Cuando era pequeña solía meter los brazos dentro de la camiseta y decirle a la gente que los había perdido.
Apagaba y encendía el juego cada vez que veía que iba a morir.
Dormía abrazada a todos los peluches para que ninguno se ofendiera.
Tenía ese boli de 6 colores que apretaba todos los botones a la vez para que salieran los 6 colores juntos.
Llenaba el tapón de la botella de agua y lo bebía como si fuera un chupito.
Esperaba detrás de la puerta para darle un susto a alguien, pero pronto me iba porque tardaban mucho en venir.
Me hacía la dormida para que me llevaran cargando hasta la cama.
Solia pensar que la Luna seguía mi coche.
Miraba las gotas de agua caer en la ventana y hacer como que era una carrera de gotas.
¿Os acordáis cuando éramos niños y no podíamos esperar a ser mayores?
¿En que estábamos pensado?
Ahora solo queremos volver hacia atrás. Hacía el pasado. Donde todo era preocuparse por no mancharte de barro los pantalones. Preocuparte solo por tus notas. Allí donde todos éramos amigos. Sin mentiras.
Ahora todo ha cambiado. Es como si hubiéramos salido de una burbuja y nos haya dejado en la vida real.
Antes todo era diferente. Muy diferente.
Ya no hay chupetes que valgan, ahora se convirtieron en cigarros, el agua en vodka, las bicicletas en coches, los besos en la mejilla en sexo.
¿Te acuerdas cuando volar significaba columpiarse muy rápido? ¿Cuándo la 'protección' significaba ponerse el casco? ¿Cuándo lo peor que podías recibir de una persona eran los piojos? ¿Cuándo solo amábamos a nuestros padres?
Los hombros de papá eran el lugar más alto del mundo y mamá era nuestra heroína. Tu peor enemigo era tu hermano, los problemas de velocidad eran causados por quien corría más rápido. 'Guerra era sólo un juego y la única droga que conocías era el jarabe. El dolor más fuerte era el de tus rodillas raspadas y que un 'adiós' era un solo 'hasta mañana'.
Todo esto era lo mejor del mundo, pero no pudimos esperar a crecer.
Y siempre va a seguir siendo así, porque nosotros no podremos cambiarlo.
Éramos los más inocentes. Creíamos en ratoncitos que cogían tus dientes y en señores mayores que te venían a dar regalos desde muy lejos.
Ahora todo ha perdido la magia.
Somos humanos. Cometemos errores constantemente y no dejaremos de cometerlos. Y este es otro error más. Hemos querido correr demasiado. Ahora queremos que todo se detenga o volver al pasado para poder seguir como éramos antes. Felices y sin preocupaciones.
Pero lamentándolo, todavía no hay una máquina del tiempo para regresar al pasado ni un mando que controle la vida como la tele.
Seguimos siendo adolescentes. Estamos en la edad de experimentar. De probar cosas nuevas. De hacer la locura más grande. De decirle a la persona que te gusta que lo quieres, aunque tal vez nunca te diga lo mismo. De cometer errores, para luego aprender de ellos. De reír, llorar, sufrir. Porque es tu vida. Porque es una sola y hay que disfrutarla al límite.
Porque somos adolescentes y seguiremos haciendo lo que nos guste y cuando nos guste. No estamos solos, somos muchos. Soy una como vosotros, soy otra adolescente. ¿Una cualquiera? si, se podría decir así, ¿Por qué no? Solo soy otra más con un diario.
Porque soy el Diario de una cualquiera, diciendo que nuestro error es que nunca podremos dejar de esperar a crecer.