Cuando empaco las cosas para mudarme veo un pequeño sobre blanco como las nubes entre mis cosas y una sonrisa se escapa de mi rostro.
Juré nunca leer aquella carta, hasta estar segura de que lo que sea que allí dentro estuviera escrito no me causaría nada. ¡Y a quien engaño!, eso nunca pasará, y yo no rompo mis promesas.
Guardo el sobre dentro del bolso y corro hacia ti al escuchar tus gritos.
—¡Mi amor! Deja ya todo y ven aquí. No dejo de extrañarte, quiero vivir contigo en este momento y olvidar a esta mujer que dice ser tu madre ¡me está volviendo loco!
Llego al salón y me levantas en un abrazo volador.
—¡Van a pegarle al televisor! —grita Lila, mi madre, alterada.
Tú me sueltas y luego vas a donde está ella.
—Ven aquí suegrita, sabes que también te amo a ti —dices y la levantas en un abrazo mientras ella ríe y se queja a la vez.
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Lamento no ser como ella
Short StoryLamento que tus ojos no se iluminen al mirarme. Lamento que en tu mente no haya espacio para mí. Lamento ser invisible en tu vida. Lamento que cuando estés cerca mío, no sientas que te falta el aire, ni que tu pulso se acelera. Lamento que me mi...