Siete

49 4 5
                                    

*hace ocho meses*

-Sigo sin entenderlo.

-¿Pero que es lo que no entiendes?

-Nada.

-Se rió -Pues ya no se como explicártelo, al menos intenta hacer ese problema.

-No se como explicarte ya que no se hacerlo-dije mientras jugaba con el bolígrafo -es que es de lógica, ¿si no se como se hacen las operaciones como quieres que haga los ejercicios?

-Me rindo- exclamó levantando las manos y soltando el lápiz que tenia en la mano- haz lo que te de la gana.

-Y encima te enfadas- bufé mientras veía como se levantaba.
Al parecer no tenia otra cosa que no fueran sudaderas negras y vaqueros, era lo único que llevaba.

-No me enfado-dijo con tono divertido- no voy a ser yo la que suspenda matemáticas por tener la cabeza cuadrada y no concentrarme en entender las cosas.

-Vaya, parece que hoy es el día de meterse conmigo- solté del tirón, molesto- pues vete, no te necesito.

- De acuerdo.

Acto seguido se fue caminando tranquilamente sin ningún cargo de conciencia, como suspenda la culpa será suya.

Era viernes por lo que después de clase decidí salir por ahí a hacer cosas productivas tales como... Bueno, ya veré que hago.

Iba caminando sin rumbo con música en los auriculares mientras disfrutaba del paisaje. Decidí meterme por una calle sin asfaltar, de tierra, por donde solían pasar camiones de estiércol. No olía muy bien por ese camino pero el paisaje era bonito, a ambos lados de este habían setos y arboles bastante grandes. Las hojas secas recubrían el suelo y mientras mas me adentraba en el camino mas grandes y frondosos se volvían los árboles.

Unos diez minutos después me encontré con un cruce de caminos y decidí seguir recto para no complicarme mucho. Al seguir bajando me encontré con un río que cortaba el camino. Un labrador se me acercó y empezó a chuparme.

-¡Ven aquí!-gritó una voz.

El perro levantó las orejas y miró al alrededor para luego salir corriendo al dar con su dueña. Era una chica rubia, alta y de ojos verdes. La chica al verme se ruborizó y mirando al suelo, empezó a jugar con su pelo.

-Hola-dije saludando con la mano.

-Hola...-murmuró mientras seguía jugando con su pelo sin mirarme.

-¿Como se llama el perro?-pregunté para romper el hielo.

-Yuno.

-Entonces es chica-dije mirando a la perra, que estaba en el agua bebiendo.
La chica me recordaba muchísimo a Alba solo que esta era mas introvertida. Cuando quise darme cuenta la extraña chica se había ido corriendo junto con el perro. Me pareció muy extraño así que la empecé a seguir pero corría muy rápido. La chica miró hacia atrás y al verme corriendo tras ella aceleró el paso dejandome mas atrás de lo que ya estaba. Anda que no corría ni nada la cabrona. Aceleré el paso todo lo que pude recortando la distancia que nos separaba, poco a poco la fui alcanzando hasta agarrarla del brazo.

-¡Por que huyes de mi!-exclamé mientras la agarraba del otro brazo para que no se escapara- que yo sepa no te he echo nada.

-Es mejor que te vayas-dijo mientras seguía intentando soltarse -no es seguro.

-¿Que no es seguro?

-Nada que te importe. Es solo que no quiere que la vean, y tienes que irte.

-¿Quien no quiere la vean?

-Alba.

-¿Conoces a Alba?-pregunté- ¿De que la conoces?

-¿No vienes por eso?-preguntó confunsa-mierda, la he cagado...

Se soltó e intentó volver a correr, la agarré por las caderas con ambos brazos y caímos al suelo. Me puse encima suyo y le puse las manos tras la cabeza para que no pudiera moverse. Poco a poco empezó a relajarse hasta que dejo de oponer resistencia.

-Enserio, podemos hablar tranquilamente.

-¡No!-gritó- ¡sueltame!

-Si vas a volver a correr no te voy a soltar. Solo quiero saber que turbio secreto esconde Alba.

-Alba no esconde nada... Es solo que... Bueno, es mi hermana y bueno... Se ha resfriado.

-Antes no sonabas como si ella se hubiera resfriado-dije mientras aflojaba un poco las manos para no hacerle daño- parecía algo mas importante.

-No es nada de lo que debas preocuparte -murmuró a la vez que miraba a su alrededor buscando algo-ademas, ¿por que te importa tanto?

-Bueno... Yo...

-¿Acaso te gusta o algo?-me cortó- bueno, dudo que llegue a salir con alguien como tú.

-Pero que cojones...

La chica y yo nos miramos y luego miramos a nuestro a alrededor, confusos. De entre los árboles salió Alba con un brazo escayolado y un ojo amoratado. Parecía enfadada.

- Esto no es lo que parece-dijo la chica nerviosa mientras se movía para librarse de mi y la dejé hacer, mientras nos levantabamos .

-¿Que te ha pasado?

-Me he caído -dijo Alba, esquiva- vamos Laura, nos esperan en casa.

-Te juro que no he echo nada.

- Lo sé, lo he visto y escuchado todo. Vámonos.

-¿Estas enfadada?-pregunté haciendo que Alba parara en seco.

Se dio la vuelta lentamente, como si le costara. Sonrió de medio lado y siguió caminando.

No podía dejar que esto quedara así, quería saber que era aquello por lo que supuestamente había ido a por Alba y por que estaba tan golpeada. Fui hacia ella con paso decidido y la agarre del brazo tirando de ella hacia mi. Cuando estuvo frente a mi me miró a los ojos intensamente, como siempre hacia.

-Dime que te ha pasado.

Envolvió mi cuello con sus brazos y se echó a llorar, sin parar, como si llevara mucho tiempo guardando todo aquello que la hacia sentir mal dentro de si.

Estuvimos así durante minutos, mientras ella lloraba su hermana acariciaba a Yuno con lágrimas en los ojos sentada en el suelo. Alba, mas calmada, se despegó de mi y le hizo un gesto con la cabeza a su hermana para que se levantara.

-Me da igual lo que hagas ahora, mientras no digas nada.

Y siguió caminando sin mirar atrás

Mientras no digas nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora