Capítulo 14

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Aomine llevó al pelirrojo a su casa aquella noche sabiendo que sus padres no estarían, nunca estaban al igual que los del pelirrojo.

Sacó fuerzas y levantó a Kagami como novia subiendo por las escaleras, cada paso se hacía más pesado pero también más emocionante mientras que el otro se aferraba con un brazo pasado por la nuca del moreno y el otro de su abrigo.

Abrió la puerta de su cuarto que lucía semiordenado pero en ese momento no era lo más importante. Con sus gruesos brazos depósito al chico sobre las blancas cobijas y quitó el cobertor que estorbaba en ese momento.

Kagami le miraba desde abajo de su cuerpo acariciando su espalda y nuca con una ligera sonrisa u rubor adornando sus mejillas que sólo se lo dedicaba a él.

El pelinegro se quedó por momentos mirando a uso parejas, aquellas facciones que hace tanto veía sin comentar que sólo quería tocarlas, su piel tersa y blanca que le insinuaba su pureza en un comienzo y ahora que sólo podía ser marcada por él, eran encantos que le amarraban aparte de sus sentimientos.

Bajo el suyo, el cuerpo del pelirrojo parecía menudo, pequeño, frágil, delicado pero sin dejar de lado su sensualidad que emanaba por cada poro de si cuerpo.

-Kagami...no desaparezca nunca, preferiría quedar ciego y no poder verte a perderte sin poder tocarte ni saber de ti.-
-idiota, de dónde sacas esas cursilerías?-
-Eres un...- le dijo cabreado.
-...nunca he dicho que me disgusten. Te amo...cursi y todo. Cuanto mala me hagas, intentaré disculparte, hasta que ya no halla perdón alguno.-
Eso sacó una sonrisa del moreno que no se podía pagar con nada, y una caricia en el cabello de contrario que le trajo para besarlo.

El beso se llevó más a profundo y la falta de calor en sus cuerpos les impedía detenerse, deseaban el interior de la boca del otro sin respiros.

Aomine durante el acto abrió sus ojos saboreando la lengua del pelirrojo en la suya viendo las largas pestañas de su chico con su sonrrojo bajo estas, el deseo de tomarlo de la cintura y darle una sola embestida le volvía loco pero no podía volverse todo un lobo en celo por sólo ver su rostro, debía ver más de él, deseaba ver cada rincón de su cuerpo antes de eso, codiciaba escuchar su nombre por la voz rogante de él, que el también deseara probar de lo suyo al igual que él.

El peso del cuerpo ageno sobre el suyo le hacia querer afirmar de la cadera al moreno y unir sus miembros pero deseaba que el chico lo hiciera, que le tocara, jugará las sucias bromas de siempre con su cuerpo, quería ser uno con él rápido. Pero como cualquier niño con un dulce de los mejores, deseaba que le durara más y comerlo de a poco.

-A- abre tus piernas un poco, le pidió el moreno al contrario con una voz ronca dulce y baja al oído que hizo estremecer al chico obedeciendo al contrario, creyendo saber lo que ocurriría, pero no.
Aomine comenzó a rozar su miembro aún dentro de su pantalón con la parte tracera del chico sobre la ropa levantando sus muslos.
-Mh!.. S-se siente raro...no...ah!..-
-pero si sólo, estoy rozando- le dijo entre un jadeo por lo erótico que se veía desde aquella postura mientras lamía sus labios si tiendo como el pelirrojo se afirmaba de sus grandes hombros.

-N-No me gusta...-/// le confesó mirándolo intentando parecer cerio pero sus mejillas parecían decir lo contrario.
-de verdad? Porque?- le pregunta sin vio prender lo ya que para él se sentía bastante bien, deteniéndose al instante.
-porque, me siento como un juguete... No estoy para divertirte de este modo, si lo vas a hacer has lo bien.- le dice con algo de enfado en sus palabras.

- entiendo... Lo lamento- le dijo el moreno para tomar de la palma de la mano de Kagami y besrala mientras la olía haciendo que el rubor de este fuera mayor.
Alzó delicadamente el tracero del pelirrojo para bajar su pantalón y bóxer con cuidado seguido de su polera y poleron. Por cada prendas menos, el menor se iba encogiendo tímidamente por la mirada penetrante del contrario.

"Solo mirame a mi"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora