6. No te metas con Pancha

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NOTA: ¿De quien es la frase? En el titulo del CaP

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Me quite la ropa y me metí a la ducha. Al salir me encuentro a Jack jugando con mi sostén.

- señor Frost, ¿acaso insinúa copular? - dije ofendida.

- eso depende de usted señorita Arendelle, ¿me lo permite?


- no sé, tal vez, podría ser, depende, es posible - dije soltando la toalla que cubría mi cuerpo. El sonrió mientas observaba mi anatomía detenidamente.

Se acerco con sigilo hacia donde estaba y me beso, luego me lanzo a la cama sin que yo me lo esperara.

- te va doler acostarte - le dije.

- y a ti te va a doler hasta caminar... - grrr. Pantera Frost.

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Eh, perversión mode On, meow.

Anna, Naveen y yo estábamos recostados en el césped mientras relataba mis encuentros con el señor Frost.

- ya, no quiero oír como te follas al, ¿Cómo le dices? - dijo Anna.

- Pantera Frost - respondió Naveen. - pero yo si quiero escuchar detalles sucios.

- ¿de qué?

Brinque del susto que me ofreció la esmeralda.

- ya déjala en paz - intervino Hiccup.



Escuchamos el crujir de un árbol a lo lejos, todos volteamos y formamos un círculo alrededor de Anna.

Un hacha paso tan cerca de mí que casi me desmayo.

Solo alguien puede hacer eso.

¿Será posible?


- maldita sea, ¡casi me matas del susto! - grite como loca.

- ok, yo también te extrañe hermanita - dijo ella sarcástica.

- que hermana ni que ocho cuartos, ¡7 años y ni un embrujo de sanidad se te cruzo por la mente! - Anna hablo.

- y tú qué, ¿ya eres chupa sangre? - dijo sacándome los colmillos sonriente.

- Astrid...

- ay, Mérida... me amas lo sé.


Mérida sentía todo por esa rubia menos amor, era la ex novia de Hiccup, unos 20 años antes, claro está. ¿Qué? Ellos son vampiros desde mucho antes de mi nacimiento, pero no tanto.

- se prohíben armas, Hofferson... - dijo él.

- ¿a sí? - respondió dándole un golpe con el mango de la misma. - no te metas con mi bebe.



Astrid era como nuestra hermana... mientras Anna y yo crecíamos, ella nos cuido. Algo así como nuestra niñera. Pero al morir nuestros padres ella se fue, no sé, solo se fue sin ninguna razón, se fue... Al irse ella, llegaron Mérida e Hiccup a nuestras vidas, y desde ese entonces no la veo. Hasta ahora.

- te quiero matar y al mismo tiempo abrazarte. - Dije - quiero matazarte.

- pues hazlo, solo estoy de paso.


- ¿khé? - gritamos Anna y yo.

- ¿no te quedaras? - Mérida sonrió.

- ay, no te alegres tanto - dijo Naveen.



Jelsa: La Hora De La Caza © || Cancelada ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora