Capitulo 8

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La suave voz de una mujer tarareando, es tan relajante, me gustaría escucharla por siempre.

Entre la suave voz de esa mujer escucho la voz de mi madre, pero esta hablando aunque no entiendo lo que dice.

Abrí mis ojos poco a poco, para encontrarme con el techo de mi habitación, todo me da vueltas, la luz del sol que viene desde mi ventana me molesta tanto, a mi derecha esta mi madre, esta hablando pero ya no escucho su voz, volteó a la izquierda y ahí esta Hana, tampoco puedo escucharla, todo se vuelve muy borroso hasta ponerse todo negro.

Volví a abrir mis ojos, esta vez podía ver todo estable, veo hacía la ventana y al parecer ya es de noche, no hay nadie a mi lado, pero si hay alguien al lado de la puerta, era  ese chico.

—Ya despertaste, ¿te sientes mejor? —dijo este, increíblemente podía escucharlo perfectamente a través de la mascara que tenía.

Se veía mas calmado, no tenía esa aterradora mirada, y sus ojos… ¿Acaso me imagine esa "X" negra? No, no puedo estar tan loca. Esperen, ¿yo no le tenía miedo a este chico?.

Comencé a gritar y a lanzarle todo lo que tenía cerca de mi, pidiéndole a gritos que se largara, el evitando todo lo que le lanzaba con sus manos, acercándose mas y mas a mi, cuando ya no tenía mas almohadas o sabanas que lanzarle (que era lo único que tenía cerca de mi) volteé mi cabeza en búsqueda de cualquier otro objeto, vi mi reloj de Hello Kitty. [Recordatorio, deshacerme de esa cosa].

Agarré el reloj y cuando volteé para tirárselo, el ya estaba frente a mi, agarro mi mano antes de que pudiera tirarle el reloj. ¿Este idiota acaba de detenerme? -te va a ir muy mal- pensé, con mi mano libre le di una cachetada tan fuerte que hasta a mi me dolió, su mascara cayo de su cara, me sorprendí, ¿yo hice eso?.

Creó que no debí hacer eso, si se estaba ocultando a través de esa mascara era por algo, ahora me siento culpable.

—Oye… ¿estas bien? En reali…

Antes que terminara la oración volteó su cara, mirándome directamente a los ojos, agarro mi otra mano, ahora si estaba totalmente inmóvil.

La pupila de sus ojos se voltearon hacía arriba, como si estuviera tratando de escuchar algo, luego asintió con la cabeza.

—Vamos —dijo muy seguro.

—¿eh? ¿A dónde? —pregunté.

Sin responderme, jaló de mis brazos para que me pudiera levantar de la cama, estando frente a él aún con mis manos inmóviles por el, me hizo una seña con la cabeza diciéndome que caminara.

¿Qué camine? ¿quiere que camine con el agarrándome las manos? No soy una prisionera o algo por el estilo.

Me sorprendí, no iba a ir a ningún así que le negué con la cabeza, el soltó un leve suspiro. 

—¿Q-que estas haciendo? —pregunté, estaba algo nerviosa por estar en esta situación.

Después que me da una mirada algo extraña, hace que mis brazos me rodeen a mi misma, quedando el a espaldas mías.

—¿Te sientes sola? ¿Qué te abrazas a ti misma? —se burló.

Intenté zafarme pero el apretó un poco mas mis muñecas. ¿Qué se piensa este idiota?

Luego el hizo que mis palmas pasaran sobre mis codos, me abrazo mas fuerte y de esta manera el me cargo con tanta facilidad, comencé a gritar y a dar patadas innecesarias al aire, no podía mover para nada mis brazos, -bien pensado idiota- dije en mi mente como si me fuera a escuchar.

Bajos las escaleras conmigo de esta manera, lo único que podía ver eran mis piernas al aire pataleando como si fuera un animal. Estábamos entrando a la sala de estar cuando se acerca a un sillón y luego se coloca atrás de este, me levanta un poco mas y me deja caer en este, el solo se quedo ahí, atrás de mi.

Bailando con la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora