CAPÍTULO 6

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Penúltimo capítulo, espero haber acertado al escoger este fic y que os haya gustado como me gusto a mi.

Ahora fue el turno del escritor de acariciarla, pensando que ella seguía dormida. Acarició toda la espalda de la detective, con la mano que tenía dentro de la camisa, rozando su piel tan solo con las yemas de sus dedos. Kate se estremeció por las caricias.

Lentamente, Beckett despegó su rostro del pecho del escritor y su mirada se encontró con la de Castle. Ninguno dijo nada. Tan solo se miraban intensamente.

-Kate... -dijo con miedo el escritor sin dejar de mirarla directamente a los ojos.

-¿Por qué te fuiste, Rick? ¿Por qué? -preguntó con media voz.

-Yo... yo sé que dije que quería escribir y viajar. Lo segundo sí que lo he hecho, pero lo primero no. La inspiración se me fue. Lo mío con Jacinda -Kate tomó aire al escuchar aquel nombre - no duró mucho, como te dije, era lo que necesitaba pero no lo que mi corazón quería. Y eso hizo que, por mucho que yo me esforzara porque saliese bien, no duráramos ni un mes.

-Entonces, ¿por qué no volviste? -inquirió en el mismo tono de voz.

-Porque no podía, Kate. Yo salí huyendo de allí. Necesitaba alejarme o me hubiese vuelto loco.

-Rick... -su voz tembló y no pudo continuar.

El escritor decidió ser sincero, ya no tenía nada que perder. -Yo te escuché, Kate, te escuché decirle al carterista que recordabas todo. "Me pegaron un tiro en el techo y recuerdo cada minuto de aquello" -recitó de memoria Castle.

-¡Oh, Dios! Castle, yo... -Richard la interrumpió.

-No hace falta que digas nada. Me quedó claro cuando lo escuché. -Castle respiró profundamente antes de continuar. -Cuando lo descubrí me sentí engañado, traicionado,... Me sentí como un tonto por haber estado esperando por tantos meses. Esperando una oportunidad que nunca llegaría porque tú, simplemente, no sentías lo mismo por mí. -Beckett intentó hablar pero Rick no la dejó. -Sé que tú, tal vez, no tienes la culpa de mis esperanzas, pero yo creí entender que querías que te esperara en aquellos columpios. Cuando viniste a buscarme a la firma de libros. -se explicó. -Pero solo fue una ilusión mía. Supongo que las ganas y lo que suponía pensar eso, me engañaron. Por eso cambié, por eso me comportaba como un imbécil, porque así era como lo hacía. Lo reconozco. Me era muy difícil estar a tu lado sabiendo la verdad. Sabiendo que, si no me habías dicho la verdad, era porque te daba pena. Te culpé, incluso, te odié.

-Castle... -Intentó hablar de nuevo con voz temblorosa y llorosa. No había podido contener las lágrimas cuando Rick dijo que ella no sentía lo mismo por él. Eso le había partido el alma.

-Pero, ahora, que te tengo aquí y estamos semi abrazados, todo eso, me da igual. Me da igual que me engañaras y que no me quieras. Yo solo quiero estar pegado a ti, toda mi vida. Me gustaría ser el padre de Alex y verlo crecer a tu lado. No me importa quién sea su padre, ni lo que pasó con él. Solo me importas tú y él. Me gustaría... me gustaría que me quisi... -Richard tuvo que parar. El nudo que se le había ido formando durante toda la conversación, no le permitía seguir. Y las lágrimas que habían luchado por salir, salieron recorriendo deprisa el rostro del escritor para terminar cayendo sobre la almohada.

Kate acercó sus labios a los del escritor, tan solo rozándolo en una simple caricia, tras unos segundos le dio un tímido beso en labio inferior y se separó para poder mirarlo a los ojos. Rick estaba sorprendido. No se esperaba para nada esa reacción y menos que le diese un beso. -¿Me dejas hablar ahora mí? -Rick que se había quedado sin habla, asintió moviendo la cabeza. -Castle, yo... yo te engañé pero no por lo que crees. Y sí, sí te pedí que me esperaras en los columpios. Pero tardé demasiado. El día que te iba a decir la verdad, apareciste en la escena del crimen con la tal Jacinda esa -dijo con desdén. -Yo necesitaba tiempo. Necesitaba estar lista para poder mantener una relación contigo. Necesita ser más de lo que era. Las terapias hacían efecto pero no era tan rápido como yo quería -Castle intentó hablar pero le puso dos dedos sobre los labios para que la dejase continuar a ella. -El disparo me destrozó más de lo que ya estaba por la muerte de mi madre. Yo no tenía nada que ofrecerte en ese momento. -Kate levantó su mano derecha y acarició la mejilla izquierda de Castle, limpiándole las lágrimas. Luego, la llevó hasta su pelo y enredó sus dedos en los mechones castaños de él. -Yo sí sentía lo mismo por ti -Beckett sintió cómo nuevas lágrimas volvían a recorrer sus mejillas y suspiró para poder seguir. -Yo me sentí morir cuando cambiaste. Cuando pensé que te habías cansado de esperarme. Cuando dijiste que te ibas. Te necesitaba a mi lado. Tú eras mi tierra firme, la mano que me sostenía y cuando te fuiste me sentí vacía, me sentí perdida.

-¡Oh, Kate! Yo no sabía nada -dijo quitando la mano de la espalda de Kate para retirar el mechón de pelo que había caído, en ese instante, sobre su cara.

Beckett se movió, quedando boca arriba, tendiese de espaldas sobre la cama. -Lo sé, Castle. Tal vez si te lo hubiese dicho... -Richard se irguió, apoyándose en su codo derecho. Así, podía seguir mirándola a los ojos. -¿Es demasiado tarde para ti? -preguntó con temor a saber la respuesta. Rick lo notó en su voz entrecortada.

El escritor no respondió, se acercó más a ella. Colocó su mano derecha en la cama, al lado derecho de Kate y se inclinó hasta que sus alientos se entremezclaban. -Te quiero -susurro sobre sus labios. Arrimó más sus labios a los de la detective y le sonrió, mirándola a los ojos. Kate sonrió de vuelta y Castle no pudo esperar más. Juntó sus labios a los de ella. Primero, haciendo lo mismo que ella, los acarició levemente. Besó su labio inferior con la misma ternura que lo había hecho Kate. Luego, besó su labio superior. Beckett, colocó su mano izquierda en la nuca del escritor para atraerlo más hacia ella y se besaron. El beso comenzó siendo tierno, dulce, pero las ganas de sentirse les ganó y, el beso, se tornó apasionado. Y así estuvieron, besándose, hasta que el aire comenzó a faltarle y tuvieron que parar por necesidad.

Castle descansó su frente en la de Kate y ambos sonrieron, respirando agitados por el beso. Después de unos segundos, Rick se levantó, llevándosela con él en un abrazo. -Somos unos idiotas -susurro en el oído de la inspectora.

-Absolutamente -respondió riendo. Y Rick la siguió, porque nunca antes se había sentido tan feliz y completo como en ese momento. Se quedaron abrazados durante varios minutos. Hasta que, Kate, se separó y lo besó. Luego, retiró los mechones de pelos de Castle de la frente de éste, despeinándolo más de lo que estaba. -Siempre, quise hacer esto -confesó sonriendo.

-¿Hacer el qué? ¿Despeinarme? -preguntó, esbozando una sonrisa.

-Mmm hmm -asintió.

Castle la atrajo hacia él y la sentó sobre sus piernas. -Y yo... siempre he querido hacer esto -le guiñó un ojo y la besó hasta que Kate gimió en su boca. Se separó y la miró sonriente. La detective lo golpeó suavemente en el hombro. Y luego, lo abrazó, hundiendo su cara en su cuello.

-Me encanta cómo hueles -confesó aspirando su aroma.

-Y a mí me encanta tu olor a cerezas. -Rick le dio un beso suave en el cuello. Kate hizo lo mismo y se separó. Su vista se posó en la cuna de Alex, que aún dormía. Y se tensó. Castle lo notó.

-Kate -la llamó. Ésta lo miró con miedo. -Ey, ¿qué pasa?

-Castle, yo ahora tengo un hijo y... -Kate volvió a desviar su vista hasta el bebé.


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