Capítulo 22: " ¿Eso si quiera tiene que ver con las matemáticas?"

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Había hablado bien con Niall sobre el baile de graduación.

Le dije que era Harry mi pareja de ese día y él entendió sin problema pero no irá con nadie de acompañante.

Irá solo pero estará también conmigo.

Suspiré y dejé mi libreta de apuntes sobre la mesa.

Harry no tardaría en venir para empezar a estudiar.

Miré la hora, ya estaba quince minutos tarde el rizado.

Tomé mi móvil y comencé a revisar mis mensajes.

"¿Sabes qué estoy por hacer ahora?, me voy a cortar el cuello con una cuchara, no lo soporto más mariposita, odio las matemáticas y no quiero estudiar más."-Liam

"¿Tienes las fórmulas para el examen?, estoy intentando hacer el mismo ejercicio que hicimos en clase y me da un número tan extraño, ¡ayuda!"-Kate.

"Cassi, ya estoy en camino, perdón, perdón, perdón."-Harry.

Negué y sonreí, solo porque la cabeza está unida al cuerpo Harry no la ha perdido, es demasiado...Harry.

La puerta sonó y dejé el móvil sobre la mesa enviando mis respuestas a Liam y a Kate.

-¿Recibiste mis mensajes?-preguntó de un jadeo.

Estaba todo sudado con su cabello largo pegado en su rostro, su camisa igual se veía sudada.

-¿Pero qué...?-me interrumpió besando mi mejilla.

Su sudor se quedó en mi cara y lo retiré casi enseguida.

La risa de Harry resonó en mis oídos, maldito asqueroso.

Le di un golpe en el brazo y gruñó.

-Que tierna eres-vaciló y reí.

-¿Corriste un maratón o qué?-le pregunté en burla y negó con el ceño serio.

-No, pero es una larga historia-se sentó a mi lado en el comedor.

-Uhm, tengo tiempo-lo incité y suspiró.

Dejó sus libretas en la mesa y se levantó buscando algo.

Lo miré extraña y luego se giró a verme.

-¿En dónde está el control del aire acondicionado?-preguntó desesperado abanicándose con su mano.

Me reí, se veía tan gracioso así.

-Harry cariño, no tengo aire acondicionado, yo sobrevivo con un ventilador en mi habitación-me burlé y tomó asiento rechinando los dientes.

Me tomó de la muñeca y me quitó una de mis ligas de cabello.

Se empezó a hacer un moño y rodé los ojos, era todo una diva.

Solo fuiste una apuesta. «N.H.» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora