CAPÍTULO 5

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Cuando Richard terminó de limpiar todo, con las dos copas de vino, unos de los mejores vinos que tenía, se encaminó hacia el sofá, encontrándose a Kate dormida.

Por unos segundos ponderó la idea de despertarla pero la rechazó enseguida. Ella le había dicho que no la esperaba nadie. Así que, no pasaba nada si se quedaba esa noche allí a dormir. Dejó las dos copas encima de la pequeña mesa y cogió a la detective en brazos. Inspiró el olor que desprendía Kate embriagándose con él. Seguía oliendo a cerezas.

Con pasos firmes caminó hasta su habitación. Tuvo que hacer malabares para destapar la cama sin despertarla. La acostó y suavemente le quitó los tacones y la chaqueta marrón que vestía. La tapó y con mucho cuidado besó la frente de Beckett.

Comprobó que Alex seguía durmiendo en la cuna, justo al lado de la cama, y salió a hurtadillas de la habitación. Subió a la planta superior por una almohada y unas mantas y se dispuso a dormir en el sofá.

Morfeo lo había abandonado. Saber que Kate dormía a escasos metros de él, lo ponía nervioso. Deseaba poder acostarse con ella y abrazarla. Se conformaría con poder hacerlo una noche, solo una sola noche. Amanecer a su lado y verla despertar. Eso tendría que ser una maravilla.

Rick bufó exasperado. Los minutos pasaban al igual que las vueltas que daba en el sofá. Al día siguiente, sin falta, iría a comprar un sofá más ancho y más cómodo. Uno de sus brazos no le cabía dentro. De pronto sintió calor. Se quitó la camiseta del pijama y se destapó hasta la cintura. Dos horas habían pasado y no había conseguido dormir. Volvió a bufar y se movió desesperado, con tan mala suerte que se cayó al suelo.

Kate se despertó por el ruido. Al principio estaba desorientada pero al ver la cuna, recordó que estaba en la casa de Rick pero ¿qué hacía en su cama? ¿Y acostada? Comprobó a su lado y vio que estaba sola, así que ese ruido debía de haberlo provocado Rick. Se levantó para ir a buscarlo y ver qué había pasado. Cuando cruzó la puerta de la habitación, vio cómo Castle se levantaba del suelo. Se acercó de prisa hasta él.

-¿Estás bien?

-Sí, sí, solo me he caído. -Richard se volvió a acostar en el sofá y Kate se fijó en que no cabía.

-¿Qué hago yo durmiendo en tu cama y tú en el sofá? -preguntó.

-Te quedaste dormida, cuando volví con el vino te vi que dormías y no quise despertarte. Te llevé a mi habitación y yo me acosté aquí. Por cierto, recuérdame que compre un sofá más grande. -Dijo mientras estiraba sus músculos adoloridos.

-¿Y las otras habitaciones? -inquirió

-No están preparadas y me daba pereza ponerme a hacerlo ahora, pero después de estar aquí dos horas, mejor hubiese sido que me hubiera preparado una. -Kate le tendió la mano- ¿Qué? preguntó desconcertado.

-Vamos a dormir, es demasiado tarde para preparar una habitación ya y ahí -señaló el sofá- no cabes. Tu cama es lo suficientemente grande para que durmamos los dos. -Rick la miró extrañado ¿lo estaba invitando a dormir con ella? -Y te aseguro que no muerdo -puntualizó, sonriendo por la cara de Rick.

-Yo no quiero incomodarte, Kate. Una noche pasa pronto...

-No me incomodas. Y, ahora, venga, vamos a dormir. -Y tomando su mano, tiró de él para que se levantase.

Castle no pudo evitar sonreír, después de todo iba a poder dormir con ella... por una noche.

-Si quieres puedo dejarte algo para que duermas, esa ropa no parece muy cómoda. -se ofreció cuando llegaron a su habitación.

-No, la verdad, es que dormir con vaqueros no es muy cómodo.

Rick se dirigió a su armario y lo abrió. -Escoge lo que quieras.-Beckett se decidió por una camiseta negra de pijama. Era lo suficientemente grande como para que la tapase y no se le viese nada. Fue a cambiarse al baño y cuando volvió, minutos después, se encontró con Castle acostado en la parte izquierda. Éste no pudo evitar observarla y fijarse en sus largas piernas. Y tuvo que contener el aliento. Kate sonrió. Al menos, aún lo atraía físicamente. Rodeó la cama y se acostó en el otro lado.

Rick suspiró, si antes estaba nervioso por estar a unos escasos pasos de ella, ahora lo estaba el doble.

Kate estaba de espaldas a él. Deseó poder acercarse y abrazarla y dormir así. Con las piernas entrelazadas y abrazados con sus manos unidas en el vientre de la detective. Pero no podía hacerlo. Kate huiría. Lo que él no sabía, es que Beckett tenía, exactamente, el mismo pensamiento.

Castle, se giró quedando de espaldas a ella también. Tal vez si no la tenía en su campo de visión y ocupaba su mente con otra cosa, conseguiría dormir. Y lo hizo, 45 minutos después.

Beckett se giró cuando notó la respiración acompasada del escritor. Ella lo había sentido moverse una y otra vez en la cama, aunque, se había hecho la dormida todo ese tiempo. Había estado despierta. Ella no había conseguido dormirse. Se acercó al escritor y se levantó lo suficiente para comprobar si, de verdad, dormía. Cuando se cercioró se pegó a su espalda y tras darle un dulce beso en el hombro desnudo, entrelazó sus piernas con las del escritor y, así, por fin, consiguió volver a dormirse. Abrazada a su escritor.

A las 6 de la mañana, algo hizo que se despertara. Castle tenía su mano posada en su vientre, por debajo de la camiseta que llevaba puesta y le hacía cosquillas. Kate sonrió ante el contacto. Ahora él era el que la abrazaba por la espalda. Se echó hacia atrás y se pegó más, si se podía, a Rick. Fácilmente, se podría acostumbrar a dormir entre sus brazos. Después de unos minutos, la inspectora, se dio la vuelta, quedando frente a frente. La mano de Rick quedo posada en su espalda, sobre su piel. Ésta, con mucho cuidado, comenzó a pasar su dedo índice por el rostro del escritor. Primero haciendo el contorno de sus cejar, luego de su nariz acabando en sus labios.

Richard comenzó a moverse al sentir las caricias. Kate se asustó y escondió su cara en el pecho desnudo de él. Rick abrió los ojos y cuando se dio cuenta que estaban abrazados sonrió. Finalmente, había dormida con ella y ¡abrazados! Se alegró de haberse despertado para poder disfrutar de ese momento. Vio por encima de Kate el reloj digital de su mesilla. Marcaba las 6 y media.

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