Capítulo 2

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Capítulo 2

Kilian no se creía lo que veían sus ojos, ¿la preciosa pelirroja era la famosa Rosa Negra? Jamás se lo habría imaginado, no se imaginaba que fuera tan joven y hermosa.

-No creía que la famosa pirata fuera tan joven - dio Edgar de pronto -. ¿Crees que necesita ayuda?

Kilian siguió con la vista fija en Nicole que acababa de deshacerse de la falda y el miriñaque, quedándose solo con el corpiño y las enaguas. Las damas que habían allí se sintieron escandalizadas mientras entregaban sus joyas a los piratas. Los guardias del rey empezaron a atacar, pero ella era buena, muy buena. Tenía mucha agilidad en las piernas y su espada parecía una extensión de su brazo. Era magnífica, ningún guardia podía con ella.

-No creo que necesite ayuda - le dijo Kilian -. ¡Demonios! Este botín era para nosotros. ¿Qué ha pasado con nuestros hombres?

-No tengo ni idea - dijo Edgar.

Kilian fue a hablar de nuevo cuando uno de los piratas de La Rosa Negra se situó ante ellos con la espada levantada y una bolsa en la mano.

-Vamos caballeros - les dijo el hombre -. Todas sus pertenencias de valor.

Edgar miró a Kilian y este se encogió de hombros mientras registraba en sus bolsillos. Solo tenía unas cuantas monedas de oro. Las tomó y las depositó en la bolsa. Edgar hizo lo mismo.

-He dicho todo - dijo el hombre apuntándole con la espada.

-No tengo nada más - dijo él levantando las manos.

El pirata sonrió con malicia y levantó su medallón con la punta de la espada. ¡Ah, no! El medallón no. Era una herencia familiar, jamás se lo quitaba. Si lo querían tendrían que matarlo.

-¡No! Eso no - dijo Kilian cruzándose de brazos.

-No creo que esté en condiciones de elegir, caballero - dijo el pirata.

Kilian empezó a enfurecerse, jamás entregaría el medallón. Apartando la espada de su cuello, le dio un fuerte puñetazo en la nariz al pirata.

Kilian sonrió al escuchar el crujido del hueso al partirse.

-¡Mi capitana, tenemos un problema aquí! - gritó el hombre agarrándose la nariz con fuerza.

La Rosa Negra se acercó hasta dónde estaba ellos al escuchar el grito de uno de sus piratas.

-¿Qué ha ocurrido? - preguntó ella al hombre al ver que tenía sangre en la nariz.

-Ese caballero no quiere entregar su medallón - dijo el pirata señalándole.

Nicole se volvió hacía él y le miró con los ojos entrecerrados. ¡Maldición! Estaba hermosa con esa mirada furiosa en sus preciosos ojos. Y realmente era maravilloso verla luchar en paños menores.

-Así que... Kilian ¿no? - ¿ahora iba a hacer como si no se acordara de su nombre? -. Me gusta tú medallón, así que espero que lo entregues por las buenas, si no...

Ahora el que estaba empezando a enfadarse era él. ¿Cómo se atrevía a amenazarle?

-¡Jamás!

-Muy bien, pues que sea por las malas - dio ella.

Edgar estaba distraído y le tomó por sorpresa. Esa hermosa mujer se acercó a él y tomándole del pelo con fuerza le puso una daga en el cuello ejerciendo suficiente presión para que un hilillo de sangre corriese por su cuello.

La Rosa NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora