Capítulo 2

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Estaban todos. Todos esperando ver que Sara apareciera por esas puertas. Estaba delante de ellos y no me reconocían. El único que reaccionó fue Peter. Él era el único que estaba al corriente de todo. Sonrió al verme e hice lo mismo. Pasé por al lado de Frankie poniéndome nervioso con tan solo tenerla a un metro de mi.
-Pero chavaaaaaal...- Me abrazó Peter con fuerza.
-¿Qué tal, tío? Cuanto tiempo, joder...- Sonreí empezando a separarme.
-Estás hecho todo un hombrecito... Un hombrecito más fuerte que yo...- Frunció el ceño mientras agarraba mi brazo.
-Se llama gimnasio...- Empecé a reír, pero en ese momento, nos interrumpió.
-Peter, ¿le queda mucho a Sara?- Preguntó Frankie.
Me asombré ante aquella pregunta. Desde luego, no me la esperaba en absoluto. Había hablado mientras había estado en América, pero no habíamos hablado tanto como lo había hecho con Peter. Una vez cada dos semanas dejaba su mensaje Frankie. Supuse que ya, por fin, habría sido feliz y se había olvidado completamente de mi existencia. Pero, yo, al menos, lo había intentado en América. Había intentado olvidarla, o eso creí. Me di cuenta, nada más verla, los tres años que me había ido, no habían servido para nada.
-¿Qué? ¡Ah, sí! Ya tiene que salir por esa puerta...- Señaló Peter.
-Voy a llamarla...- Cogió su teléfono Frankie.
-Yo... Voy al baño, ¿vale?- Empecé a quitarme mi bolso de mano. -Agárramelo.-
Y justo en ese momento, mi móvil comenzó a sonar. Lo miré, fijamente, pero lo dejé sonar. No iba a cogerlo. No ahora.

Entré al baño y, después de hacer pis, lavé mis manos y me eché agua en la cara para despejarme, o al menos intentar hacerlo, un poco. Se notaba como la calor comenzaba a pegar fuerte en Sevilla a mediados de Junio, así que tuve que quitarme la fina sudadera que traía puesta. Salí del baño y volví a caminar, lentamente, hacía donde estaban ellos. En ese momento, mientras lo hacía, noté como la mirada de cierta persona, se clavaba en mi. Bueno, en mis brazos. Ahora estaban muy diferentes, apenas se podía apreciar un trozo de piel donde no hubiera tinta. Y, cuando subió la mirada hacia mi cara, notó como en mi boca había dos aritos a cada lado de mi labio inferior, otro arito más colgando de la nariz, además de un industrial en la oreja y dos nuevo que no se veían. Se quedó asombrada. ¿Acaso antes no se había dado cuenta de todos los piercings que ahora tenía? O estaba ciega o no le había interesado mucho. Y conociendo a Frankie, optaría mejor por la primera opción. Después de que volviera en sí y yo volviera a donde estaba Peter, comencé a hablar con él. Los chicos seguían esperando que Sara, apareciera por la puerta.

-Joder, se hace esperar esta chica siempre...- Soltó Jennifer sin más. Quise reír pero tuve que contenerme. Tuve que contenerme hasta que pasara un rato y dijera la verdad.
-Voy a volver a llamarla, antes se escuchó la señal pero no lo cogió.- Comentó, de nuevo, Frankie mientras cogía su teléfono.
Le hice una seña a Peter y me alejé un poco para poder coger la llamada. Me falto tiempo, y noté como mi pulso se aceleraba rápidamente. Tenía que tranquilizarme o el corazón volvería a estallarme como había pasado hacía ya mucho tiempo atrás.
-Hey, Sara. ¿Por dónde andas?- Preguntó sin darme tiempo a responder con algún "hola".
-Estoy en el aeropuerto, te estoy viendo.- En ese momento, le faltó tiempo a Frankie para voltear la mirada y empezar a buscar.
-¿Por dónde estás? No te veo.- Comencé a acercarme lentamente hacia ella.
-Estoy acercándome hacia donde estáis vosotros. Al lado está Peter, Jennifer y las demás chicas...- Siguió buscando incluso cruzándose con mi mirada varias veces.
-Joder, Sara, déjate de tonterías.- A eso ya no respondí. Estaba justo al lado de Peter y Frankie estaba de espaldas hacia donde yo estaba.
-¿Se puede saber donde coño estás?- Empezó a alterarse.
-Justo detrás tuya.- Y esperé.
-¿Te puedes apartar que no veo a mi amiga, por favor?- Me preguntó Frankie.
-No.- En ese momento, al fin lo entendió todo. La cara de Frankie era un poema en aquel instante. Me había tenido a su lado todo el tiempo y ni siquiera se había dado cuenta.


Todo lo que somos son balas.{CAPDB#2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora