Dolls.《Muke》

Lambda

Era viernes en la mañana y Michael nunca había estado tan nervioso en toda su vida. Hoy era el día en el que Andrew y Liz dejarían solo a Luke.

-Es sólo un día, qué puede pasar-se repite constantemente.

Las primeras horas del día son calmadas gracias a que el rubio tiene clases hasta aproximadamente las dos de la tarde los días viernes.

Michael observa el monitor mientras bebe un poco de café, estaba dispuesto a observar todo lo que ocurriera hasta el otro día. Da un pequeño saltito al escuchar la puerta de la casa abrirse y pasos subiendo la escalera. Suspira aliviado al ver que es Luke junto con Calum.

-¡Dios!, no puedo creer que Andrew y Liz se hayan ido por un día, ¡Es el mejor día de mi vida!-habla el rubio antes de recostarse en la cama.

-Tienes suerte.-habla el moreno.- Joy jamás me dejaría la casa para mí solo.

-Esta noche va a estar genial.-habla Luke.-¿Te quedarás a dormir?

-Claro.-sonríe Calum.

Ambos chicos comienzan a hacer diversas cosas, desde pequeñas trencitas en el final de sus cabelleras hasta pintarse las uñas o jugar verdad o reto.

-¿Verdad o reto?-habla el moreno.

-Verdad.

-Mmm...¿Cuántas veces lo has hecho con Ash?

Luke se sonroja levemente.

-¡No lo sé!-habla mientras ríe.-No las cuento.

Calum ríe.

-Okey, mi turno, elijo...reto.

Michael no puede evitar reír por la cantidad de cosas que ve y oye de parte de ambos muchachos.

La tarde termina con rapidez dándole paso a la noche. Luke y Calum comienzan a arreglarse, cosa que llama la atención del teñido el cual piensa que quizás ambos saldrán juntos de fiesta. Se escucha que alguien golpea la puerta y el rubio habla.

-¡Llegaron!

Michael estaba casi en lo correcto, los chicos festejarían juntos, pero la fiesta era en casa de Luke.

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El teñido muerde sus uñas nervioso, podía escuchar la música desde la habitación de Luke, no estaba fuerte, pero se escuchaba levemente el retumbar de los parlantes. La puerta de la habitación se abre de golpe llamando su atención, era el rubio junto con Ashton.

Ambos chicos se toqueteaban y besuqueaban como siempre, sus anatomías hacían fricción sobre la cama y, aunque estuvieran aún con ropa, se podía imaginar la escena fácilmente al desnudo. Michael no puede evitar sentirse mal, últimamente comenzaba a sentirse de manera diferente respecto al rubio, motivo por el cual está a punto de apagar el monitor, pero un fuerte ruido llama la atención de todos, incluyendo a Luke y Ashton, que saltan de golpe.

-¿Q-Qué fue eso?-pregunta el rubio.

El rizado hace caso omiso a las palabras de Luke, toma sus hombros y le pide que se quede parado ahí, que él iría a investigar, pues el sonido venía de abajo.

Michael no despega sus ojos de la pantalla, reconoce el sonido perfectamente. Abre sus ojos de golpe cuando ve que Ashton no alcanza a bajar, alguien abre la puerta de la habitación, apuntando al rizado con un arma.

-Drake, baja eso.-habla Ashton.

Luke tapa su boca y se agacha, comenzando a sollozar, el miedo salía por todos y cada uno de sus poros.

-Irwin, Irwin. Te dije que no te metieras en mi zona.-dice el intimidante.

-Drake, te juro que yo no fui el que-

Una bala en la mitad del cráneo no deja que Ashton termine su frase, el rubio grita y Michael no sabe qué hacer, está estático.

El intimidante ríe luego de disparar.

-No creí que sería tan fácil.-sonríe acariciando el arma.

El teñido reacciona, se pone de pie.

Luke se encuentra en el rincón de su habitación, sollozando.

-Vaya, princesa, no te había visto.-su voz es casi tétrica.

Michael abre la puerta de su casa y escucha un último disparo, se gira, observando el monitor. Pudo ver cómo el cuerpo del rubio se desplomaba.

Entonces, en ese momento, Michael Clifford se da cuenta de que se había enamorado perdidamente de Luke Hemmings, de sus largas piernas, de su gran amor por la lectura, de su manía de pintarse las uñas, de su gran inteligencia y de su carácter y que podría habérselo demostrado, si se hubiera atrevido a salir de detrás de la pantalla.

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