Esa noche bailé, canté, hice el tonto y lo más importante disfruté y me lo pasé bien.
Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien. Eran la una de la madrugada y yo estaba con Jenni bailando en la plaza con música que había puesto yo con mi móvil.
-¡Carla!-
Me giré inmediatamente hacia dónde venía la voz que me llamaba y descubrí que era Marcos.
-Smoke gr...- no conseguía leer lo que ponía en su camiseta, las letras se movian.
-great life ¿ estás bien chica?- me preguntó Marcos acercandose a mi.
- si, estoy per...fectamente- dije con dificultad. Empezaba a perder el equilibrio. Me hervía el estomago y sentía mucha presión en la cabeza, me iba a estallar.
- Carla, en serio que no estas bien- oi una voz que no era de Marcos.
- Joder, te has pasado pa' ser la primera vez que bebes-dijo Marcos.
- Carla, deja de beber si quieres llegar bien a casa- volvió a hablar la misma persona a la que antes no habia logrado identificar. Me giré para ver quien era y descubrí que era mi hermano. Me miraba fijamente; parecía cabreado, pero no conmigo. Como si le hubiera pasado algo. Tenia la mirada fría y clavada en mí, con una expresión decaida. Algo inusual en mi hermano.
-ey! Es..estoy bien- dije controlando mi equilibrio para no caerme al suelo- el que tiene pinta de no estarlo eres tu.
Me acerqué a el como pude y cuando estaba a una distancia de apenas cincuenta centimetros volvió a hablar:
-Carla ahora mismo estas borracha, no te voy a contar nada...- Pablo se giró y empezó a caminar hacia el lado contrario. Volvió con unos tios que iban a su clase en el insti y no volví a verlo hasta la hora de volver a casa. Pero antes de eso pasaron mas cosas, cuando mi hermano se fue me quedé rara, sentía que él no confiaba en mi. Marcos se me acercó y me miró a los ojos.
- ¿seguro que estas bien?-dijo sin dejar de mirarme. Tenía un aire preocupado.
Ahora que me fijaba era bastante guapo, el pelo negro le destacaba los ojos claros color verde. Tenía la piel clara. Tenía los ojos algo achinados pero muy poco, lo justo para que fuesen preciosos. En ese momento se me pasó una idea fugaz por la cabeza, me gustaba.
- claro que estoy bie...- no terminé de hablar por que finjí que me caía. Como supuse, rapidamente y sin dudarlo Marcos se agachó para ayudarme a levantarme. Me cogió de la mano y por la cintura y tiro de mi hacia arriba. En ese momento yo sentí que estaba en el cielo, pero una sensación de presión en el estomago me sacó del sueño.
A cada segundo que pasaba la presión era mayor, me estaba meando.
- o...o...oye, me acompañas a...algún sitio...donde pueda...- no sabía como decirle que me acompañara, pero tampoco quería ir sola, por que Jenni se habia ido y nos habiamos quedado solos ahi, los dos. Fue entonces cuando para mi sorpresa, él terminó mi frase.
- ¿a mear?- me miró mientras se reia levemente.
-s...si, además ¿de que te ries?- dijé haciendome la enfadada y cruzando los brazos.
- vale, pues vamos a algún sitio donde puedas mear- me cogió de la muñeca- me reia por que parecias incapaz de decir la palabra mear.
Marcos tiró de mi hasta un callejon con el suelo cubierto de arena y con maleza en las uniones del suelo y la pared. Olía a pis de gato, debía de ser el meadero de los borrachos o algo por el estilo.
-¿aquí te parece bien?- me preguntó Marcos con una sonrisita.
- si, aunque huele a pis de gato, pero me sirve- contesté yo soltandome de su agarre y entrando un poco en el callejón. Me puse de espaldas a una de las paredes y cuando iba a bajarme el pantalón me fijé en que Marcos seguía mirando.
- ¡deja de mirar!- grité poniendome roja de verguenza.
- vale vale, perdón-se dio media vuelta- no me había dado cuenta.Me bajé los pantalones, hice lo que tenia que hacer y me los volví a subir. Salí del callejón intentando no hacer ruido. Iba a saltar encima de Marcos para darle un susto cuando dijo:
- pretenderas asustarme ¿no?
- me has pillado.
- pues ya ves que te ha salido mal- dijo girandose sobre sus talones para volver a mirarme.
Comencé a caminar hacia delante para alejarme del olor de ese callejón y empecé a andar cuesta abajo, bajando la calle que habíamos subido para llegar hasta allí. De repente sentí algo calido en mi hombro. Era el brazo de Marcos, era un momento perfecto, pero como no; Marcos habló.
- y bueno...¿has meado bien?
- que romántico- dije riendome.
- pff, es que no pretendía serlo, ¿sabes?- contestó el mirandome.
Seguimos caminando despacito, como si contaramos cada paso que ibamos dando. Al cabo de un rato llegamos de nuevo a la plaza. Las tres menos diez, me tenía que ir a casa si quería llegar a tiempo. Me zafé del brazo de Marcos de la forma mas disimulada que pude y le dije:
-me tengo que ir a casa, ¿mañana hablamos?
- vale, como quieras- contestó sentandose en un banco.
-okay pues lo tomaré como un si, a por cierto, gracias- me acerqué al banco y le dí un beso en la mejilla.
-Adios- dijo sonriendo.
- Adios.
Me tocaba subir una cuesta bastante empinada para llegar hasta mi casa. Empecé a subir y parecía eterna, creo que esa fue la vez que mas larga me pareció esa maldita cuesta. Despues de unos minutos subiendo, vi a mi hermano que iba por delante, más arriba de la cuesta. Ya podía mantener bien el equilibrio asi que corrí un poco para alcanzarle.
-¿Que te pasaba antes?-dije enérgica.
- No te importa, son cosas de hermano mayor- contestó mientras me pasaba un brazo por el hombro y me besaba la frente- no tienes que preocuparte por mi.
Suspiré, me encogí de hombros e intente no parecer mosqueada. Entendia que no quisiera preocuparme y tal, pero comprendase somos hermanos es algo inevitable.
Subimos todo el resto de la cuesta hasta llegar a casa. Cuando llegamos a la puerta, Pablo sacó las llaves de su riñonera y abrió. Me dejó pasar delante y después de entrar él, cerró la puerta.
-ahora vamos en silencio y con cuidado para no despertar a papá y mamá¿si?- susurró mi hermano.
- vale- conteste lo mas bajito que pude.
Subimos las escaleras hasta el segundo piso con cuidado él se fue hacia su habitación y yo hacia la mía. Entré en mi habitación y después de cerrar la puerta me tire de golpe a la cama. Por culpa del impacto mi movil salió volando del bolsillo del pantalón y calló a la cama.
En ese momento se encendio la pantalla, tenia un mensaje.
"Hola Bb"
Era de Marcos. ¿Cómo había conseguido mi número?
Estaba muy cansada asi que no leí el mensaje solo me dispuse a levantarme para poner a cargar el móvil y ponerme el pijama.
Una vez vestida para dormir me volví a tumbar en la cama y antes de quedarme dormida volví a oir que me llegaba un mensaje. Después caí rendida, no me di casi ni cuenta de cuando me quedé dormida, simplemente sé que aquella noche dormí del tirón sin desvelarme y dormí cual niña pequeña.
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Vida de una aficionada
RastgeleDicen que toda afición es mala, en exceso acaba siendo una adicción. Contar el día a día de la vida de alguien cambia según que vida sea. Aqui contare varios infiernos y varios mundos de ensueño. Es la vida de una adolescente llamada Carla, cambiar...