Cap.4

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No podía creer lo que mis ojos estaban viendo, quede estupefacto, asustado, confundido.

Ella me miro con sorpresa, inmediatamente se limpió las lágrimas, y difícilmente se puso de pie. Los pequeños rayos de sol alumbraban su cabellera azabache, su mirada aún seguía aguada, era una mirada tan tierna, tan inocente. Que sinceramente me llego al corazón, hasta el punto de dejarme sin aire, y totalmente paralizado. ¿Acaso es otro de mis sueños?

- Lo siento.- Dijo agachando la cabeza, retrocedió unos cuantos pasos, y rápidamente salió corriendo.

Mi cuerpo no reaccionaba. Pero debía hacerlo. Poco a poco a regañadientes, mis pies comenzaron a andar, y cada vez lo hacían más rápido, sin darme cuenta ya había comenzado a correr detrás de ella. Estaba desesperado, miraba a todos los lugares posibles y no la encontraba. Hasta que su cabellera azabache salió revoleteando por la brisa, de entre los arbustos. Poco a poco me fui acercando lentamente, no quería asustarla.

La encontré arrodillada con su espalda recostada de un gran árbol. No sabía que decir o que hacer, no quería que pensara que la quería secuestrar o algo parecido. Afortunadamente ella solo volteo su rostro, y me miro con más sorpresa aun, sus ojos se abrieron como platos, seguramente ella sabía quién sería yo.

- Oh por dios. Yo... Yo lo siento, no quería molestarlo, señor Jackson.- Dijo apenada, tartamudeaba, y jugueteaba con sus dedos. Su voz retumbo en mis oídos. Era exactamente igual a su voz... A ella.

No pude evitar soltar una pequeña risa sonora por su comentario.

- No te preocupes, el parque es público... ¿Te encuentras bien?

- Seguramente me has encontrado llorando... Pero estoy bien, no es nada.- Dijo con una sonrisa fingida.

- ¿Podría pedirte un abrazo? Me encantan tus canciones, se podría decir que soy tu fan número uno.- Dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

Gustoso la abrace, aspire su aroma. Pensando en ella... El día que la encontré en el puente, la primera y última vez que la vi.

- Dime... ¿Qué hacías sola en un lugar como este?- Le pregunte lo más cortes posible, viéndome intimidado bajo su mirada.

- Bueno... Solo quise escapar por un momento de dónde vengo. Sé que me viste llorar y seguramente querrás saber el porqu. Dicen que eres muy curioso.- Dijo con una sonrisa de medio lado.

- Bueno. Supongo que es cierto.- Dije rascándome la nuca tímido.

- Yo estaba llorando porque... Porque ya estoy harta de ser siempre rechazada.- Dijo con una pequeña sonrisa en el rostro para tratar de no volver a llorar.

- ¿Tu novio?- Pregunte curioso.

Ella solo esbozo una gran sonrisa. Una hermosa sonrisa, parecía que mi pregunta le había causado gracia.

- No para nada. Va mucho más allá de un chico, un chico es lo que menos me importa en esta etapa de mi vida.- Dijo sincera. Algo que me agrado al instante de ella.

- ¿Entonces..?- ¡Dios! ¡¿Acaso mi curiosidad no podría ir mas haya?! ¡Tranquilízate Jackson!

- Dios no puedo creer que voy a compartir esto contigo. Digo ¡eres Michael Jackson! La mayor estrella del planeta, y créeme que me estoy controlando por no saltar sobre ti. Bueno a lo que iba... Desde que nací eh crecido en un orfanato, me han adoptado más de cinco parejas. Y todas me han devuelto regreso al orfanato. No digo que me traten mal en el orfanato, es todo lo contrario, me tienen mucho aprecio y yo a ellos, pero nunca eh sentido por más de 6 meses lo que es tener una familia de verdad.- Dijo mirando el pasto.

- No lo sé... Yo no era suficiente para ellos, querían a una muchacha madura, una chica llena de privilegios, de talentos. Pero yo no tenía nada de eso. Yo solo quería recuperar mi niñez perdida, nunca tuve un juguete de unos padres amorosos, hermanos con quienes pelear, o ir a un parque de diversiones.

Sus palabras me recordaron a mí mismo, una infancia perdida... Sin poder jugar en un parque de diversiones, sin risas, sin fiestas de pijama. Ella me recordaba a mi infancia. Y sentía el mismo dolor que ella.

- Se cómo te sientes... Yo viví por años siendo sometido a duras de prácticas. Recuerdo que tenía un parque de juegos justo frente en donde solía grabar con mis hermanos, los niños reían y jugaban, yo quería unirme, pero nunca podía. Sufría por dentro. Por eso ahora trato de disfrutar al máximo lo que no pude hacer cuando niño.- Le dije con una sonrisa, admiraba su rostro, cada una de sus facciones, sus ojos, sus pestañas, sus finos pero a la vez gruesos labios.

- ¿Tengo algo en la cara?- Pregunto ella riendo sonoramente.

- Solamente notaba tu rostro. Me recuerdas mucho a alguien... ¿Qué edad tienes?

- 17 Cumpliré los 18 en un mes... A partir de ahí debo irme del orfanato, ¿A dónde? Realmente no lo sé.- Dijo cabizbaja.

No podía parar de mirar su rostro, sus facciones, su sonrisa, quería guardarme cada imagen de sus expresiones, es como si dios me hubiese dado una segunda oportunidad de poder verla sonreír, escuchar su voz, ver el lado extrovertido de ella. ¿Será esto un sueño?

Pero luego caigo en la cuenta que esta chica que tengo frente a mí, no es Ella. No es la chica de mirada vacía, no es la chica de cabellos resecos, no es la chica de ese 23 de marzo de 1984. Pero el parecido era increíble, como dos gotas de agua. ¿Debería comenzar a creer en la reencarnación? No, estoy enloqueciendo.

El tiempo me pareció tan solo una milésima de segundos, sin darme cuenta ya estábamos riéndonos a carcajadas, podía ver en ella una chica con la que podía desenvolverme fácilmente.

- No puedo creer que haya pasado toda la tarde con usted señor Jackson... ¡Es increíble!- Dijo chillando de la emoción y con una gran sonrisa que me dejaba ver la blancura de sus dientes.

- Vamos no es para tanto... Solo soy Michael Jackson, y por favor no me trates de "Usted" me haces sentir como un viejo.- Dije con una mueca.

Ella solo me miraba divertida, con sus rasgados ojos obscuros.

- ¿Sabes algo gracioso?- Pregunte divertido.

- ¿Qué?- Pregunto entrecerrando sus ojos.

- Que aún no se tu nombre.- Dije estallando en risas, al igual que ella.

- ¡Oh por dios es cierto! Has estado hablando todo el día con una desconocida.- Dijo con su típica sonrisa juguetona. Y antes de que me diera cuenta, se había acercado peligrosamente a mí, se puso de puntillas para alcanzar mi oído, y sentí el aire de su susurro, provocándome un leve temblor en las piernas, los cabellos de mi nuca se erizaban como si me hubiesen conectado un cable de electricidad en la columna. "Alice" Había susurrado ella.

*Carta escrita por Michael, horas antes de conciliar el sueño*.

¡Dios! La eh visto con vida, aun no puedo creerlo, y tengo el súbito miedo de que esto sea tan solo un sueño y despertar decepcionado nuevamente. Pero no esta vez, ella era real, sus cabellos, su voz. Todo de ella. ¿Acaso dios me ofreció una segunda oportunidad?

¡Oh mi chica desdichada! Estuviste tan sola en el mundo, que decidiste acabar con un dolor que yo pude fácilmente haber remedido, pero no me diste tiempo. Ahora es como si volvieras en modo de arrepentimiento, mostrándome ese lado dulce y tierno que tanto anhele conocer.

Mi niña de cabellos azabache, prometo no defraudarte esta vez.


Padre adoptivo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora