En el baño del avión con destino a Alemania, Alex estaba disfrutando de la intimidad con su novio Lumia mientras eran ignorados por los demás pasajeros.
Emocionado por la situación, el de ojos verdes grisáceos fue particularmente proactivo ante las lamidas, besos y pequeños mordiscos de su pareja.
Yago estaba extasiado con la sumisión del ahora mitad humano, sonriendo acercó su boca de nuevo al cuello de este para darle un buen mordisco pero el pensar de Alex le irrumpió.
⟨ Maldita sea, si supiera antes de esta habilidad, le habría dicho a Yago que la usará para que todas esas azafatas zorras mantengan su bragas arriba y secas. ⟩
No pudiendo contenerse, el pelirrojo se río emocionado ante las duras palabras de su novio, ahora entendí el mal humor de su pequeño Al y como él estaba tan distraído con este como para no ver los intentos de esas mujeres.
— No todas las azafatas se comportan así, Al, algunas son muy profesionales —Con una sonrisa divertida miro a los ojos a su lindo novio.
Alex desconcertado al ser descubierto sobre sus pensamientos miro a su novio, antes de poder preguntar cómo lo supo sintió la mordida de este en su cuello.
— ¡Ay! Yago no muerdas sin avisar —Temblando por el dolor, regaño al Lumia que empezaba a lamer el lugar donde había mordido.
Viendo la sangre salir del cuello de su novio, el Lumia centro su atención en que ninguna gota cayera lejos de su lengua, aún escuchando los regaños a él no pudo evitar hablarle a su pareja como la primera vez que lo volvió a ver.
⟨ No estabas pensando para ti, bebé, si me hablas por telepatía es obvio que te escucharé. ⟩
Escuchando la exhalación de mitad humano, el Lumia quiso reírse pero primero observó la curación de su mordida en el cuello del chico.
— ¿Cómo logramos la telepatía?
— Más que simple telepatía es un lazo por sangre.
— ¿Eh?
— En el momento que tome tu sangre y tu la mía, se formó está conexión telépata.
— . . . Si eso fuera así no podrías haberme hablado el primer día que llegue. . . —Mirando de forma extraña a su pareja este solo le seguía sonriendo con una mirada divertida— No me digas qué.
— Ajá, de niño me diste tu sangre y yo te di de la mía.
Aunque en ese tiempo solo quería probar la sangre de Alex, no esperaba que esa fuera la causa por la que Kala descubría su relación y se interpusiera entre ellos, pero también fue su error por tomar sangre de un niño.
Ruborizándose ante esta información se preguntaba cómo dejo que este hombre bebiera su sangre, besando las marcas de sus dientes en el cuello de su novio escucho a este suspirar.
— Te enseñaré cómo evitar que se te escape tus pensamientos, pero necesito una paga antes.
— Tú solo quieres sexo.
— Pero solo contigo, bebé.
Observando la cara divertida del otro, Alex lo golpeó con ligereza para evitar seguir mirándola mientras inflaba molesto sus mejillas.
— Entonces también me enseñas a cambiar Lumias a humanos.
— . . . No, eso no puedo.
— ¡¿Por qué?!
— Solo los de sangre pura pueden transformar humanos a Lumias. . . Y solo los de ojos turquesas pueden volverlos humanos —Sintiéndose aburrido miro hacia otro lado.
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Dulce travesura
RomanceAlex es un chico muy alegre y extrovertido, por problemas familiares, él llega a Cantabria (España) donde vive su abuela paterna. al llegar a la casa de su abuela a media noche se encuentra con un chico de cabello rojo y ojos turquesas, el cual esta...