Kaze to taiyō (yaoi)

9.

Bueno! Os prometí subir más seguido y casi de forma continuada así que aquí está el nuevo capítulo, después de meses y meses de espera, lo siento♡ Es un capítulo un poco largo pero espero que os guste.

Senkitchi

- ¡Feliz cumplea...!

Me doy la vuelta lo más rápido que puedo hacia él y le abrazo con todas mis fuerzas intentando no ponerme a llorar como un crío. Jirô responde a mi abrazo dulcemente. Noto como le cuesta respirar y todo.

-Senkitchi, me ahogas.

- ...

Levanto la cara sin saber muy bien que responder o como actuar, así que decido volver a esconderla rozando mi mejilla derecha con su cuello. Me aguanto las ganas de llorar lo mejor que puedo. Me parece imposible que se haya acordado de mi cumpleaños a pesar del tiempo que hemos pasado sin vernos.

Todavía en el umbral de la puerta, Jirô me empuja suavemente mientras seguimos abrazados hacia dentro y cierra la puerta con una de

sus piernas. Seguimos abrazados hasta que coje mi cara entre sus manos y me besa. Sus labios fríos se posan sobre los míos dulcemente durante unos segundos, los suficientes como para conseguir que me relaje un poco, a pesar de que mi corazón quiera salirse de mi pecho, y se me quiten las ganas de llorar. Me  vuelve abrazar de nuevo y apoya su cabeza en mi hombro.

-Feliz décimo noveno cumpleaños, idiota.

-No hacía falta que hicieras nada, imbécil ¿Cómo te has acordado?

-La cosa es que nunca me he olvidado.

Desde que murió mi madre y mi padre decidió que mudarnos era la mejor opción no había encontrado motivos por el que celebrar algo como un cumpleaños y lo único que se le ocurría a mi padre era comprar una tarta y comernosla entre los dos. Me pongo a pensar en esos días, mi padre cada vez alejándose más de mí y finalmente yéndose de casa, abandonándome. Pienso en todos esos amargos momentos y no puedo evitar dejar escapar un suspiro. Ya está, se acabó, ahora tengo a alguien a mi lado en el que apoyarme. Tengo a alguien que me hace sentir vivo.

Después de un último abrazo Jirō me lleva de la mano hasta el salón, donde, en la pequeña mesa situada en el centro de la habitación, hay un montón de platos rebosando comida. Me habría saltado clases si hubiera sabido que Jirō se iba a pasar la mañana cocinando. En el sofá hay un montón de pelis apiladas, algunas las reconozco por la carátula o el título mientras que otras no las he visto en mi vida. Supongo que Jirō ha querido organizar algo "relajadito" por mis clases de mañana.

Después de cenar ponemos una peli del montón que había, una de miedo que vi hace mucho y me hacía ilusión ver de nuevo con Jirō. Me paso gran parte de la película fijándome en las caras y las reacciones que hacía en cada escena mientras le atuso el pelo para que se relajara al menos un poco. Y así nos pasamos hasta el final de la película, cuando Jirō se incorpora y empieza a recoger los platos de la cena, yo le sigo hasta la cocina, donde él se pone a fregar y tras unos momentos viendo su espalda no puedo evitar el impulso de abrazarle por detrás.

-Te he echado de menos.- lo digo bajo pero asegurándome de que me pueda escuchar.

-Y yo a ti.- contestó mientras se da la vuelta y levanta mi cara separando el flequillo que caía sobre mis ojos.- Y yo a ti.

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Kouta

Llevo 20 minutos esperando al maldito bus y mi culo está empezando a dolerme como nunca de estar tanto tiempo sentado.

Como es el cumpleaños de Senkitchi he decidido hacerle una visita sorpresa y darle mi regalo. Estoy un poco harto de recomendarle música todos los días y no saber si la escucha o no, así que le he hecho dos discos casrros con toda la música que, he creído, pueda gustarle. En fin me da que voy a tener que dejarlo para otro día si el bus no se digna a venir.