a echar un vistazo hacia el chico moreno que iba a mi lado, buscando casi con necesidad algún indicio, una pista que me pudiera decir lo que pasaba por su cabeza en aquel momento. Los primeros segundos no vi nada, miraba inexpresivo hacia el frente y pude sentir la frustración invadiéndome, casi me rindo en este instante pero entonces, allí estaba. Una mirada fugaz, cómplice y a la vez perturbada. Podía ver claramente su deseo mezclado con sus temores. Y más allá, en el fondo, una pizca de culpa.

Mi corazón dio un vuelco ante esa última percepción. Culpa. ¿Debía yo sentirla también? Esperé un momento y nada. No estaba ahí, no sentía culpa ni estaba arrepentida. ¿Asustada? Mucho. Y no por lo que sentí, a eso le estoy agarrando un gusto a un paso veloz, que antes me resultó aterrador y ahora cada vez me importaba menos.

Mi miedo era a lo que sucedería después, a lo que el diría o haría o peor aún, lo que no.  No creo poder soportar que el actúe como si nada pasó, no sería capaz. ¿Cierto?

Esas de hace un rato no fueron mis hormonas actuando por mí, era algo más. Esto segura y sé que él también lo sabe. Pude sentirlo.

De pronto me paré en seco y Seth me miró interrogante.

Ahora la verdadera pregunta es ¿Valdría la pena? ¿Qué cambiaría si el admitiera que sintió lo mismo que ella?

De inmediato pensé que esa pregunta se respondería por si misma más adelante y que no necesitaba agregar una preocupación más a esta ensalada de sentimientos.

-¿Estás bien? – lo oí hablar por primera vez en mucho rato.  Parecía sinceramente preocupado así que mi limité a sonreír tímidamente mientras asentía con la cabeza.
- Si… ¿Tú lo estás? – el no tuvo chance de decir nada, ni asentir, (si es que era eso lo que iba a hacer) porque un algo sudado Paul había aparecido detrás de mí.

-¡Aquí están! – gritó Hannah que venía detrás de él, seguido por Karlie y Matt, alías el chico tiburón. -Por un momento pensamos que se habían ido sin nosotros, ya casi nos rendíamos.

SERENDIPITY - El viaje-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora