Cap. 7

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Janeth se encontraba en la sala principal, tomando una copa de agua. Ella me miraba seria. Sabía que me esperaba un fuerte interrogatorio.

- ¿Dónde está la chica?- Pregunto seria, sin retirar aun sus gafas oscuras.

- Esta dormida... Llegaste muy temprano.

- Michael vayamos al grano antes de que despierte. ¿Qué es lo que ocurre?- Dijo retirando bruscamente sus gafas oscuras.

No sabía cómo comenzar, no sabía como decírselo.

- Acompáñame a un lugar, hay podrás entender todo.

Ella me miro con incertidumbre. En la limusina nadie decía nada, solo nos inundaba un silencio incomodo, tanto que ya comenzaba a jugar con mis manos.

Al llegar, ella se dio cuenta que era un pequeño cementerio, muy alejado de la ciudad, pero muy hermoso y bien cuidado.

-¿Qué hacemos en un cementerio?

- Ya lo veras...

Ella me siguió en silencio, hasta llegar a la tumba de Ella.. De mi niña desdichada; como le llamaba yo.

- Janeth escúchame con atención. Sé que te sonara loco, pero por favor, solo te pido que me apoyes, no me creas esquizofrénico.- Ella me miraba fijamente son ninguna expresión facial.

- Todo comenzó un 23 de marzo de 1984. Ese 23 de marzo había salido del estudio de grabación cuando apenas había salido los primeros rayos del sol, solo quería caminar sin ser perseguido por la multitud. Al pasar por el puente Golden de San Francisco, había una chica... Se iba a suicidar.- Dije con un nudo que me complicaba hablar.

- Ella se suicidó frente a mis ojos, trate de detenerla, pero nada pude hacer, y la enterré aquí.- Dije apoyando mi mano sobre su lápida, mis lágrimas caían sobre ella, el viento pasaba silbante y fresco, el sol apenas comenzaba a penetrar las nubes.

Solo se escuchaba el sonido del viento jugando con las hojas muertas, hasta que Janeth rompió el silencio.

- Michael... Sigo sin entender, ¿Qué tiene que ver todo eso con la chica?

- Alice... Es idéntica a la pequeña que se suicidó frente a mis ojos, Janeth es una oportunidad que Dios me ha dado una nueva oportunidad. ¿Tienes idea lo culpable que me sentí por estos 4 años, o lo deprimido que estuve?

- Michael... No tiene sentido lo que me estás diciendo, ¿Cómo que son iguales?

- Si Janeth... Son idénticas, como gotas de agua.

Janeth no me creía, lo podía ver en sus ojos. Luego de pasar casi una hora explicándole lo sucedido de ese 23 de marzo, poco a poco me iba comprendiendo. Aun no estaba seguro si había hecho bien en haber adoptado a Alice, tal vez me había metido a la boca del lobo. Pero mi intuición me decía que debíatenerla a mi lado.

- Michael... Piensa bien las cosas, ahorita tal vez solo estas confundido, tal vez la has adoptado por que te sientes culpable, pero no lo eres, esa chica tomo su decisión, tú debes continuar. Además, Alice ya es una mujer, no sabes qué clase de pensamientos puede tener, o que clase de persona puede ser. Piensa lo que dirá la prensa, dijiste que dentro de un mes cumplirá los 18 ¿No? Sera mayor de edad, y tú tienes ya 30 años, la diferencia de edad es grande, pero no es obstáculo...

- ¿Qué quieres decir?- Pregunte estupefacto.

- Tu sabes lo que quiero decir Michael. Investigare a esta chica.- Dijo refiriéndose a mi muchacha desdichada.- Y a Alice también, porque esto no me parece simple casualidad, u obra divina de Dios. Y te aconsejo que te cuides, puede que esa chica sea una perfecta manipuladora, y Michael no es por nada, pero eres demasiado inocente como para ver lo que para otros es obvio.- Dijo Janeth poniéndose de nuevo sus lentes de sol, dispuesta a marcharse.

- Oh, y por cierto, la familia quiere conocerla, así que llegaran aquí en menos de dos días, y ya te organice una entrevista respecto a todo el escándalo.

- ¡¿Ya la prensa lo sabe?!

- ¿Tu qué crees?...- Dijo sacando de su bolso, la portada de un periódico, donde se podía apreciar una foto de Alice saliendo agarrada de la mano conmigo.

- La prensa especula que la adoptaste para tu placer personal...

- ¡Son unos malditos! ¡¿Cuánto más quieren destruirme?!- Dije dolido, y furioso.

Al llegar de nuevo al rancho, me sentí cansado... Estaba cansado de las falsas especulaciones de la prensa, estaba furioso.

Al llegar a sala principal, me encontré a Alice, acostada en medio del piso de cerámica, estaba abrazada a un periódico, su rostro estaba enrojecido, como si hubiese llorado. Entonces ella también había leído el encabezado de periódico.

Cuidadosamente me acosté junto a ella, estábamos rostro a rostro, poco a poco la fui despertando con pequeñas caricias en su rostro... No me había percatado de lo suave que era su rostro, como porcelana.

- Michael...- Susurro ella cerca de mí.

- El piso es cómodo, dormiré más seguido contigo aquí.- Le dije en voz baja.

Ella esbozo una gran sonrisa, mirándome fija a los ojos, me podía iluminado en los suyos. Pero esa sonrisa se esfumo, cuando vi caer dos lágrimas de sus ojos.

- Shh.. Tranquila, dime ¿Qué sucede?- Le pregunte limpiando sus lágrimas, me acerque a ella y la abrace por la espalda, acariciaba su cabeza y su espalda lentamente, en un intento de tranquilizarla.

- Tu ya sabes que es... Hoy en el periódico....- Dijo ahora en sollozo.

- Tranquila... Tranquila, no hagas caso a la prensa, te dije que sería duro, tienes que ser fuerte, yo estoy contigo, tranquila.

- Tengo miedo de ser devuelta de nuevo Michael. No quiero ocasionarte problemas, no me importa la prensa... Lloro porque tengo mucho miedo. No quiero perder otra familia más.- Decía ella mirándome fijamente, sus lágrimas simplemente se resbalaban por su rostro, haciéndola ver pequeña, indefensa.

- Eso no pasara... Te lo juro, ahora eres parte de mi familia, eres parte de mi ahora.- Dije abrazándola, atrayéndola más hacia mí, aspirando el olor de su cabello. Era delicioso.

- Michael... Michael...- Decía ella una y otra vez susurrando mi nombre.

Poco a poco, sin darme cuenta, estábamos los dos, frente a frente, apoyados de nuestras rodillas, sus brazos colocados alrededor de mi cuello, mis manos apretaban su cintura... Ella también olía muy bien. Sentí la calidez de sus manos en mi rostro, lo tomo con sus dos manos, acercándose a mi rostro... Podía sentir su aliento en mis labios. Pero se detuvo.

- Michael... Para estos ojos, que siempre han mirado la obscuridad... Tú eres realmente brillante.- En voz baja.

Sus palabras me estremecieron, y ella simplemente se levantó del suelo, dejándome en medio de la sala aun en de rodillas. ¿Qué había sido eso? Estaba confundido. Toque mi corazón, estaba acelerado... ¿A esto se le llama estar... Enamorado? No, es imposible, ella ahora es mi hija. O al menos me quiero convencer de ello.

*Nota de Michael escrita esa noche*

Eres tan indescifrable... Quiero creer que tus acciones son pura inocencia, que no sabes lo que haces. Pero otra parte de mí, desea que lo hagas. ¿Por qué? Ni yo mismo puedo encontrar respuestas.

Tus cabellos azabache me recuerdan al cielo nocturno, ¡oh! Como quisiera ser una estrella entre tus cabellos.


Padre adoptivo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora