CAPITULO IV

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El oji-toxico se encontraba en su habitacion, recostado en la cama, mientras pensaba en como ayudar a su oji-vida cumpliendo esa mision encomendada por el supremo espiritu guardian, pero no habia ni una sola idea en su peli-negra cabeza que pudiera usar para idear un plan, que tuviera al menos una minuscula posibilidad de éxito. Cualquier simple pensamiento era deasechado, por no tener lo suficiente para funcionar llegar a funcionar lo bastante bien.

Estaba empezando a frustrarse por su incompetencia, su impotencia, él queria ser de utilidad para Hiccup en esa fase de sus vidas y en la siguiente estando juntos en el mundo magico, donde podrian convivir con todos sus seres queridos. Ese era su sueño, del que ahora tenia la oportunidad de cumplir, la cual obviamente no desperdiciaria, daria todo su esfuerzo y mucho mas. Todo eso para tener a su hiccup asalvo entre sus brazos, protegiendolo, y amandolo.

Trato de despejar su mente, para si no estresarse, y en su intento de relajacion recordo que no habia cenado, ya que ayudo a sus padres en unas cosas antes de que se retiraran al mundo magico, para luego ir a su hanitacion a pensar en cumplir su encomienda. Ahora que había recordado el haberse saltado la hora de la comida, se dirigio a la cocina de su casa, fue al refrigerador, pero en ves de abrirlo, puso su mano en el suelo para jalar una argolla, que abría una compuerta dejando ver unas escalones. El oji-toxico bajo esa escalera llegando a una caverna con un pequeño lago en que vivían todo tipo de peces.

Toothless se arrodillo a ese cuerpo de agua subterránea, con sus ojos siguió el movimiento de uno de los peces, con suma agilidad se acerco al agua, espero sigilosamente la cercanía de su presa, cuando estuvo lo suficientemente cerca, lanzo un zarpazo con su mano ahora convertida en una garra, atrapo el pez llevándolo a su boca donde fue engullido rápidamente. Repitió el mismo procedimiento hasta estar satisfecho, y volver a la cocina para cerrar la compuerta, a esa compuerta.

Se iba a dirigir a su habitación, cuando escucho a alguien tocando la puerta desesperadamente. A paso lento se dirigió a la puerta, no tenía miedo, nada podía asustarlo, él era valiente a situaciones como esas, o eso creía hasta que al abrir la puerta se hayo a Hiccup con su uniforme cubierto de tierra, su respiración era pesada, en sus brazos se notaban pequeñas heridas causas por una caída, pero lo que mas llamo la atención del oji-toxico, fue que el oji-vida llevaba en sus mano un libros, que por un corto instante llego a leer el titulo del libro, pero fue mas que suficiente para saber que el nombre era: Doma dragones: Manual de entrenamiento, Clasificación, Historias y Leyendas.

-¿Qué te ocurrió?-pregunto Toothless-¿Te duele algo? Pasa a la sala

Y ¿Cómo conseguiste ese libro?

-Gracias Tooth-le sonrío- y todas esas preguntas se contestan por algo que me ocurrió en la entrada en la entrada al bosque.

-Te escuchare, pero primero deberías, tomar una ducha primero, tratare de curarte esa heridas después y entonces me contaras lo te sucedió.

El oji-vida simplemente asintió, mientras dejaba el libro sobre un sillón, y se dirigió a la parte superior de la casa de su mejor amigo, entra al baño, desvistiéndose frente al oji-toxico que lo observaba igual que a los peces que había comido momentos antes, tratando de reprimir sus instintos mas básicos, pero aun así no apartaba la mirada del cuerpo semi-desnudo de su castaño, que tenia justo enfrente. Guardando la compostura, salió del cuarto de baño, con un gran sonrojo más que notorio en su pálida piel y la ropa del castaño en mano.

Drago cálmate, solo viste a Hiccup, sin camisa, ni pantalones, solo con un bóxer súper ajustado, que le remarcaba el trasero.

Drago contrólate y no trates de violar a Hiccup en la ducha, aunque se una de tus mas grandes fantasías.

Otoño, Invierno, Dragones, Brujas y Demas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora