Capitulo 4
Voltee rápidamente para ver que era, no había nada, pero en el momento una gran brisa fría rozo mi cuerpo, separando mi largo cabello de mi cuerpo y prácticamente tapándome la vista, cuando intente apartar el cabello de mi rostro pude ver el rostro de una mujer, solo podía ver la parte inferior donde estaba su boca, una gran sonrisa se encontraba en ella, su boca estaba cortada, y hacia que su sonrisa llegara de oreja a oreja.
Grite y caí hacía atrás aún con todo mi cabello en la cara, cuando siento que una mano comienza a echarme el cabello hacía atrás, tenía miedo de mirar quien era, no quería...
—Abre los ojos
Escuche una voz muy retorcida, no sabía diferenciar si era de una mujer o hombre.
—No... —susurre.
—¿Como sabrás quien soy si no me miras?
—Es que... no quiero saberlo... —No aguantaba mas, comencé a llorar, el miedo ya se había adueñado de mi, no quería abrir los ojos. Cuando intente poner mis manos sobre mi cara, no podía, sentí como las ramas de un árbol me ataban las manos hacía el piso.
—Mirame.
—No... dejame en paz.
—¡¡¡MIRAME!!! —dijo mientras agarraba mi cuello.
¿Que voy a hacer?, obviamente estoy haciendo molestar a esta cosa, necesito ayuda...
—No eres Nora...
Rápidamente abrí los ojos, me encontré con una mujer, no era la que había visto, esta tenía el cabello color café, tenía un flequillo largo que casi le llegaba a los ojos, llevaba puesto.. ¿Un kimono? ¿Acaso era japonesa?.
—Abriste los ojos, ¿que tienes que ver con Nora?
Intente zafarme de su mano que aún estaba en mi cuello, intente desatarme de las ramas que efectivamente apretaban mas a mis manos.
—¡¿DONDE ESTA NORA?!
—¡ALEJATE DE MI! —grite, esta abrió los ojos, esos ojos color diamante.
Ella miro hacía todos los lados, quito su mano de mi cuello y aparecieron justo abajo de ellas muchas ramas que la jalaban hacía abajo.
Aún estaba en shock, no podía creer que esto en realidad me estaba pasando.
Siento que alguien me abraza por la espalda... No por favor... ya no mas...
—¿Estas bien? —pregunto una voz que se me hacía muy reconocida.
—¿J-jonathan? —dije en un hilo de voz.
—Si, estoy aquí.
Mire hacía abajo, aún las ramas estaban atadas a mis manos, ví como el césped se tornaba a un color carmesí, estaba sangrando, y mucho...
—A-ayudame... mis manos... —dije mirando hacía abajo.
El puso sus manos sobre las mías, desgarrando las ramas sin miedo a cortarse, ¿que le pasaba?.
Me voltea quedándome en frente de su rostro, me abrazo con mas fuerza, era como si.. ¿Tuviera miedo?.
Intentaba devolverle el abrazo, pero mis manos me dolían mucho y apenas estaba procesando lo que había pasado.
El me cargo y se acomodo en un árbol, dejando que mi cabeza se recostara en su pecho.
No se cuanto tiempo nos quedamos así, para mi era suficiente, con el me sentía protegida, no me importo la hora, no me importo el lugar, ni siquiera me preguntaba por que el había aparecido de la nada.