" encontré al muy..."

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Dos días han pasado desde el accidente del robo y Kagami ya casi está consiguiendo olvidarse o al menos dejar de preocuparse de correr esa clase de peligro, y esto a alegrado a Aomine que estuvo angustiado un poco por este.

-Voy a salir a comprar, puedes quedarte solo un momento?- le preguntó Kagami ya que el pelirrojo se estaba quedando en cada de este dos unos días. En aquel momento, el pelirrojo estaba echado en la cama jugando un videojuego mientras el otro colgaba unas camisas.

-Claro, no soy un niño pequeño.- le dijo haciendo puchero con el labio inferior.

-lo sé, sólo que no quiero que te andes preocupando por donde estoy.-
-sólo... No tardes demasiado.- le pide tomándole de la mano con la mirada brillante viendo a los ojos oscuros del moreno.
-claro que no.- le dice tomándole de la mejilla y el mentón para besarlo suave en los labios.
- entonces nos vemos-
Le dice yendo a la entrada de la casa para salir.

Kagami se paseó por el cuarto del moreno y de curioso se metió en sus cajones, encontrando una camisa, la misma con la que había ido a su cita, la llevó a ambas manos y la miró detenidamente.
-...soy un pervertidos.- de impulso repentino la olió ferozmente para guardarla rápido completamente sonrojado.

-como lo pensé, todo lo suyo huele igual hasta después de lavado.- se dice ruborizado hundiendo la cabeza entre sus piernas sentado en la cama.

Por mientras...
Aomine caminaba rubo a unas tiendas, no le había dicho para qué al chico, ya que le hiba s dar un regalo a su chico.
Caminando y avanzando cree escuchar un grito y su parte humana reaccionó a ir a ver qué ocurría ya que sonaba grave.

Entre un parque por lo árboles, un hombre acorralaba a una chica que protegía su bolso entre sus brazos.
-Oi! Qué crees que haces?-
El desconocido le da la cara dejando a la chica huir.
-Qué te inorta lo que este haciendo - le dice en amenaza al moreno.
sin prestarle atención al tono se intenta ir, dándole la espalda al mayor, el cual se molesta completamente y lo jala del hombro lanzándolo al suelo.

Aomine al intentar levantarse recibe una patada en la cara para luego sentir un peso sobre su espalda, era el pie del hombre sobre su cuerpo.

-Eres igual a un tipo al que asalte, te ves fuerte pero eres un llorica igual que ese mocoso de pelo rojo.- le ladraba haciéndose fe victoria.

Sin demora, notó que hablaba de Kagami, lo cual le sacó de casillas sacando fuerzas de no se sabe donde para agarrar el pie del tipo y arrojarlo al duelo levantándose de e un salto para ponerse sobre este.
-maldito engendro, te arrepentirás de haberlo tocado!!-
Con el rostro rojo de furia lo tomó del el cuello de la polera y lo comenzó a golpear a puñetazos limpios que le hiban rompiendo el labio al chico, fue así por más de 5 minutos sin contar el tiempo, y sin notar sus nudillos ya rojos por la sangre del ladrón cuando escucha la sirena de la policía.
Los hombres vestidos de azul marino apuntaron a Aomine con un arma de fuego.
Aomine miró con odio al que estaba golpeando que ya estaba inconsciente y se levantó alzando ambas manos, en poco estaba dentro del auto de la patrulla yendo al cuartel mientras atendían al otro en una ambulancia.

En la comisaría, llevaron al moreno a un cuarto donde lo interrogarian para saber lo que sucedió y saber por que golpeaba al otro.
Una chica de falda ajustada, vestida del mismo azul, de tacos y cabellera rubia entra al cuarto con dos acompañantes que le esperaron fuera de la puerta.
Aomine permanecía sentado en una silla con ambas manos esposadas por delante.

-y bien chico, porqué estas aquí?- le interrogó la choca bajando un poco sus lentes rojos para verle bien de frente.

-Yo golpee a un tipo que se lo merecía sólo eso.- le dice alzando la mirada sin ningún arrepentimiento.
-jajajajaja es sierto que es un ladrón que henos estafo buscando, pero eso no te da el derecho de casi matarlo, no tenía ningún vínculo contigo.-
-Y cómo puedes estar segura de eso?-
-eres bravo muchacho, pero eso no te sacará de aquí-
-esa no fue mi intención, pero no saques tus propias conclusiones, nonme intimidas ni nada sólo por el uniforme o la placa... O la pistola que esco des tras tu espalda en tu sinturon.-
La chica se sorprende al ver que este se había dado cuenta sonriendo.
-muy bien, entonces, cuentame porque lo hiciste, tenemos todo el tiempo del mundo.-

"Solo mirame a mi"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora