Capítulo 8

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CAPITULO 8

El entrenamiento había acabado y Nicole estaba cansada. Había sido complicado concentrarse estando Kilian allí presente, mirando cada uno de sus movimientos. Había mandado a Alessia a su camarote para que se cambiara de ropa. Ella se acercó a un cubo de agua que había en la cubierta para refrescarse. De pronto notó que alguien la estaba observando, y supo sin lugar a dudas de que era Kilian. Se había quedado allí en cubierta para esperar a su hermana y regresar juntos a su barco. Se dio lentamente la vuelta y le miró con el ceño fruncido. Allí estaba, alto, fuerte e increíblemente apuesto. Tenía los brazos cruzados en el pecho y una sonrisa pícara en los labios. Nicole empezó a sentir ese cosquilleo por el cuerpo, pero se sacudió la sensación antes de enfrentarse a él.

- ¿Se puede saber que miras? – le preguntó ella poniendo los brazos en jarras.

- Tienes un trasero precioso – dijo él con la voz ronca -. Es extraño que ninguno de tus hombres haya intentado nada contigo, eres...

Antes de que pudiera terminar la frase, Nicole había cogido su espada y le apuntaba con ella. La punta de la espada estaba solo a unos centímetros del cuello de Kilian.

- ¿De verdad quieres saber lo que les pasan a los hombres que quieren aprovecharse de mí? – preguntó ella con furia.

- ¡Tranquila! – dijo Kilian con los brazos en alto -. Yo jamás tomaría a una mujer a la fuerza, no me hace falta.

Nicole se dio cuenta que en ningún momento dejaba de sonreír y eso le fastidiaba. Apartó la espada y soltó un bufido de irritación.

- Además de irritable, también engreído – dijo ella dándose la vuelta -. Lo que me faltaba.

Tenía que irse de allí, ese hombre la irritaba mucho, y era mejor poner distancia entre ellos antes de empezar una escaramuza. No le importaba discutir con él, pero en un sitio privado. Allí había demasiada gente, y no quería que su tripulación la vieran perder los estribos ante ese hombre. Y más si terminaban besándose apasionadamente como había sucedido en otras ocasiones. Pero Nicole solo pudo dar dos pasos cuando de pronto alguien la tomó del brazo.

- ¿Qué prisa hay? ¿Por qué te vas tan pronto? – dijo Kilian dándole la vuelta -. Creo que deberíamos hablar de los posibles peligros por tú cambio de rumbo.

- No tenemos nada que hablar – dijo ella soltándose de su agarre -. Si nos encontramos con algún peligro lo solucionaremos, como siempre hacemos.

Kilian se inclinó ante ella hasta que sus rostros quedaron a unos centímetros de distancia. ¡Por Dios! No iría a besarla allí, delante de todos sus hombres ¿no?

- Mi hermana está a bordo y no quiero que esté en peligro – dijo Kilian en un susurro ronco -. No sé si tus clases son suficientes para que ella aprenda lo suficiente para defenderse.

Sus bocas estaban cada vez más cerca, y Nicole estaba empezando a sentirse abochornada, el cuerpo entero le temblaba a causa del deseo que sentía por ese hombre. ¿Le besaría? Ella lo deseaba, pero no delante de todos sus hombres.

- Creo que voy a venir todos los días a ver el entrenamiento – dijo Kilian -. Es realmente hermoso verte dar clases...

- ¡Basta! – dijo Nicole dándole un empujón -. Puedes venir si quieres, pero mantente alejado de mí.

Cuando se dio la vuelta para marcharse escuchó que Kilian se reía a carcajadas.

- ¿De qué tienes miedo Nicole? – le preguntó él en voz alta.

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