Parte 2 : Despertar

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24/Mayo/2013

"Lo siento mucho"

"Siempre estará en nuestros corazones"

"Ahora hay dos ángeles cuidándote desde el cielo"

"Cualquier cosa que necesites siempre cuentas con mi apoyo"

La gente sonaba tan monótona al despedirse. Parecía que todas las personas en el servicio habían ensayado las mismas frases para el momento en que se me acercaran. ¿No tenían nada mejor que decir? ¿Nada real? Que lo sienten mucho: no lo sienten como yo. Que vivirá en sus corazones por siempre: seguramente recordaran esto unos días más, yo lo recordare cada día que me quede de vida. ¡¿Dos ángeles cuidándome desde el cielo?! Eso no me hace sentir ni un poco mejor, y ni hablar sobre el apoyo que me ofrecen sobre cualquier cosa que necesite, no he visto a la mayoría de las personas aquí ni dos veces en la vida. Todos me miran con esa cara de precaución, como si en cualquier momento fuera a explotar, y no es que no considere tirarme al suelo y llorar toda el agua que me queda en el cuerpo, es que me siento física y emocionalmente agotada, llore toda la noche y solo logre descansar dos horas después de que el cansancio me obligara a dormir.

La abuela llora mientras el abuelo la consuela, él se ve tan triste, sé que no está llorando solo para que la abuela no se desmorone más. Todos están aquí para mí pero yo no quiero a nadie más que a mamá en este momento. Siento las lágrimas caer de nuevo por mis mejillas, ni siquiera había notado que comencé a llorar, una mano limpia una lagrima que recorría mi rostro y volteo, papá no se ha despegado de mi desde el miércoles. Estira su brazo y yo me refugio en él, ahora no puedo dejar de llorar.

-¿Estas lista para irnos?

-No quiero irme, no quiero estar aquí, no se qué quiero hacer, solo quiero a mamá y quiero a Mason, quiero despertar ya.

-¿Quieres despertar Lizzie?

-Tengo la esperanza de que estoy soñando y en la mañana todo será normal.

-Yo también la tengo mi niña.

Veo como Damian, Lucy, Eileen y sus hermanos caminan lentamente hacia nosotros para luego avisarnos que están a punto de irse del cementerio.

-Eileen... ¿Podrías quedarte? digo, hacerme compañía un rato, yo...

Ella asintió y se acercó a mí. Agradezco que ella me comprenda hasta cuando no puedo hablar claramente.

-Nosotros la llevaremos a casa luego. - dijo papá, Damian asintió.

-Nos vemos luego. -Se despidieron, yo solo asentí mientras miraba mis zapatos un poco alejada de todos.

-Gracie. -Escuche a Kilian a mi lado.

-¿Si?

- Encontré esto y creí que sería bueno dártelo.

Cuando subí mi mirada lo encontré sosteniendo a yuyu, un pequeño oso de peluche que el me había regalado cuando cumplí 11, siempre hacia cosas graciosas con él y cuando me hacía enojar en esos tiempos, el buscaba a yuyu y luego actuaba como si fuera un títere para hacerme reír y que lo perdonara, decía que yuyu tenía magia para ponerme feliz, aunque la magia la hacían sus estupideces, el oso era solo su excusa para actuar raro y conseguir mi perdón.

-yuyu.

-Dame una sonrisita lindura- Dijo moviendo el oso y acercándolo a mi mientras hacia una voz muy graciosa que no lo escuchaba hacer desde hace mucho.

-¿Dónde lo encontraste?

-En la casa de tu abuela, esta mañana estuve ahí.

-Oh, bueno gracias. -Se lo dije sinceramente, me parecía un lindo gesto que hubiera buscado el osito.

Líos del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora