Cuarenta Y Cuatro

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Maratón 1/3 Lean con la canción en multimedia ♥

El aire frío nos acompañó todo el camino hasta la casa de campo que nos había prestado tu abuela.

-Así que estás saliendo con ese chico. -Fue lo primero que me dijiste una vez dentro del hermoso lugar.

-Su nombre es John.... Y sí, él es maravilloso, tendrías que conocerlo.

Dejé caer mi peso en el sillón y tú repetiste mi acto.

-No lo dudo. -Tus ojos viajaron hasta los míos-. ¿Lo amas?

-Yo... -Como una estrella fugaz, la imagen de John se interpuso en mis pensamientos.

-¿Y...? ¿Estás enamorada? -Sentí tu cuerpo encima del mío, en algún momento -no sé cómo- habíamos quedado recostados sobre el sofá.

-Lo quiero mucho -dije por fin-, es una persona importante en mi vida.

Podía sentir tu rostro junto al mío, tus labios rozaban mi boca. Te encontrabas tan cerca que no atinaba a hacer otra cosa que observarte anonadada.

Una sonrisa se dibujo en tu rostro, un fuego empezó a crecer desde el centro de mi pecho.

-Querer no es lo mismo que amar -afirmaste.

Te acercaste más, tu mano en mis cabellos, tu boca encontrando la mía pero sólo depositaste un corto beso.

-Yo sí te amo colorada. -Esta vez el contacto fue un poco más largo-. ¡Joder! Si que te amo.

Reaccioné, en mi mente todos los clics que no encajaban, se incrustaron y largaron chispas. Te amaba... a ti. Aún sabiendo lo que John sentía por mí.

-Yo también lo hago -convertí mis pensamientos en palabras.

Al terminar de pronunciar aquello, vi aparecer ese brillo en tus ojos, ese brillo que me volvía loca, más radiante que nunca, ese brillo que iluminaba mi alma y mi ser. Y me derretí.

Entonces me besaste como nadie lo había hecho, fue un beso desesperado y depredador, lleno de pasión como si las ganas se hubieran acumulado por un largo tiempo. El fuego prematuro que había comenzado a nacer en mi interior se expandió, me quemaba, estaba dentro de tu infierno y el dolor era de un disfrute inigual, si eso era un pecado, no quería ir al cielo jamás, iba a bailar en tus llamas, iba a arder presa del deseo de tu boca.

Mis manos al fin podían viajar por tus cabellos y tomar tus rizos entre mis dedos

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Mis manos al fin podían viajar por tus cabellos y tomar tus rizos entre mis dedos. Tu lengua desesperada jugaba con la mía y una que otra pequeña risa se te escapaba a mitad del beso.

-¿Sabes cuanto tiempo esperé para probar tus... tus...? ¡Dios! Tienes los mejores labios del mundo.

Succionaste el inferior y me estremecí.

Como si una energía superior me controlara me di la vuelta quedando justo encima de ti.

Mis rizos caían en cascadas a nuestro al rededor y tus manos viajaron por ellos para acomodarlos detrás de mis orejas. Luego las llevaste hasta mi cintura.

-¿Y tú? ¿Sabes cuánto esperé para este momento? ¿Sabes las malditas ganas que tenía de estar contigo? -pregunté.

No hubo respuesta, porque ahora era yo la que iniciaba el beso y no se terminaría por mucho tiempo.

*****
¡Jelou!

¿Qué opinan de las escenas subidas de tono?

No hablo de esta. Hablo de las escenas en las que bueno, ya saben... Bueno, esas donde... ¡¡SÍ ESAS!! Juju :O

Hasta luegiño

-Asley

Lamento no ser como ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora