Mi último regalo (Sevmione)

Capítulo 6

CAPÍTULO 6

HERMIONE

Eileen aún no reaccionaba en lo que le acababa de confesar, se quedo inmóvil frente a mí sin saber que responder, sus ojos se volvieron cristalinos.

- ¿Qué es lo que tienes?

- Cuando estábamos en guerra me capturaron, una bruja me hizo el cruciatus y tantas maldiciones que he olvidado, me daño por completo, creó en mi cómo un virus que ataca mi cuerpo y no puede defenderse, me voy muriendo órgano por órgano, parte por parte, por eso mi hija murió, ella heredó mi enfermedad y por eso nunca pude tener hijos.

- ¿Y Severus? Dijiste que era pocionista, él debió encontrar algo que te ayudara.

- Lo intentó pero la poción lo que hace es acortar mis días dándome una mejor calidad de vida, hizo lo que pudo pero yo no tengo esperanza, – se cubrió la boca pensativa, puso la misma cara de Severus cuando le dijeron de mi enfermedad.

- Sacrificaste tus últimos días por mí.

- Si pudieras verlo Eileen, esta tan solo, tan lleno de odio, amargado, el dolor que refleja cada vez que sabe que me iré... tenía que darle algo que lo atara a esta vida.

- Siempre te lo agradeceré, – dos lágrimas resbalaron y las limpió rápido cuando Severus entró corriendo.

- Aquí esta madre ¿Qué le sucedió? ¿Estará bien?

- Si, pero necesito que me dejes a solas con ella, debo curarla.

- Es tonto pero... ¿Estás bien Hermione? – me preguntó avergonzado.

- Sólo lo estaré si tú te quedas conmigo, – me tomó del brazo asintiendo.

- Estaré en el patio mientras mi madre te cura, luego te subiré a tu recamara y aquí me quedaré contigo, – de nuevo esa mirada... escondió su marca tenebrosa y salió de ahí.

Mientras me curaba las heridas visibles le pedí que me diera más poción pero se negó, dijo que necesitaba tiempo, pero es como escuchar a su hijo, ella tampoco entiende de razones, tampoco asimila que me estoy muriendo, pero no le dije nada, sólo necesitaba entender un poco lo que me sucedía. 

- ¿Por qué no me dijiste? – me reclamó dulcemente.

- Porque yo venía aquí a salvarte no a salvarme a mí misma, no debes alterar el tiempo Eileen, todo debe seguir tal cual, me deben capturar y debo padecer esto.

- Debiste decirme hace quince años, así hubiese tenido el tiempo suficiente para analizar tu enfermedad y buscar una solución, pude hacer algo.

- Hiciste suficiente al cuidar a Severus de su padre.

- Es un mortifago, – lloró un poco y me partió el alma verla así, le había tomado tanto cariño.

- No sabía lo que hacía, él ahora es bueno y... tuvo que ser así Eileen, tu hijo será el héroe de la guerra, todo el mundo mágico le conocerá y lo admiraran.

- ¿Y no es justo que el héroe de la guerra tenga lo que más ama?

- Estoy muriendo... déjame quedarme aquí.

- No – responde tajante.

- Por favor, te lo suplico.

- Mi hijo te está esperando en su tiempo, buscaré la forma de que regreses a tu temporalidad y mueras con él, seguro que te espera y te necesita.