Capitulo 11

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No había visto a Thomas desde que le dio un abrazo en la entrada del instituto, ahora ella se encontraba sentada en la sala tomando apuntes de lo que decía el profesor. Pero estaba un poco des concentrada preguntándose "¿Dónde estará?"  Y también pensaba en Klaus "¿Le habrá contado a alguien?", en ese minuto ella se encontraba muy distraída, había perdido todos los apuntes que llevaba, entonces decidió sacar su teléfono y justo le llegaron unos WhatsApp de Klaus Shepard: "¡Hey! Sonríe", Florencia al mirar este mensaje sonríe y le llega otro "Si así..." Ella se sorprendió, miró a su alrededor y ahí estaba él, mirándola por el ventanal de su sala. Cuando se ven, Klaus le saca la lengua lo que la hace reír y ella pone sus ojos turnios lo cual le genera risa a Klaus. Ambos se reían hasta que...
-Señorita Florencia ¿Qué opina usted de esto?- dice el profesor interrumpiendo su risa.
Al escuchar esto ella se alarma, su cara se torna roja y cuando le pasa todo esto escucha una carcajada... Klaus no podía dejar de reírse a las afueras de la sala, y él decide ir a tocar la puerta.
-Pase- dice el profesor.
-Permiso ¿Cómo esta?- dice Klaus entrando a la clase.
-Bien... ¿Qué quiere señor Shepard?- le pregunta el profesor acercándose.
-Bueno el director me pidió que le llevara a la niña más bonita de este curso, Florencia el director quiere hablar contigo.- declara Klaus.
Esta vez Florencia sintió un calor en todo su rostro, ella tranquilamente se para y se pone al lado de Klaus. Al hacer esto se da cuenta de que todas sus compañeras veían a Klaus como cuando un niño ve una paleta con deseo de comérsela, así era exactamente como lo miraban a él.
-Ya vaya hablar con el director señorita- habla el profesor.
-Gracias...- dice tímidamente Florencia.
Salen de la sala, comienzan a caminar y luego salen del instituto.
-¿Donde está el director?- cuestiona Florencia confundida.
-¿Qué director?- dice Klaus poniendo una cara de malo y caminando hacia una moto y Florencia lo persigue.
-¿Cómo que "Qué director"?- habla más confundida aun.
-Toma...- y le pasa un casco.
-¿Para qué?-
-Porque el director queda muy lejos y es mejor que te lleve en moto.-
-¿Enserio?- pregunta ella muy ingenua.
-No... Yo sólo quiero mostrarte algo.-
-Y... ¿Solo nos vamos así nada más?.-
-Nadie se va dar cuenta lo juro...- dice él, poniendo unos ojos convincentes.
-¿Y el director?-
-Jamas el director pidió hablar contigo era para sacarte de esa sala y salvarte de la pregunta que te hicieron.- dice riéndose porque se acuerda.
-Aahhh... Pero entonces nos estamos escapando.- dice tímidamente y mirando hacia el suelo.
-Si...- habla el sonriente.
-¿Y si nos encuentran?¿Y qué vamos hacer?- pregunta ella preocupada.
-Tranquila no va a pasar nada, confía en mi.- le da la mano y se la aprieta un poco.
Este chico es muy especial para ella, algo tiene que le relaja, confía en el plenamente pero son solo amigos. En este minuto ella también pensaba en Thomas, en que estará haciendo, si estará bien y porque no se apareció en clases.
-¿Vamos? Lo juro que va ser muy corto.- suplica Klaus.
Ella se pone el casco y se sube a la moto.

Thomas estaba dentro de su auto, no sabía que hacer después de haber escuchado todo lo que le había dicho Hugo. Acaso todo eso era verdad, había perdido su virginidad... ¿Pero con quien? ¿Con Florencia?, estaba pensando demasiado, habían pasado muchas cosas en tan poco tiempo.
"Es imposible que haya sido con ella, es obvio que Florencia se acordaría y me hubiera dicho algo. Le tengo que preguntar, pero ¿Cómo le pregunto?" Thomas ordenaba sus pensamientos, pero no lograba llegar a una solución.
De repente escucha la voz de Florencia y se altera. Mira por la ventana de su auto y la ve pero la ve con Klaus, eso le molesta y mucho.
Quiere ir a ver lo que pasa pero no puede porque esta muy inquieto y se lo notaría mucho si va hablar con Florencia. Al ver que se largan en moto se pone mas tenso aún.

Iban en la moto, Florencia afirmada en la parte de atrás porque no quería abrazar a Klaus.
Era un caminó muy lindo, pavimentado, con arboles a los lados y campos llenos de caballos. De repente doblaron hacia la derecha, un camino de tierra que lo rodeaba un campo con pasto verde y balaustradas que lo encerraban.
Florencia miraba atentamente y se da cuenta que había un caballo pinto mirando curiosamente. "¿Es que los chicos de aquí solo tienen campos?". A ella eso le gustaba y la respuesta a su pregunta era un si, casi todos los chicos tenían campos y por supuesto que no ellos, sus padres, porque en este lugar se vive de eso, agrónomos y agricultores.
Se bajaron de la moto en un lugar lleno de pesebreras y al lado un campo con saltos para caballos.
-Y... ¿De dónde eres?- pregunta Klaus sacándose el casco.
-Curicó.- responde ella, también sacándose el casco.
A Florencia realmente no le gustaba contar esas cosas, pero como era Klaus no le costó mucho decirle.
-¡Enserio!- grita emocionado.- Yo he ido para allá, es un pueblo chico que raro no a verte visto.-
A ella eso la impresiona, es primera persona que conoce y que sepa lo que es Curicó.
-Fui con mi papá y después salí en la noche con un par de amigos a esa típica fiesta que se hace todos los años.-
-¿Y eso hace cuánto fue?- pregunta curiosa Florencia.
-Este año, hace poco.- dice entusiasmado- Pero que mas da, mira ven te quiero mostrar algo.-
Caminan por el campo hasta llegar a una casita de madera que estaba totalmente cerrada, él abre una puerta rápidamente le agarra el brazo a Florencia la tira hacia adentro y cierra la puerta.
Dentro de la cabaña no se podía ver nada, estaba todo totalmente oscuro, ningún rasgo de luz.
-Klaus...- dice Florencia un poco asustada.
-Tranquila aquí estoy, a tu lado.- y le agarra la mano.- Cuenta hasta tres...-
-¿Para qué?- pregunta ella, un poco incomoda por la causa que él este tomando su mano, pero eso al mismo tiempo le causaba seguridad.
-Sólo hazlo, te prometo que no te vas a arrepentir.-
-Uno... Dos... Tres...- cuenta Florencia con una voz bajita.
Y al llegar a tres muchas ampolletas se prendieron que colgaban del techo. Y iluminada la cabaña se ven puros cuadros, una sala de estar con un sillón muy lindo y una mesa llena de sillas, una alfombra peluda en el suelo y todas las ventanas que se encontraban cerradas con celosías de maderas. Era muy lindo, era perfecto.
Florencia se encontraba parada adelante de eso sin poder creérselo, ¿Por qué Klaus la traía hasta ahí? No tenía idea pero le encantó.
-Y... ¿Te gustó?- pregunta Klaus.
-¿Gustar? Me encantó, ¡es demasiado lindo!- exclama, volviéndose por unos segundos a la vieja Florencia, a la espontánea.
-¡Que bueno!- dice muy orgulloso por su trabajo.-Oye, te acuerdas que me dijiste que ibas a disparar pero a la próxima...- le recuerda a Florencia, esa vez que estaban sentados en el piso de la cocina.
-Mmmm... Si pero...- intenta de hablar Florencia pero es interrumpida.
-Nada de peros, yo te hice esto ahora te toca a ti hacer algo por mí...-
Klaus al decir esto deja sin palabras a Florencia, acaso todo esto de las luces lo había echo solo por ella. No se atreve a preguntar, no sabe que decir.
-Vamos...- dice Klaus sacando una escopeta que estaba colgada en la pared.
-Vamos.- dice Florencia no muy segura de lo que estaba haciendo.
Salieron de la cabaña y caminaron nuevamente al campo y se apoyaron ambos en la balaustrada mientras Klaus le enseñaba a Florencia.
-Mira tienes que tirar aquí y apretar esto, así de fácil.- dice mostrándole los diferentes lugares de la escopeta.- y apunta hacia allá.
Tenía una especie de pared llena de hoyos, que obviamente era para disparar.
-Bueno, pero esto duele estoy segura.- dice con un poco de miedo.
-No lo juro, mira yo me voy a poner acá.- Klaus se pone atrás de Florencia apoyando su hombro en el de ella y agarra la escopeta para ayudarla, para que el impacto de la escopeta no fuera tan fuerte.
-Listo, ahora es imposible que te duela.- asegura Klaus.
Florencia muy nerviosa por lo que estaba haciendo este chico y ademas con un poco de miedo aun, dispara. El pito en los oídos fue tremendo pero cada vez iba disminuyendo.
-Ahora viene la parte linda.- dice Klaus.
El suelo del campo empieza a temblar suavemente y a lo lejos se escuchaban unos pasos fuertes y seguros. A distancia se comienzan a ver puros puntitos corriendo y mientras más cerca con más claridad se veía, puros caballos galopando hacia donde ellos estaban.
-¿Qué? ¿Cómo?- dice Florencia muy impresionada.
Muchos pero muchos caballos llegan galopando a donde están ellos, relinchando, pegando patadas amistosas y acercándose a Klaus.
-El disparo... Eso pasó.-
Klaus camina a las pesebreras, desaparece y al volver con un saco al hombro, Florencia ya le hacía cariño a todos los caballos.
-Dales esto... Les encanta.- abre el saco y saca unas especies de pastillas de pasto.
-Aaahh... Por esto vienen.-
Florencia no podía creer la cantidad de caballos que tenían.
Ambos reían y les daban de comer, aveces Klaus corría y los caballos lo perseguían, todo esto era perfecto pero... Siempre hay un pero.
Escucharon un auto llegar y ahí estaba él, Thomas se bajó del auto y tomó a Florencia de la mano.

~1616~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora