Kaze to taiyō (yaoi)

6. Kouta

Hola a todos! Siento muchísimo haber tardado tanto en publicar, pero entre los últimos exámenes, selectividad y el necesario descansito (muy necesario) no he tenido tiempo ni determinación para subir.

Aún así espero que os guste este capítulo. Va a empezar con Kouta, el amigo de la universidad de Senkitchi. Es uno de esos personajes a los que es inevitable no coger cariño así que espero que su historia os guste tanto como a mí.

Voy corriendo por los pasillos de la facultad lo más rápido que puedo intentando no llevarme a nadie por delante. Los exámenes de final de semestre se acercan y últimamente Senkitchi y yo habíamos estado hablando sobre quedar un día para repasar las notas de clase y poner en común el temario. Pero como los dos somos más bien reacios a tocar los libros y lo dejamos todo para el final hemos ido aplazando la fecha hasta hoy.

Habíamos quedado a las diez en la biblioteca de la facultad y me da que llego un poco tarde. El despertador no me ha sonado, más que nada porque se me ha olvidado ponerlo y he tenido que salir de casa corriendo. No he podido ni lavarme la cara.

Cuando llego a la puerta me apoyo unos momentos en la pared intentando recuperar el aliento antes de entrar a la sala. Cuando lo hago puedo ver a Senkitchi en una de las enormes mesas de madera que se encuentran por toda la biblioteca. El pelirrojo se ha quedado empanado mirando al infinito como un auténtico retrasado ¡Y parecía inteligente cuando le conocí! No puedo evitar reírme por lo "bajinis" ante semejante estampa. Senkitchi no es para nada una persona asocial, pero de vez en cuando le da por abstraerse y convertirse en una ameba.

A parte de la ameba pelirroja sólo hay unas pocas personas más, que apenas llenan un cuarto de la enorme sala. El silencio es casi absoluto y es solamente perturbado por el golpeteo que provocan los libros al ser colocados en la estantería.

Aprovechando que Senkitchi no me ha visto entrar me escabullo "sigilosamente" hacia la sección de economía, aunque el sigilo no sea necesario con el empanado que tengo como amigo.

Las enormes estanterías llenas de libros llegan casi hasta el techo. No sé quién limpiará todo esto pero tiene el cielo ganado.

La verdad es que la biblioteca de nuestra universidad es bastante conocida por la gran variedad de ejemplares que posee. Una vez salió en una revista y todo.

En fin, el dichoso libro que busco es uno de los ejemplares de "Capital" de Thomas Piketty. Creo que no hace falta aclarar lo aburrido y denso que puede llegar a ser un libro sobre economía, así que me voy a permitir el lujo de abstenerme a dar detalles.

Me paro al llegar a la estantería con la letra "P" y empiezo la búsqueda. Tras unos segundos de inútil tarea aparece un chico y comienza a apuntar, casi de manera mecánica, las identificaciones de los libros de la estantería de al lado. Me pongo de cuclillas para buscar por la parte baja del enorme mueble para comprobar si alguien había colocado mal el libro algo por el estilo. Desde mi postura sólo alcanzo a ver los pantalones tobilleros de color negro y unas zapatillas blancas que parecen recién salidas de la con la que las compraron.

-¿Puedo ayudarte en algo?- su voz es exageradamente clara y profunda, tanto que al oírla parece que retumba.

Levanto la cabeza sobresaltado. No pensaba que se fuera a dar cuenta de que le miraba.

- Em...- ¡Joder! No tengo ni idea de que responder.

El chico que me observa desde arriba como si fuera un tigre a punto de capturar a su presa, es exageradamente atractivo.

- No, solo estaba cotilleando un poco. -me he puesto tan nervioso que le he tenido que retirar la mirada por el bien de mi salud.

Después de esto veo como me sonríe por el ravillo del ojo y como vuelve a apuntar cosas en el papel.