La semana no pasó todo lo rápido que me hubiese gustado. El martes no fui a clase no sé si por el dolor en todo el cuerpo o porque no pude pegar ojo sin que el color verde de los ojos de aquella chica me quitasen el sueño. El miércoles tampoco pude dormir demasiado bien, pero necesitaba ir a clase, no quería perder la evaluación continua.
Tuve la genial idea de mirarme al espejo cuando iba a salir y no pude tomar peor decisión. Tenía muy mal aspecto y más ojeras que ojos, además mi pelo no estaba por la labor ese día, parecía que no me había pasado un cepillo en la vida.
En cuanto salí, crucé los dedos para no encontrármela. Crucé los dedos para no encontrármela en la vida.
Para mi suerte, no se interpuso en mi camino hacia el instituto, pero para mi desgracia Abril con 2 amigas suyas, sí.
-Una preguntita, Dayanne. Te vimos en la fiesta con Lexi, ¿ahora te juntas con esa gente tan asquerosa? Yo te aviso de que te pueden pegar algo. - Soltó una de sus amigas, que nunca había visto en el instituto. Ella y la otra chica parecían gemelas, solo que una muy rubia y otra con el pelo anaranjado. ¿Por qué todo giraba entorno a Lexi? ¿por qué no me dejaban en paz?
-Es cierto, aquí no pasa nada de lo que no nos enteremos las hermanas Carton.- Sus vocecillas me estaban taladrando los tímpanos.
+Que me pueden pegar algo, ¿de qué? Por favor, prefiero estar con ella a con personas de mente cerrada y sin vida. De todas formas no me junto con ella. - Sí, soy así de directa y es que no aguanto a este tipo de personas. Ellas me echaron una mirada asesina, como si se tratasen de Medusa e intentasen volverme de piedra. Abril me miró avergonzada, sentía vergüenza de que no fuese como ella.
Me separé de ellas y llegué a clase 5 minutos antes. Ruby se sentó a mi lado y me preguntó por mi aspecto y mi ausencia del martes. Yo la contesté con un seco "Nada, estaba enferma".
Pero en el recreo no pude evitarla más.
-Señorita, tienes que decirme lo que te ocurre. Sé que no te gusta hablar de lo que sientes, pero necesitas desahogarte.- Y aunque solo tuviese 25 años, sentía que en ella había una madre y una mejor amiga en la que se podía confiar.
-Ruby, ¿alguna vez has querido algo que no estaba bien?- Y sin saber por qué, los ojos se me nublaron de lágrimas.
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Don't go away.
Teen Fiction“Ella era, ¿cómo decirlo? Lo que le daba color a mi día a día.” [No subiré capítulos demasiado largos, pero intentaré escribir lo máximo posible].