7.

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Buenas! Espero que os esté gustando lo que vais leyendo de la historia, lo hago lo mejor que puedo jeje. Si queréis hacer alguna aportación comentadlo o habladme por privado (que no muerdo <3) Bueno, el capítulo 7 es un poquito más largo que los demás, pero espero que sea lo suficientemente interesante para que no podáis parar de leer ;)

Muchas gracias a los que me seguís desde el principio, y sobre todo a Rebichin y Shinpei que suelen ser las únicas que me meten presión para subir. Este capítulo se lo dedico a ellas <3

Kouta:

Cuando llega el autobús me siento en el último asiento, al lado de la ventanilla. Ir en un autobús casi o enteramente vacío es una de mis cosas favoritas en el mundo, es como si tuvieras el chófer personal con la limusina más grande del mundo.

Después de acomodarme en mi sitio favorito veo como el chico de pelo negro paga su billete y se queda en medio del bus ya en marcha. Me quedo mirando el paisaje urbano que vamos dejando atrás cuando siento como alguien se sienta a mi lado.

-Hola, soy Andō.

Giro la cabeza sorprendido de que se haya dirigido a mí tan de repente.

-Encantado.-sonrío lo más sinceramente que puedo.- Soy Kouta.

Su cara muestra una leve sonrisa.

- Vaya, no esperaba que fueras a responder de esa manera.

Me quedo en silencio unos momentos, preguntándole con la mirada por una explicación a semejante reacción. De repente mira hacia otro lado evitandome, creo que le he incomodado un poco.

- Verás... Ams, no esperaba que fueras tan amigable. En la parada parecías mucho más frío.

Una carcajada sale desde lo más profundo de mi ser antes de que el tal Andō termine la frase ¿A qué viene eso?

-Bueno, creo que si me preguntas cual es mi nombre es normal que te conteste.

A parte de mi breve argumento, pienso para mis adentros que tal vez sea verdad lo que ha dicho. Senkitchi también me dijo algo parecido cuando nos conocimos.

El pelinegro se queda callado mientras escribe algo en su teléfono y esboza una leve sonrisa.

Me quedo mirándole casi empanado. A estas horas mi cerebro no da para más que para pensar en llegar a casa y comer, pero aún con esas me permito analizar a mi nuevo compañero de bus.

Su aspecto físico es bastante envidiable, pero no tan sobresaliente como el chico de la biblioteca. Su pelo negro y largo recogido en una coleta ya casi deshecha es lo que más llama la atención en un principio, pero el resto no se queda atrás. No me he fijado en si era muy alto o no, pero sus piernas y brazos parecen un poco más largos que los míos. Está recostado como si el incómodo asiento del bus fuera el sofá más cómodo del mundo.

Kaze to taiyō (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora