No mires tres veces hacía atrás {Larry Stylinson}

Capítulo 14.

Dedicado a: xZouiStylinsonx, DirectionerVnzla_,  DeJodaConLarry

Louis camino nerviosamente por todos los pasillos. ¿Qué pasaría si Niall se enteraba de todo? Con ojos realmente confusos, miro hacia todos lados, percatándose de que ninguna mirada estuviera puesta en él, de repente, sentía ansiedad por todo el cuerpo y quería salir corriendo de ese lugar, llegar a su casa y encerrarse en su habitación.

Estaba estresado, se sentía demasiado raro, y cualquier persona que se le atravesara en el camino no la iba a pasar bien.

–¿Louis?

Se detuvo en seco al oír la voz de Liam.

Trato de respirar con calma, llevando su vista hasta sus dedos y viendo como sus uñas comenzaban a crecer. Sentía tan ira y no sabía porque.

–¿Qué? –pregunto de mala gana.

Liam arrugo el entrecejo. Mirando la espalda de su mejor amigo y como su cuerpo temblaba ligeramente.

–¿Estas bien?

–¿Por qué no debería estarlo?

–Bueno, porque tú... –se quedó callado de repente.

Louis se volteo hasta él, con su rostro serio.

–¿Has visto a Niall?

–Venía a preguntarte lo mismo.

El castaño suspiro tratándose de calmarse, sentía algo en el pecho y no sabía qué.

–¿De verdad estas bien? –volvió a preguntar, demasiado preocupado por la actitud de su amigo.

–Por supuesto –Louis le sonrió. Liam no tenía nada que ver en todo lo que le estaba pasando–. Solo que las clases me tienen un poco estresado, nada más.

–De acuerdo. ¿Nos vemos más tarde?

Asintió quedadamente, dándose la vuelta y caminando lejos de su mejor amigo, no podía simplemente pagar su rabia con alguien que no lo merecía.

Cuando por fin la campana sonó, salió disparado de clases, yendo directamente a su casa. Quería llegar, abrazar a su madre y a su hermana, recordar que dentro de él todavía existía un humano que es capaz de amar y preocuparse por los demás.

Pero no todo salió como él lo tenía planeado.

Al llegar a su casa, el señor Lazaros le sonreía de medio lado, con un arma en su mano y sangre en su camisa.

–Louis, querido, querido, Louis –canturreo paseándose ante la mirada estupefacta del chico–. Tanto tiempo, cariño.

El castaño sintió un nudo en su garganta al mirar a las espaldas de Lazaros.

Su hermana trataba de respirar correctamente, agarrándose el abdomen donde seguramente una bala estaba insertada. Más allá, el cuerpo de su madre estaba tirado en el suelo, con los ojos cerrados.

–¿Lottie? –susurro, sus ojos llenos de lagrimas

–Te dije que me las pagarías, niño –Lazaros sonrió–. No se me olvida lo que tu amigo me hizo aquella vez.

Pero los ojos de Louis solo estaban centrados en su hermana y madre, en su familia, en las únicas personas que le quedaban en la vida.

Entonces algo dentro de él hizo crack.

–Señor Lazaros –sonrió de manera hipócrita, sus colmillos creciendo a medida que su yo interior salía a la luz.

El hombre retrocedió un poco, levantando el arma en alto y apuntándolo.

–No des un paso más.

Y Louis ni siquiera se había dado cuenta cuando había comenzado a caminar hacia su víctima.

Todos mis enemigos morirán.

Muerte.

Muerte.

Destrucción.

Dolor.

En un perfecto y casi imposible movimiento, el arma salió disparada hacia otro sitio. Lazaros cayó al piso, arrastrándose hasta que su espalda quedo contra la pared.

Delante de sus ojos, Louis se transformaba en quien sabe qué.

Y lo que más horror le ocasiono, fue mirar sus ojos. Negros. Un alma vacía.

–Louis... –Lottie susurro, mirando a su hermano así.

Pero el la ignoro, clavando sus uñas en los muslos del hombre, rasgando la piel, haciendo que en la casa el grito de dolor se escuchara en todos lados, hasta el mínimo rincón.

Su familia, su única familia.

El señor Lazaros cayo de lado al piso, escupiéndose sangre por la boca. Viendo las pezuñas del chico.

Cuando los ojos de Louis se posaron de nuevo en su madre, supo que ya no le quedaba nada.

Y no tenía nada que perder.

Así que solo aplasto la cabeza del hombre. Sintiéndose demasiado satisfecho.