Capítulo 23: "Esa blusa me está causando problemas..."

5.2K 238 178
                                    

Me acomodé mi chaqueta y tomé las llaves de mi departamento lista para salir.

Ya iniciaba el fin de semana y Niall me había invitado a ver películas y a cenar esta noche en su departamento.
Nada formal en realidad, solo una noche de pizza, palomitas y dulces.

Estaba lloviendo afuera así que él pasaría por mí.

Mi móvil comenzó a sonar y cogí la llamada, era Niall.

-Estoy aquí, he olvidado el paraguas...¿tienes uno?-preguntó con voz tierna y rodé los ojos.

-Milagro que no hayas perdido la cabeza, ya salgo-vacilé y busqué el paraguas.

Abrí la puerta y allí estaba su auto al frente de mi departamento. Abrí el paraguas y escuché cerrarse la puerta de su auto y entonces lo vi correr bajo la lluvia hacia mi.

-¿De qué me sirvió el paraguas eh?, ninguno tenía que estar moja...-no dejó que terminara de regañarlo.

Sus labios estaban sobre los míos. Me rodeó por la cintura pegándome más hacia él.
Cuando por fin necesité respirar me separé.

-Deberías sentirte especial, me bajé para besarte, ¿no merezco puntos por ello?-vaciló y reí.

Volví a besarlo cortamente en los labios y me tomó de la mano mientras se colocaba a mi lado para ir hacia el auto.

---

Quince minutos más tarde ya estábamos en su sala de estar. Dejé mi chaqueta en el sofá y busqué a la madre de Niall con la mirada, quería saludarla.

-¿Qué haces bonita?-preguntó Niall y lo miré.

-Buscaba a tu...-me interrumpió besando rápido mis labios.

-Está en su habitación, no te preocupes-murmuró y se dirigió al televisor.

Me senté en el sofá observando lo atractivo que era, nunca negué que Niall fuera guapo, su reputación y comportamiento hacía que lo guapo se fuera volando lejos, pero ahora...bueno ahora ya todo era diferente.

-¿Qué película te gustaría ver?, tengo...-se detuvo mirando la portada del cartucho. -Actividad para normal, uno, dos, tres, cuatro y Anabelle-rodé los ojos, ninguna iba a asustarme.

-Anabelle-me decidí y él soltó una risita mientras la ponía. -¿De qué te ríes?-pregunté con el ceño fruncido y él negó.

Extendió un cobertor grueso y amplio en el suelo y dejó unas almohadas. Me sentía inútil, solo lo estaba mirando como él acomodaba todo y yo no lo ayudaba.

-¿Te ayudo?-pregunté poniéndome de pié pero él negó.

-No te preocupes princesa, ya casi termino-sonreí como una idiota y fui a la cocina para hacer palomitas en el microondas.

Solo fuiste una apuesta. «N.H.» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora