Lluvia-Philliph Lahm

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-¿Nos vemos luego?-preguntaste sonriendo

-Vale, nos vemos-y te besé.

Aquella tarde habíamos tenido nuestra primera cita.
E indudablemente yo me sentía como el hombre mas afortunado de el mundo.
¡Al fin te había enamorado!

Pero no todo fue lindo.

Luego de dos meses de ser pareja, me confiaste que tenías una enfermedad terminal.. Y que por supuesto, no había cura.

Cinco años.

Y luego todo era duda.

Así que me dediqué a que fueran loa mejores años de tu vida.

Te lleve a todos los lugares de tus sueños..

El coliseo, el partenón, la torre de París, El Salto Ángel, Río de Janeiro, el Big Ben, London Eye, la Muralla china..

Vivíamos cada día como el último.

Trataba de enfocarme en otra cosa que no fuera en pensar que era un día menos y un día más..

No me iba a derrumbar delante de ti.

No podía.

Tenía que ser tu pilar.

Hasta el final.

Con el transcurrir de el tiempo, te fue afectando físicamente..

Pero tu sonrisa se mantenía.

E increíblemente, cada día me enamoraba mas de ti.

No sabía que iba a pasar cuando el día llegara, aunque por unos instantes sólo quería parar el tiempo. Y vivir a tu lado siempre..

Pero yo no era quien para semejante hazaña.



Recuerdo el día que nos tiramos en paracaídas de un avión y al caer te propuse matrimonio.

Con lágrimas en los ojos , me respondiste el "si" mas triste y alegre que he escuchado..





El día llegó y no podía negar que el blanco te lucía.

Eras tan perfecta..

Entonces avanzaste hasta el altar, juramos amarnos para siempre u te besé.



Ese día hubo lluvia de pétalos de rosas, abrazos, felicitaciones..

Y entonces nos montamos en el auto y nos dirigimos a nuestro hotel, cuando pasó.


De repente te estabas asfixiando, tus ojos se empañaron y apretabas mi mano como si estuviéramos en el fin del mundo.

Le grité a el conductor, y giramos hacia el hospital.

Aquel día se cumplieron los 5 años y 6 meses de felicidad que habíamos tenido.

Ese día tu sonrisa se volvió rígida, tus ojos jamás me volvieron a mirar, y el beso de aquella tarde fue el último que de tus labios pude probar...

Ese día te obsequie el último "Te amo"



Ese día yo llevaba pañuelo por las "lágrimas de felicidad" que según mi madre derramaría.



Y desde ese día mi traje para un matrimonio es negro, y no llevo pañuelo a ningún lado.

Desde ese día llueve.

Como en tus ojos.

Como en mi corazón.

Como en la ciudad en la que vivimos tanto, y de lo que ya no queda nada, mas que el recuerdo..

Historias Cortas de FutbolistasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora