Lamento que tus ojos no se iluminen al mirarme.
Lamento que en tu mente no haya espacio para mí.
Lamento ser invisible en tu vida.
Lamento que cuando estés cerca mío, no sientas que te falta el aire, ni que tu pulso se acelera.
Lamento que me mi...
Mi amiga me regañaba siempre que íbamos a alguna fiesta y me posicionaba cerca de ti permanentemente.
Quizás era un poco acosadora. Pero sentirte a poca distancia me reconfortaba.
Sentir tu tranquiladora presencia.
Inhalar tu aroma dulzón que recorría mis pulmones dejando cosquillas de fragancia a su paso.
Tocar tu piel cuando rozaba la mía y encrespaba mis vellos que felices se despertaban al palparte.
Escuchar el sonido de tu voz al filtrarse por mis oídos y estremecer mis sentidos.
Admirar el movimiento de tu cuerpo al bailar que daba la misma sensación de paz que ver una cortina ondearse levemente cuando la brisa la empuja en un ida y vuelta hipnótico.
Y por desgracia, lastimarme con el filoso chasquido de los besos que le dabas a ella...
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