Almas pérdidas.

13.-Tyler.

Me encontraba en la primera calle de la ciudad de Hawnkinsville. Las noches aquí siempre habían sido tranquilas y silenciosas, o así me había dicho Mary. Ella había cuidado de mi cuando mi madre falleció. Tenia 12 años antes de ser la bestia que hoy soy.

En el enfrentamiento, los lobos destruyeron nuestra familia. Y gran parte de nuestra ciudad.

Papá fue quién llevo el mandato, y al enfrentarse, murió luego de haber triunfado. Mamá fue herida gravemente y mi mayor tortura fue no haber podido salvarla. Mary era una bruja pura, que pudo mantenerla a salvo un poco más. Antes de morir, ella me entregó el arma que me haría representar a nuestra familia. Mary se encargó de cuidarme, pero sobretodo, me enseñó como sobrevivir en está vida. A sobrevivir sin todas las personas que necesitamos, sin amor y sobre todo a la soledad.

Perdi a mí familia, amigos, y al intenso amor de mi vida.

A veces tenemos que aceptar que algunas personas se van. Y que solo debemos sobrevivir a esta triste y cruel realidad que nos covierte en personas frías, porque nos acostumbramos a dar mas de lo que recibimos.

Sentado en una banca de la plaza, estuve pensado en lo idiota que he sido. Estaba sentado, esperando una maldita señal para vengar la muerte de todos los vampiros, ¿Como puedo ser tan iluso al pensar que Cassandra Johnson puede ser la respuesta a todo?, ¿Es acaso eso estar enamorado?

Somos muy distintos. Ella; una chica buena a la que todos les muestra lo buena que es, y a la que por desgracia todos le han visto la cara, y yo solo un idiota que necesita un amor de pelicula para cambiar. Estar juntos no es cosas de solo de "querer" sino, mucho mas, y por desgracia en mi vida no esta el grandioso plan de un amor inutil que solo me desvia a lo que realmente he venido.

Alejarnos de la persona a quien realmente amamos es la manera mas fácil de continuar.

–Debes enfocarte en lo tuyo Tyler. –me dije a mi mismo.

No pienses más en esto,ya basta,no quiero quererla de esta manera,ella solo es una chica más,una más del montón.

¿Por qué si hay tantas mujeres en el mundo,mi corazón elige amarla a ella?

Una voz a mi lado me susurró.

–Porque el amor no es voluntario. No elegimos a quién amar. –dijo Mary Jane.

–¿Mary Jane? –pregunte.

No es cierto,esto no real. –me dije a mi mismo, frotandome los ojos.

Mire mi alrededor. Todo estaba más claro, a pesar de que ya era de noche.

–Estas en mi cabeza,¿cierto? –pregunte.

Ella asintió.

–Te dije que siempre estaría cuando me necesitarás,y aquí estoy,cumpliendo mi promesa.

Mi corazón se detenía rápidamente, y a la vez se me hacía un fuerte nudo en el pecho. Sin poder evitar que mis ojos se cristalizaran.

–Te he hechado de menos. –dije, apretando fuerte mi pecho con el de ella.

–Y yo a ti,mi pequeño vampirito.-bromeó.

Sonreí.

–La respuesta a cada una de tus preguntas mi pequeño vampiro,esta aquí - señaló la parte izquierda de mi pecho -en tu corazón. Se que quizás ahora no lo entiendas,y créeme que te costará,eres un chico muy terco,pero sé cuán inteligente eres y se que lograrás escucharlo. -esas fueron las sabias palabras de mi amada Mary Jane.

-¿Y si no puedo con esto? -pregunte.

-Sé que podrás mi niño. -dijo- Y recuerda siempre cuanto te amo mi pequeño. - culminó, dándome un beso en la frente.

Y se fue.

-¿Mary? - llamé alrededor de la banca.

Ya no estaba.

-También te amo,mi ángel - dije,soltando aquellas lágrimas que retenía.

Tarde unos minutos en reponerme y levantarme.

~*~

Camine por la acera de los locales que estaban en la ciudad. Pasé frente a un bar «the night bar's», y me senté en la barra.

Levanté mi mano,para atraer la atención de la mesera.

Ella se acercó a mi. Llevaba una blusa corta negra,junto con una ajustada falda, y una botas altas del mismo color.

–Una botella de vodka. – le pedí.

–No vendemos botellas,guapo. –contestó.

–Te daré una buena propina si me das lo que quiero, nena. –le dije.

Ella me miro con sensualidad. Acercándose a mi lentamente.

–¿Y que es lo que quieres? –pregunto,sentándose enfrente de mi con las piernas cruzadas,con una pícara mirada.

–Una botella nena,¿no has entendido? –le repetí.

Su cara cambio al instante.

–Eso no puedo dartelo–dijo bajándose de la barra, dándose la vuelta.

–Oye, espera. –dije, jalandola por la cadera.

–Podemos compartirla juntos en mi habitación, en mi cama–le propuse.

–Ya no estoy a tus servicios, cariño. Tardaste demasiado.–dijo,alejándose nuevamente.

Le di la vuelta por el brazo.

La mire fijamente a los ojos.

–Harás lo que te digo, traeras mi botella, y te irás como si nunca me hubieses visto–le ordene.

Ella se volteó,y tomo una botella,la trajo a mi,yse dio la vuelta.

La tomé,y salí de el bar.

Camine de regreso a buscar mi auto.

Me subí a él,lo encendí, junto con el radio,tome un sorbo de la botella,y conduje por la carretera hacía mi casa.