Mi último regalo (Sevmione)

Capítulo 3

CAPÍTULO 3

HERMIONE

De nuevo esa espantosa sensación de estar muriendo y darte cuenta que la vida no te deja hacerlo completamente, abro los ojos sintiendo la quemazón en mi piel, en mis ojos y a penas recuperando el poder de respirar con algo de facilidad. Tengo mi cabello mojado y aunque me duele todo siento la suavidad de una cama y unas tersas sabanas cubriendo mi cuerpo. La señora Aly me observa desde la silla que se encuentra pegada a la cama.

- Hasta que despiertas niña... he pasado una noche...

- ¿Qué paso?

- Te encontré desmayada en la calle, tuve que pedirle a Louis el panadero que te subiera a la recamara, tenías mucha fiebre y llame a la doctora que me atiende a mí, entre las dos logramos bajártela con una buena ducha, los medicamentos no funcionan, dice que debes hacerte unos estudios.

- Ya me los hice... le agradezco lo que ha hecho por mí.

- ¿Estás enferma? - asentí incorporándome - ¿qué tienes?

- Es una de esas tontas enfermedades raras de este tiempo... no... tengo que tomar un cierto medicamento y se me paso la hora, por eso me desmaye.

- ¿Estarás bien?- me pregunta con un tono realmente preocupado.

- Si... gracias.

- Bueno, te dejo descansar... iré a preparar una sopa que te caerá perfectamente después de lo que has pasado y un pay de queso que estoy segura te fascinara.

- Estoy segura que así será.

Cuando sale de la recamara puedo ponerme una ropa acorde para salir, me tomo el doble de poción para tener las fuerzas necesarias, necesito saber de Severus, baje y le dije a la señora que saldría a comprar más medicamento. Llegué hasta el parque y en definitiva no encontré a Severus por ningún lado. Regresé a la casa y escuche mucho silencio, las cortinas estaban recorridas y no podía ver nada, toqué la puerta varias veces hasta que por fin se decidió a abrirme. Al principio quiso cerrarme la puerta en la cara pero después lo pensó mejor y pase.

- Es la última vez que te pido que te marches.

- ¿No te importa por lo que pasa tu hijo Eileen?

- Tú causaste esto ayer... Tobías no siempre es agresivo.

- Créeme conozco esta maldita historia más de que piensas, hasta tengo más datos que tú misma y sabes por el infierno que pasas y por el que haces pasar a tu hijo y déjame decirte que es algo muy injusto y egoísta de tu parte,- le reproche con amargura.

- ¿Qué esperas que haga? Es mi esposo, su padre.

- ¿Y qué con eso? Eso no le da derecho a golpearlo ni a humillarlo.

- En el fondo él lo quiere.

- Por encima y en el fondo Eileen, él lo odia... odia que le hayas mentido con lo de que eres una bruja, odia que su hijo sea como tú, te odia a ti y a él, y si él que es su padre lo trata así cuando por naturaleza debería amarlo y protegerlo creo que es injusto que tú también lo hagas, que tú no lo protejas.

- "¿Cómo sabes tanto?" - me pregunta con miedo.

- Me dirías loca si te dijera, - se escucha la voz de Tobías hablar con un hombre afuera de la casa y ahora ambas temblábamos de miedo.